Alberto Cabello.- Escondido tras una máscara, Álvaro Cervera disfrutó del carnaval ilegal, el callejero, que se celebró el último fin de semana de febrero. Ése que sólo los de Cadi Cadi saben que recoge la esencia pura de la fiesta. Ya no es entrenador del Cádiz y ha trasladado su residencia a Valencia, pero el cordón umbilical que le une a la ciudad es indestructible. Han sido seis años que han dado mucho en lo personal y en lo deportivo a un entrenador que para los cadistas y gaditanos será también siempre un personaje: El Gafa.
¿Cómo lleva haber tomado distancia con Cádiz?
Lo he pasado mal, ha sido mucho tiempo haciendo lo mismo en un sitio que me gustaba con una rutina muy agradable para mí. Eso se rompió, te das cuenta de que forma parte de tu profesión y que algún día tiene que llegar. Aunque la mía no fue de la forma que esperaba.
¿Consuela esa despedida tan multitudinaria y afectuosa?
Fue algo espontáneo y me llamó mucho la atención porque no lo esperaba. Me hace sentir en deuda con esa gente. Lo normal es separarte del personaje cuando te cesan por los malos resultados, y los míos lo eran. Conmigo valoraron otras cosas.
ENTREVISTA» El entrenador durante la charla en Sevilla. Foto. Óscar Romero.
Fue un detalle que Ancelotti le llamara tras confirmarse su cese.
Me sonó el teléfono dos veces y no lo cogí. Yo estaba con un grupo de personas y a una de ellas le llamaron diciéndole que me estaba llamando Ancelotti y que respondiera a la llamada. Me dijo que estuviera tranquilo que formaba parte de nuestro trabajo y que a él le había pasado varias veces, que descansara y que cuando tuviera ganas volviera a entrenar.
Honra a la persona y al deporte.
A lo largo de mi carrera el Madrid siempre ha tenido buenos gestos conmigo. Como jugador tuve una lesión muy grave y el único mensaje que recibí fue del Real Madrid. Cuando ascendimos a Primera con el Cádiz, el primer mensaje personal fue de Butragueño y ahora cuando me ha pasado esto ha sido lo de Ancelotti. Eso te deja claro quién es el Real Madrid más allá de las afinidades.
«Ancelotti me dijo que estuviera tranquilo que formaba parte de nuestro trabajo y que a él le había pasado varias veces, que descansara y que cuando tuviera ganas volviera a entrenar»
Cádiz es una ciudad exigente para conceder afectos. ¿Dónde ha estado su secreto?
Alguien con cierto nombre en Cádiz, y que no tiene nada que ver con el fútbol, me llamó dos días después de mi marcha y me dijo que mi éxito en la ciudad no es haber entrenado al Cádiz, es haber vivido Cádiz, saber comprender a la gente y haber querido entender la ciudad con sus pros y sus contras.
¿Qué es lo más gaditano que llevará siempre en su maleta?
Ver la vida y disfrutarla de otra manera.
Llegó a una ciudad que siempre está en la Champions del paro, que pierde población porque no hay oportunidades para los jóvenes, que tiene un equipo que suele perder más que ganar.
Amanece un día con esas circunstancias, y saben que mañana amanecerá con esas mismas circunstancias. Se siguen riendo igual. Alguien dijo en el Carnaval que la gente de Cádiz trabaja para saber cómo salir adelante sin trabajar. Y eso ya conlleva mucho trabajo. No es vagancia, es necesidad. Es una paradoja que te da que pensar. El umbral de supervivencia y adaptación del gaditano es muy alto. Se asocia el trabajo a algo que hay que hacer por obligación y ellos le introducen una variable de espontaneidad. Todo eso es tan diferente que a muchos nos atrae de tal manera que nos cambia para siempre la vida.
LLNSN» La Lucha No Se Negocia. Tatuaje de Cervera. Foto. Óscar Romero.
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