Casillas: «Como estés fuerte y te creas un muro, te pegan desde un metro y sabes que no va a ser gol»

Fue un 12 de septiembre de 1999, en un lugar histórico como San Mamés, cuando debutaba en la competición nacional. Casillas fue portada de nuestro número 17 donde reveló sus intenciones y, en entre ellas, nunca estuvo  la de renunciar a la selección.

Texto Diego Barcala | Fotografía Jerónimo Álvarez

*Entrevista realizada el 6 mayo de 2016

Es viernes a las 12.30 de la mañana. La sala de familiares, donde nos hemos citado para la entrevista, está comunicada con la calle por un aparcamiento bajo las gradas. El pasillo que sirve de garaje del bus del equipo está decorado con fotos y lemas de la historia del club. El primer cuadro que ve Casillas al entrar por aquí es el de José Mourinho besando la Champions League ganada en 2004. Inevitable comentarlo. El resto del muro recuerda el fantástico taconazo de Madjer en 1987 y otras victorias. Llegamos al lugar indicado. Nos hemos perdido por los alrededores del estadio y nos ha adelantado un patrocinador del jugador en la entrevista. Nos toca presenciar el rodaje en silencio. El spot exige a Casillas responder a unas preguntas lanzadas por niños a través de un ipad. Las cuestiones suenan con la inocencia de una voz infantil pero de fondo se intuye el papel cuché que rodea al personaje: “¿Te planteas ser suplente? ¿Te gustaría que tu hijo fuera futbolista? ¿Echas de menos Madrid?”. Piloto automático del portero. Una pista más sobre la entrevista a evitar con Casillas. Su carrera ha llenado tantas portadas y reportajes que se ha olvidado su verdadera dimensión.

Una referencia deportiva de su país, una leyenda de su club y un mito del deporte más popular del planeta. Sólo se nos ocurre un enfoque posible para contar algo distinto de Iker Casillas (Madrid, 1981): hablar de fútbol.

¿Cuáles son los jugadores que más te han impresionado entrenando y jugando en tu equipo?
Decir uno es difícil porque son tantos y tan buenos y sobre todo cuando juegas en el Real Madrid pero te acuerdas de Roberto Carlos en el 2000, Redondo, Anelka…

¿Anelka?
Sí, sobre todo de la habilidad que tenía con la pelota. Era muy bueno. Salió rápido del Madrid. Pero cómo fue ese año, la adaptación, pagaron mucho por él, con 20 años… Luego los galácticos. Ronaldo, el gordito, Zidane… Figo, Raúl, Bale, Robben, las faltas de Zidane…

Y ¿En contra?
He vivido la etapa de Messi, Ronaldinho, alguno del Atlético como El Niño Torres, pero cuando yo empecé estuvo dos años en Segunda… El Bayer Munich con Elber.

Hablando del Bayern, ¿Es cierto que Khan te invitó a Munich después de un enfado en un partido porque no te cambió la camiseta?
Él dijo que me invitaba pero nada. Cuando pasó aquello yo tenía 22 años y él 30. Son ocho años de diferencia. Fue un partido que tuvimos después del Mundial de 2002 en Mallorca. Se fue medio enfadado. Y luego ya bien, fue un día puntual.

Hablemos de cómo te ha ido este año (2015-2016). Llevabas décadas jugando en un equipo al que tiraban poco a puerta y estás viviendo algo distinto.
El fútbol del Madrid es muy directo, muy de ataque, donde atrás se puede sufrir. Antes te llegaban menos. Tenías que saber que te iban a llegar dos o tres balones en todo el partido. Un portero de un equipo grande tiene que saber que eso es así. Cuando veo resúmenes, ahora que veo muchos más que antes, y veo a equipos que pierden 4-0, me hace gracia la figura del portero del que siempre se dice: “Le han metido cuatro y ha evitado dos”. Es raro, o sea, te meten cuatro, salvas tres y eres el mejor. Otros partidos empatas a 1, has tenido un error y el culpable eres tú. La vida del portero es un poco injusta.

Piqué dijo en una entrevista que le gustaría jugar en un equipo al que le atacaran porque disfruta defendiendo. ¿Os pasa lo mismo a los porteros? Que os divertís más cuando os tiran.
Esto que dice Piqué… y si me gusta que me lleguen a portería… depende del día que tengas. Si te encuentras inspirado sí. Pero que te lleguen poco y te exijan poco o tengas dos y pares dos. Perfecto, no quiero más líos. Yo siempre he dicho que prefiero ganar 1-0 que 5-4. A lo mejor a la gente le gusta la emoción pero a mí me gusta no encajar gol.

«Yo siempre he dicho que prefiero ganar 1-0 que 5-4. A lo mejor a la gente le gusta la emoción pero a mí me gusta no encajar gol.»

Recuerdo partidos en el Bernabéu con el Madrid 1-0 y tú con mucha tranquilidad para sacar. Eso ponía nervioso al público.
Hay que jugar con el marcador. Son cosas muy importantes.

Hablando del Bernabéu. Has pasado muchos minutos solo en la portería, ¿Llega un portero a reconocer a las personas de la grada?
Difícil. A no ser que baje y te diga algo clave. “Oye, que somos de Navalacruz”. Recuerdo que al principio, para mí todo era muy extraño. Pasaba de Tercera a jugar en San Mamés.

En el antiguo San Mamés será de los sitios donde peor lo has pasado con la gente tan cerca. ¿Has sufrido con alguna grada cercana?
San Mamés no tanto. Con los Bukaneros en Vallecas… O los ingleses. Pero nunca lo he pasado mal. Ni siquiera en Turquía o Grecia donde hay ambientes más calientes.

Otra cosa es con los recogepelotas y las perdidas de tiempo.
Eso es un problema importante y la UEFA o la FIFA tendrán que hacer algo antes de que haya un problema más gordo.

Cambiemos de tema. No sé si lo has dicho en alguna entrevista ¿La Eurocopa de 2016 será tu último torneo con la selección?
No he dicho nada. Mi última Eurocopa va a ser seguro. A 2020 no creo que llegue. Pero no lo sé, es una decisión que me gustaría tomar a mí. Decir, oye hasta luego, ha llegado el momento… Pero no me lo planteo, prefiero disfrutar de la convocatoria. Ahora disfruto más para que se me quede todo en el recuerdo.

En la siguiente Eurocopa tendrías 39 años. Tampoco es tanto. ¿Por qué en España jubilamos tan pronto a los grandes jugadores?
Mis circunstancias no han sido por ser grande. Lo mío es claro, ya se hablado mucho y se sabe pero no fue por ser grande. Llega un punto en el que piensas que para ser el muñeco vudú al que todos quieren pinchar… A algunos les gustaba mucho y a otros no. Yo miré por mí y me hubiera gustado seguir en el club pero salí con 34 años.

Quizá hables con alguien a quien le pasó algo parecido. Me refiero a Raúl. Cuando España ganó la Eurocopa parecía que se había ganado gracias a que él no estaba.
Raúl siempre se ha mostrado muy respetuoso y cauteloso porque además tuvo un problema con el anterior seleccionador o bueno que dejó de convocarle y se reunieron en Las Rozas antes de la Eurocopa… Y todo eso. Bueno son decisiones de un seleccionador. Siempre sigo viendo mucho raulista por el mundo. Eso se lo ha ganado él.

¿Eres raulista?
Sí, soy raulista. Cuando empezó él con 17 años, los que veníamos detrás con la famosa Ley Bosman estábamos muy jodidos. Pero no porque no se lo mereciesen los que venían, estamos de acuerdo en que sí, sino que a los que veníamos de abajo, se nos cerraban las puertas. Que saliese gente de la cantera, era una bendición y nos agarrábamos a él. Raúl era nuestro Mesías.

Sanchís, Raúl, Casillas, Ramos que es como si fuera de la cantera y no hay relevo. El próximo capitán puede que sea un extranjero recién llegado al Real Madrid. ¿Se ha perdido esa tradicional transmisión de valores?
Llegará ese momento. Hombre, con mi salida del Madrid se pierde el Madrid de hace años. Me mantenía y ahora vendrá otra cosa. Con la salida de Ramos, que espero que sea tarde, el Madrid ya no es ese Madrid. Será otro concepto del que teníamos hace 10 años. Son etapas de la vida.

Un compañero de cantera y colaborador de Líbero, Miguel Corona, nos ha mandado esta pregunta para ti. ¿Recuerdas qué nos pasó con el médico y el entrenador del equipo en un torneo en Bolivia?
¿Coronita? Me acuerdo. Pues que aquel torneo fue un desastre. Fuimos a una especie de campeonato del mundo de equipos a Bolivia. El médico era Bernardino, Bernardo, muy bonachón. Y el entrenador era Rafa López con Mezquita, que murió hace unos años. Había tantas penurias. Cuando eres tan pequeño, te llevan a un país a que hagas de cobaya para que años después vayan los mayores. Y las instalaciones eran tan malas que a mitad de semana nos dijeron, pues oye, vámonos de aquí que no da lo mínimo. Y estuvimos a punto de volvernos a España. Ahora voy por Madrid y veo esos campos de hierba artificial por todas partes y me da una envidia.

En el momento de la entrevista no conocíamos la anécdota real a la que se refería Corona, así que le pedimos al ex-capitán del Almería y actual jugador del Brisbane Roar que complete la memoria de Casillas. “Tampoco fue nada del otro mundo. Allí en Bolivia, en el hotel, nos dijeron que había una enfermedad muy grave por la que nos tenían que vacunar y que el pinchazo era muy doloroso. Nos sentaron en las inmediaciones de una sala e íbamos pasando uno a uno. Cuando entrabas, el médico empezaba a montar una parafernalia de quirófano para que te acojonaras y cuando ya estabas a punto de llorar te decían que era una broma pero que gritaras para que se lo creyeran los de fuera… En fin, una tontería pero cuando tienes 13 años te acojonas. Ahora lo pienso y me parece una broma bien pensada. Siguiendo con tu carrera de cantera.

A algunos aficionados del Athletic Club les gusta recordar que tu titular era Aranzubia 
Te cuento lo que pasaba. Cuando ibas buscador de la federación y ponías por ejemplo: necesitamos un portero para la sub 16. Pues salía Iker Casillas. Ese año que ganamos el Mundial sub 20, de enero a mayo estuve en la sub 18, 17, 20, 21 y 19. Subía, bajaba… Era muy importante para mí, pero es correcto que en aquel Mundial, Aranzubia era el titular. Pero yo era más pequeño que todos. Yo tenía 17 años y ellos tenían 20. Iñaki Sáez ya me conocía de la sub 17. Era seleccionador sub 17, sub 19 y sub 20. Nos conocía a todos y apostó por mí para aquel Mundial. Quizá tenía que haber ido Felip, del Barcelona, que luego fue a las olimpiadas. Yo no fui a los JJOO porque Camacho me convocó para la absoluta.

En esos años te llegó la llamada del primer equipo del Real Madrid.
Lo de Rosenborg fue en noviembre de 1997. Yo iba de suplente de Contreras porque Cañizares se había lesionado pero al final se recuperó. Y Heynckes me dijo si me quería vestir ya que había ido. Y dije, pues claro, ya que estoy. Estaban todos. Perdieron, bueno perdimos 2-0. Conviví con ellos. Hacía un frío de pelotas. Jugó Chendo ese día. Suker, Mijatovic, Cañizares, Hierro, Sanchis… Gente muy importante.

Y poco después, con 18 años, ya eras titular.
La cosa fue así. El primer año ganamos la Champions. César está fichado pero se quedó un año más en el Valladolid. Cuando vuelve al año siguiente nos quedamos Bodo Illgner, César y yo. Empecé jugando yo, las cosas iban bien, pero al final de temporada se complicaron unos cuantos partidos, caímos eliminados con el Bayern, y en el último mes, cuando nos jugábamos la Liga, el mister optó por César. Ganamos la Liga con César de portero los últimos cuatro o cinco partidos y yo jugué el último partido porque había ganado el Trofeo Bravo y era un homenaje.

¿Te sentó Del Bosque para protegerte por ser muy joven e ir todo demasiado deprisa?
En la siguiente temporada, pasa igual. Empecé jugando toda la temporada y a falta de dos meses, perdimos el centenariazo y Vicente [Del Bosque] volvió a poner a César. Y se lesionó en la final y salí otra vez. ¿Por qué? Pues supongo que porque tenía 20 años, porque el mister vería a César mejor que a mí. Son cosas que me jorobaban en su día pero te hacen más fuerte.

Y justo cuando te sientan se lesiona César en un pie, en mitad de la final y sales a ganar el partido con dos paradas ¿Cuántas veces ha sucedido eso? Tu carrera está marcada por cosas inverosímiles.
Son paradas que cuando estás jugando una final, tienen más repercusión. Pero vamos que esas paradas fueron una chufa. Pero el fútbol tiene esas cosas. Últimos minutos, la euforia… Está claro que salió todo muy redondo. Y a los tres días se lesionó Cañizares para el Mundial de Japón y Corea.

¿Con qué portero has aprendido más entrenando?
Sobre todo con César que estuve cinco años compartiendo vestuario con él y de pequeño me parecía un porterazo y compartiendo vestuario, imagínate. Además es parecido a mí, nos parecíamos mucho. Con Illgner estuve dos años y me pareció fantástico. Diego [López], Dudek que vino con 34 años y se cuidaba a la perfección y aguantó hasta los 37 años.

Vamos a hablar de tu pie.
¿Qué pasa con mi pie?

(En este momento nos damos cuenta de que nos estamos relajando en la conversación y al otro lado de la grabadora está Iker Casillas, ganador de un Mundial, dos Eurocopas, tres Copas de Europa…) Que has mejorado mucho pero siempre lo has pasado mal.
De pequeño, será porque crecí en otra época, no te acordarás pero cuando empecé con benjamines y alevines jugábamos con líbero, nunca mejor dicho. Jugábamos con tres centrales y el líbero por detrás. Entonces, el que sacaba de portería era el líbero. Un año, otro, otro… Entonces en cadetes me dijo el entrenador que iba a sacar yo. Entonces era cuando te quedabas un poco más a pegarla. ¿Pero yo? La pegaba de puntera, salía para un lado, otro… De volea llegaba lejos. Pero no me habían enseñado. Con 9 años intentaba llegar lejos pero nada.

Parece que describes el futbol de otra época.
Creo que esto de que el portero saque hacia los extremos o a un lado u otro para tener la pelota controlada lo cambia Guardiola con su manera de jugar. En la selección empezamos a hacerlo hace seis años. Sacarla jugada.

Sin embargo, con la mano siempre has tenido un saque bueno.
A mí siempre me ha gustado sacarla con la mano. Me gustaba mucho Barthez que con la ley de los seis segundos, cogía el balón y salía corriendo a la frontal. También lo tenía fácil porque los que esperaban su saque eran Zidane, Deschamps, Vieira… Muy curtidos. Pues eso me pasaba a mí. Cuando subí al primer equipo y estaba Zidane en 2001, Zizou lo único que me decía era: cuando tengas el balón en la mano, sácame a mí siempre. Si ves algún vídeo mío, siempre que estaba Zizou, se la tenía que sacar a él siempre. Si no, se cabreaba. Y luego encima le dabas un melocotón y te hacía un balón.

«Si ves algún vídeo mío, siempre que estaba Zizou, se la tenía que sacar a él siempre. Si no, se cabreaba. Y luego encima le dabas un melocotón y te hacía un balón.»

¿Imaginabas a Zidane como entrenador? No parece muy locuaz.
Zizou siempre ha sido reservado a la hora de hablar en el vestuario. No era alguien que jugase ese papel de hablar como líder como Fernando Hierro, pero luego en el campo o como entrenador, te da las pautas y te dice muy claro lo que quiere. Le he tenido de asesor, de compañero, rival, entrenador…

La entrevista se va a publicar después de la final de Champions (2016). ¿Cómo se le juega al Atleti de Simeone? Por ejemplo ¿Qué os pidió Ancelotti en Lisboa?
Al Atleti se le juega muy compacto. Los dos equipos llegamos a aquella final muy tocados y fue difícil y no porque marcaran antes. El Atleti había sido campeón de Liga, nosotros llegábamos como muchos jugadores muy tocados, muchos partidos, mucha tensión… Nos pasó con Pepe que se lesionó en Valladolid. Y Varane dos años antes con la rodilla. Esas cosas no se saben cuando se juega la final.

Especula a priori. ¿Cómo será el partido?
Arriesgar… Poco. Ponen dos líneas de cuatro atrás y dos rápidos arriba, Griezmann y Torres. Van muy bien a balón parado luego, cuantas menos faltas y córners, mejor. Y sobre todo, no intentar ser cabezón e ir e ir… Hay que guardar. Es que se juegan muchas cosas. Si un equipo marca rápido…

¿Crees que son justas las críticas a Simeone?
No creo que haya que criticar al Atleti por su forma de jugar. Simeone habrá analizado a sus jugadores y ha decidido jugar así. Yo creo que irán a la presión, van todos detrás de la pelota, nadie se queda parado, nadie se descuelga jamás, libertad para los de adelante… ¿Si juegas bien vas a conseguir tus objetivos? Pues yo prefiero jugar mal y ser campeón de Europa. Puedes tener 20 ocasiones de gol pero si te las paran…

¿Cuáles son las paradas con las que te quedas de tu carrera?
Más que las bonitas, me quedo con las más significativas. La de Robben, las de Champions de la novena, los penaltis de Italia, del Madrid los de la final de Copa de 2011… La de Perotti…

¿Cómo fue la de Perotti, intuición?
Vi el pase atrás y pensé: no va a entrar. Convencido. Fui corriendo y sabía que no iba a entrar y por eso salté. Igual que otras veces ves que está el delantero a 30 metros y piensas: que no la pegue porque va a ser gol. Pues igual.

¿Cómo? Lo cuentas como si fuera casi magia.
No es magia, es confianza. Los porteros se basan en su mentalidad. Si tu mentalidad es vulnerable, estás jodido. Da igual desde dónde te tiren, que no estás capacitado para pararla. Ahora bien, como estés fuerte y te creas un muro, te pegan desde un metro y sabes que no va a ser gol.

¿Has trabajado alguna vez esto con psicólogos?
No, no he trabajado con psicólogos. Es la experiencia mía, haber jugado desde siempre en el Madrid, la impresión de que siempre vas a ganar 8-0, 0-4… Y cuando quedabas 5-1 pues te han metido un gol.

¿Te ha molestado tanto elogio exagerado como lo de El santo, El ángel…?Lo de tener ángel lo vas a aceptar por las circunstancias de la vida. Pero tienes que valer. Un tío que está 16 años en la selección, tiene que valer. Han pasado seleccionadores y sigues ahí. Bueno, a lo mejor todo influye, tener ángel, las energías…

¿Energías?
Puede ser. Para mí también es raro.

¿Tienes una lado malo? ¿A qué lado te tiras peor?
Sí, creo que me tiró mejor para el lado izquierdo que al derecho. No mejor, pero más suelto.

Ahora con toda la tecnología del big data aplicada al deporte, dicen que se sabe donde va a ir cada penalti. ¿Sabías esos datos en la tanda contra Italia?
Te dan información. Pero ahí no sabía nada. Todo fue analizar dónde la podían pegar. Cuando estás en una tanda tan importante, la gente va a ir a asegurar. Influye el resultado, la tranquilidad, no se hacen florituras, depende del jugador.