Aquel frío invierno de 1978

De todos es sabida la afición del músico Andrés Calamaro por el fútbol.  Su tema 'Crímenes perfectos' cita a la generación de argentinos que vivieron el Mundial del 78 entre la alegría deportiva y la tristeza política. Su relato es el de muchas personas durante aquel torneo.

Texto Andrés Calamaro Ilustración Diego Quijano.-  El Mundial celebrado en el invierno del año 1978 se transmitió en color para los telespectadores del mundo pero en Buenos Aires nunca había visto una tele en colores. No veía mucho la televisión porque estaba centrado en mis primeros compases en la música, tocando con músicos mas experimentados, pensando en grabar un álbum y vagabundear por la calle Corrientes para ir al cine o a comprar discos. Buenos Aires es fría en invierno pero aquellos inviernos estaban teñidos de preocupaciones mas hondas que las bajas temperaturas... Fueron los deportistas de la selección de Holanda los que hicieron el contacto con las Madres de Plaza de Mayo para llevar documentos a Europa, probatorios de la sangrante represión que estaba ocurriendo en calles, barrios y domicilios, en provincias de todo el país.

Fueron los deportistas de la selección de Holanda los que hicieron el contacto con las Madres de Plaza de Mayo para llevar documentos a Europa, probatorios de la sangrante represión que estaba ocurriendo en calles, barrios y domicilios, en provincias de todo el país.

Cualquiera tropieza dos veces con la misma piedra, un año después -esta misma- Argentina celebró por todo lo alto una nueva copa del mundo, esta vez conquistada por una selección juvenil en las antípodas. De 1978 recuerdo la figura desgarbada de Leopoldo Jacinto Luque, que jugó escayolado y doliente de tragedias familiares... Las atajadas de Ubaldo Matildo Fillol, la camiseta ensangrentada de Tarantini; Ardiles, Passarella, Bertoni y Mario Alberto Kempes, factótums de aquel título... Supe que Rod Stewart había estado en el mundial para ver a Escocia... Un buen amigo fue su acompañante bilingüe y puso, literalmente, el pecho para las balas que silbaron cerca de Rod cuando asaltaron el restaurante donde estaban cenando... Fue contra el Perú, y necesitados de goleada, que se instaló una épica que sirvió para contagiar algo mas que el entusiasmo propio del balompié...

El mejor personaje de esta ópera deportiva -y social- es Cesar Menotti, un hombre de izquierda, exitoso entrenador de un recordado Huracán campeón... 

Aquella sospechada victoria sacó a la gente a la calle... a respirar libertad... La calle estaba llena de gente y no era solamente para celebrar aquel resultado épico aunque discutido por la historia. Cuando Argentina resulta ganador de la final la reacción catártica volvió a sacudir la ciudad... Todos a la calle... Quizás podríamos habernos quedado todos en casa... Quizás necesitábamos un poco de descontrol... El mejor personaje de esta ópera deportiva -y social- es Cesar Menotti, un hombre de izquierda, exitoso entrenador de un recordado Huracán campeón... Él sabe las respuestas. Del mundial sin Bochini o Maradona. Tan a destiempo. En aquel frío invierno de 1978. •