Brexit

El fútbol es la mejor metáfora de la vida. Lo sabe todo el mundo. Y el publicista Nicolás Gómez Cal lo demostró con la exitosa campaña ‘Si te lo explican con fútbol, lo entiendes’. Decidimos recuperar la campaña para explicar conceptos partido a partido.

Nicolás Gómez Cal (publicista).- Cuando las soluciones de manual no funcionan, hay que acudir a alternativas menos tradicionales. En el caso del Manchester United o el Brexit, después de varias jugadas de manual o aparentemente seguras que no funcionaron (David Moyes y Louis Van Gaal en el United o Theresa May en el Brexit), llega el momento de la opción distinta, y más riesgosa también. Para devolver al United a su lugar y finalmente encontrar una solución al Brexit, Mourinho y Boris Johnson son los elegidos. Dos técnicos pragmáticos y con personalidades fuertes que aseguran resultados sin importar cómo; porque equipos grandes como el United o el Reino Unido no pueden ir agonizando por la liga o el Parlamento, como si fueran el Southampton o el Newcastle. Son clubes ganadores, y los clubes ganadores dan golpes sobre la mesa: golpe y sientan a uno de los fichajes más recientes (Alexis Sánchez) o golpe y a imponer el hard Brexit.

Para devolver al United a su lugar y finalmente encontrar una solución al Brexit, Mourinho y Boris Johnson son los elegidos. Dos técnicos pragmáticos y con personalidades fuertes que aseguran resultados sin importar cómo; porque equipos grandes como el United o el Reino Unido no pueden ir agonizando por la liga o el Parlamento, como si fueran el Southampton o el Newcastle.

Estos dos grandes del continente necesitan managers sin miedo y que si hace falta se peleen con emblemas del club y miembros del Parlamento; que dejen a grandes jugadores en el banquillo o que ni siquiera se los convoque (Pogba) y que no le preocupen si en el proceso hasta su propio hermano renuncia al cuerpo técnico (Jo Johnson). El United o el Reino Unido (a esta altura de la historia ya es lo mismo) ahora necesitan un técnico que mire a la directiva de manera desafiante cuando cuestione su pizarra y le diga su verdad. Que cuando salga a Europa no le importe plantar el autobús en su propia portería o jugar con un carrilero de delantero centro para traerse un resultado que le dé aire en casa; que no mida sus declaraciones, por más que al rato sean portadas de todos los medios o memes de WhatsApp (¿os suena a Boris comparándose con el Increíble Hulk?). Sin embargo, el riesgo de que estos técnicos no le encuentren la reacción al equipo es bastante grande.

No es catastrófico porque es parte del juego. Lo grave es que la forma de jugar y de entrenar de estos técnicos deja al club en la miseria. Jugadores lesionados, faltos de confianza y con cotizaciones por el piso. Jugadores promesa que terminan yéndose a equipos que ni siquiera pelean por jugar en Europa. Jugadores consagrados que dejan el vestuario por la puerta de atrás y sin hacer declaraciones. Y hasta jugadores que eran incondicionales del técnico, cambian de vereda y ya no responden más a él (más de 25 tories renunciaron o fueron echados desde que Boris es Primer Ministro).

 

Como futboleros, ya sabemos lo que pasa con este tipo de técnicos. Consiguen algunas victorias que les dan aire (Copa de la Liga, Community Shield, suspensión del Parlamento); pero cuando viajan a Alemania para saber quién manda en Europa, se encuentran con un rival sólido, que les mete cuatro en el primer tiempo y al Míster no le queda otra que actualizar su perfil en LinkedIn. •