Así se hace en Italia la Copa del Mundo

El trofeo de la FIFA es fabricado en un polígono de Milán. Visitamos la fábrica de sueños Bertoni. Tal y como describió el propio creador, el trofeo representa la alegría y la grandeza del atleta en el momento de la victoria; dos atletas estilizados sosteniendo ellos mismos la bola del mundo.

Paolo Vezzoli.- El Mundial de Rusia acabó en 2018 y por primera vez en 60 años no ha hubo participación italiana. Una histórica decepción para los 'tiffosi' que tendrán que conformarse con al menos poner algunos árbitros, fans, periodistas y sobre todo, el trofeo de la final de Moscú que es 'made in Italy'. En Paderno Dugnano, una pequeña ciudad en la zona metropolitana de Milan, hay una fábrica de paredes rosas con apariencia de cualquier edificio industrial. Sin embargo, este lugar aparentemente anónimo es una fábrica de gloria deportiva. La empresa GDE Bertoni tiene aquí la sede donde lidera la fabricación mundial de copas, medallas y trofeos.

Con su increíble sabiduría y experiencia lideran el sector fabricando la famosa copa dorada, pero también la orejona Copa de Europa y otros famosos trofeos. Continuando el negocio de su suegro, Eugenio Losa, fundó Bertoni en 1938 en una céntrica tienda de Milán. Durante su casi un siglo de vida, la compañía ha cambiado de sede pero siempre ha mantenido su espíritu artesanal.

Cada trofeo, desde el más modesto al más celebrados, es tratado con el máximo cariño y fabricado con los máximos estándares de calidad. Y es que Bertoni no fabrica solo trofeos deportivos. De esta fábrica también salen las condecoraciones militares, premios culturales o honores empresariales. Eso sí, su producto estrella, sale cada cuatro años en un pulido dorado.

En la sala de conferencias de la nave, es imposible no reparar en la vitrina de productos Bertoni. Las medallas olímpicas de Roma 1960 y Moscú 1980 son algunas de sus estrellas pero hablamos de los fabricantes de las medallas de la FINA por ejemplo, la espectacular UEFA Europa League o del trofeo de la Copa de África.

Muchos de los trofeos más emblemáticos están juntos en estas vitrinas, pero ninguno que resuma la idea de fútbol y victoria con tanta magia y fascinación como la Copa del Mundo de la FIFA. 36,8 cm dorados con dos tiras de malaquita verde diseñados en 1970 por el artista Silvio Gazzaniga (1921 - 2016). Brasil ganó aquel año por tercera vez la copa Jules Rimet en México y la FIFA se vio obligada a crear un nuevo trofeo al quedarse los brasileños la copa en propiedad.

Brasil ganó en 1970 por tercera vez la copa Jules Rimet en México y la FIFA se vio obligada a crear un nuevo trofeo al quedarse los brasileños la copa en propiedad.

La FIFA anunció entonces un concurso que recibió 53 diseños diferentes de todo el mundo. Fueron exhibidas y la escultura del milanés Gazzaniga fue la elegida. Tal y como describió el propio creador, el trofeo representa la alegría y la grandeza del atleta en el momento de la victoria; dos atletas estilizados sosteniendo ellos mismos la bola del mundo.


La copa original de oro macizo es propiedad de la FIFA y es exhibida en contadas ocasiones. Cada cuatro años, Bertoni provee una copia idéntica que es donada a la federación ganadora de cada torneo. Desde el molde hasta la fundición y vuelta a la fábrica, la copa en crudo es progresivamente pulida en varias fases mecánicas (modeado, cepillado y posterior pulimiento) y trabajo manual (cincelado y  un poco de soldadura), por el experto artesano, incluso un galvánico baño para un desengrasado ultrasónico. Todo con el objetivo de conseguir el famoso brillo.

Finalmente, la nueva copa es limpiada y secada antes de ensamblar definitivamente la copa con la base y darle un último barniz. Después del asombroso proceso, el trofeo está listo para su viaje. Es hora entonces para el equipo de Bertoni de crear las medallas. La victoria nunca duerme.