Chemo del Solar: «Si Valdano te pedía A, Ranieri te pedía Z»

Formó parte del histórico Tenerife dirigido por Valdano y jugó con Redondo, Pizzi y Dertycia. Pasó por el Valencia -nuevamente con Valdano- y disfrutó a Romario, al Piojo y al Burrito Ortega, hasta que Ranieri le pidió que buscara otro equipo. Antes había estado en el Celta y en un partido terminó de portero contra el Barcelona de Ronaldo y Figo.

*Texto Javier Polanco | Fotografías Celso Roldán.- Guillermo del Solar, (Lima, 1967). Chemo. Así lo conoce el mundo fútbol. Ahora es entrenador y dirige al Universidad César Vallejo de la Segunda División en Perú. Todos los años visita España y siempre tiene tiempo para conversar de sus años en la Liga. 

¿Recuerdas los días previos a tu llegada a Tenerife en 1992?
Claro que sí. Yo en aquel momento jugaba en Universidad Católica (Chile) y fueron días de mucha tensión y hasta cierto punto inciertos. Por un lado tenía la oferta del Tenerife que en ese momento negociaba con mi equipo y por otro lado el club no estaba muy convencido de dejarme ir. Católica económicamente era muy solvente y más que tratar de vender jugadores, quería armar un buen plantel y el presidente del club me decía que no me fuera.

«Fernando Redondo antes de jugar se paraba diez minutos a peinarse y yo le decía '¡ya sal de ahí!'»

En los días previos tuve varias reuniones con él porque yo le decía que quería ir, pese a que me iba bien y la gente me respetaba muchísimo. Al final, me entendió y también fue una buena oportunidad para la institución porque ellos habían comprado mi pase a Universitario (Perú) en 1989 por 140.000 dólares. Dos años y medio después me venden en 1,4 millones. Además dos parti-dos adicionales que Católica jugaría (uno contra el Tenerife). Yo creo que fue un buen negocio.

¿Por qué elegiste España?
En ese momento las ligas que más sonaban eran España e Italia. Además, yo no los conocía pero ya había oído hablar de Jorge Valdano y Ángel Cappa. Y no lo dudé. Ahí estaban Redondo, Pizzi y Dertycia. Ezequiel Castillo llega conmigo y seis meses después lo hace Diego Latorre y formamos un equipo de varios argen-tinos y yo. Definitivamente el hecho de llegar a un sitio donde los entrenadores y varios compañeros eran argentinos también ayudó.

¿Imaginaste hacer historia en Tenerife? 
Esa fue la época de oro del Tenerife en la liga española. Si repitiésemos en estos años, las temporadas que tuvimos con Tenerife, estaríamos jugando la Champions. Al principio cuando llego y me empiezo a empapar de la historia del club, yo decía a dónde he llegado. Tenerife llevaba dos años en Primera División en toda su historia y había estado siempre en Segunda o Segunda B.

¿Cuál es la sensación ante eso?
Temor hay de todas maneras y yo decía: ‘he llegado a un equipo que va a pelear el descenso’.

¿Y una vez que lo asimilaste?
Me llevaron como titular y yo tenía la seguridad de que iba a jugar, pues venía de hacerlo en Católica. Al comienzo fui back y luego volante. Pero cuando comienza la pretemporada y los amistosos te das cuenta de que es otro fútbol. En España cortan el pasto muy cortito y le echan agua a la cancha antes de jugar, la pelota va más rápido y te juegan al control y al pase. En Sudamérica todo era distinto.

¿Imaginaste lo que podían lograr?
Me costó adaptarme unos meses a la liga española y en esos meses me di cuenta de que teníamos equipo no para pelear el descenso. Conforme pasaban los partidos crecimos todos y nos superábamos ante bue-nos rivales.

Entendieron la idea de Jorge Valdano rápidamente.
Sus mensajes eran muy claros y sentía el juego de una manera determinada. Lo que pregonaba Cruyff en Barcelona lo hacía Jorge. Con el Tenerife salíamos a jugar de igual a igual de visita y en cualquier estadio. No éramos el típico equipo chico español que cuando jugaba de visita solo se defendía. En Barcelona empatamos 1-1 y en el Bernabéu al Madrid le ganamos 3-0. Le jugábamos de igual a igual a los rivales en su cancha y esa es una idea del entrenador. Había un buen grupo en el vestuario. No solo con los sudamericanos. Me tocó un grupo con gente española muy buena y mantengo contacto actualmente con varios de ellos como Felipe Miñambres, Julio Llorente, Quique Estebaranz, Toño Hernández (capitán) Rafa Berges y César Gómez. Voy a España mucho y hasta ahora nos seguimos viendo y hablando.

Había un buen grupo en el vestuario.
No solo con los sudamericanos. Me tocó un grupo con gente española muy buena y mantengo contacto actualmente con varios de ellos como Felipe Miñambres, Julio Llorente, Quique Estebaranz, Toño Her-nández (capitán) Rafa Berges y César Gómez. Voy a España mucho y hasta ahora nos seguimos viendo y hablando.

«Yo no creo que un equipo que no tenga buena relación entre sus futbolistas pueda conseguir cosas importantes. La temporada que hicimos en el Tenerife era como salir campeón.»

Y eso fue clave.
Totalmente. Yo no creo que un equipo que no tenga buena relación entre sus futbolistas pueda conseguir cosas importantes. La temporada que hicimos en el Tenerife era como salir campeón.

Y como buen grupo tenían sus costumbres o cábalas.
Claro. Siempre a la hora que nos íbamos al estadio, Ezequiel Castillo en el bus del Tenerife ponía rock argentino. Fernando Redondo antes de jugar se paraba diez minutos a peinarse y yo le decía ya sal de ahí.

¿Quién era el líder de ese grupo?
Había españoles que no eran tan vistosos para el público, pero en el vestuario pesaban. El arquero Agustín Rodríguez era uno de ellos y había sido compañero de Valdano en el Real Madrid.

¿A ese Tenerife, con qué equipo de estos años lo compararías?
Ese equipo jugaba bien al fútbol y ganábamos con autoridad. Quizá lo hecho por el Sevilla de hace dos o tres años. No sé si este. El Sevilla que competía contra Madrid y Barcelona.

¿Qué partidos recuerdas de esa etapa?
En la cancha del Barcelona tuvimos un 1-1. Ese era el equipo de Johan Cruyff que no te prestaba la pelota ni un ratito. Te agarraba la pelota y no te la daba. Me gustaría que les pregunten a los jugadores del Barça si disfrutaron ese partido porque la pelota se la disputamos. Ahí jugaba Guardiola, Laudrup, Koeman, Baquero, Amor, Eusebio, Zubizarreta, era el ‘Dream Team’. Al Madrid le ganaron en el Bernabéu. Un 0-3 por la Copa del Rey y le ganamos bien. Fue la única vez en España que nos rompieron un bus. El clima hostil fue contra nosotros. Al minuto 30 del segundo tiempo ya iba 3-0 y el árbitro tuvo que parar el partido unos minutos porque la gente había lanzado las almohadillas al campo.

«En la cancha del Barcelona tuvimos un 1-1. Ese era el equipo de Johan Cruyff que no te prestaba la pelota ni un ratito. Te agarraba la pelota y no te la daba. Me gustaría que les pregunten a los jugadores del Barça si disfrutaron ese partido porque la pelota se la disputamos.»

LA VIDA DESPUÉS DE TENERIFE
En 1995 dejas la isla.
El alemán Jupp Heynckes llega a Tenerife y recibo una oferta más importante de Salamanca. El estilo de juego del técnico Juan Manuel Lillo era parecido a Valdano y Cappa y eso ayudó. Ahí coincidí con el rumano Stinga, Claudio Barragán y Miguel Torrecilla (actual director deportivo del Sporting de Gijón).

Después de una buena temporada cambias de club.
El Celta me compró y me encuentro con un equipo mucho más importante que aspiraba a cosas más parecidas al Tenerife. Ahí jugué con Mazinho, Mostovoi, Valerie Karpin, el israelí Revivo, Gudelj.

Tuviste que ir a la portería en un partido ante el Barcelona.
Al arquero lo expulsaron y ya no había más cambios.  Era Richard Dutruel, que después del Celta va al Barcelona como arquero. Yo sabía que tenía que ir porque tenía condiciones para el arco. (El partido iba 3-1 cuando Del Solar fue a la portería y así terminó).

¿Te ponías los guantes en los entrenamientos?
No. La experiencia en el arco fue diferente y emocionante. No era la primera vez. En el año 1987 con San Agustín (Perú) había tapado 90 minutos.

¿Te dio algún consejo tu portero?
Imposible. Fue muy rápido todo y si me dijo algo fue que rezara por los delanteros que tenía el Barça: Ronaldo y Figo (risas). 

Ahí aparece Valencia.
Quizás es el error más grande que cometí como futbolista. En el Celta era titular y la gente me quería. Me quedaban dos años de contrato y el presidente del club (Horacio Gómez) me quiso renovar por dos años más. Por un lado, Valdano me decía: “Vente con nosotros” y por el otro, Javo Irureta (entrenador del Celta) me decía: “No te vayas”.

¿Qué te convenció?
Valdano. La prensa decía que Real Madrid, Barcelona y Valencia pelearían la Liga y en el Celta era quedar de la mitad de tabla para arriba. Al Celta le pagaron 450 millones de pesetas (2,7 millones de euros). Me fui por Valdano.

¿Cómo era ese equipo?
Valdano lo arma y llegan quince jugadores nuevos al Valencia. De los cuales, la mayoría éramos sudame-ricanos (Ortega, Romario, Piojo López, el Negro Cáceres, Marcelinho Carioca, Morigi, Campagnuolo). Yo llego a Valencia el último día que se cierra el libro de pases y al día siguiente empieza la Liga. Debuté en la segunda fecha ante el Barcelona, Jorge solo estuvo hasta la tercera fecha y fue reemplazado por Claudio Ranieri.

«Valdano había hecho un equipo y te pedía una cosa y nos encontramos con otro entrenador que te pedía lo opuesto. Esto no quiere decir que no sea válido. Es válido. En mí se generó una confusión.» 

Gran diferencia entre los técnicos.
Si Valdano te pide A, Ranieri te pide la Z. Era otra idea, totalmente diferente. Valdano había hecho un equipo y te pedía una cosa y nos encontramos con otro entrenador que te pedía lo opuesto. Esto no quiere decir que no sea válido. Es válido. En mí se generó una confusión. En Tenerife, Salamanca y Celta yo jugaba de una manera determinada. Los entrenadores me pedían que tuviera la pelota y Ranieri me decía que la tuviera el menor tiempo posible para que llegue rápido a los delanteros. No me adapté a la idea que tenía y por eso no jugaba.

¿Cómo estaban los otros suplentes?
En los entrenamientos así como yo estaba relegado, otros la pasaban igual. A Ortega le sucedía lo mismo. A él le dabas la pelota y quería llevar a uno y a otro, te enganchaba. Ranieri renegaba con eso y quería a un delantero como el Piojo López, más directo, explosivo y rápido.

¿Te enojaste con el míster italiano?
A pesar de que yo no jugué con Ranieri, hasta el día de hoy le tengo cariño y respeto. Yo dejo el equipo por él. Pude quedarme en Valencia de vacaciones pues yo tenía tres años más de contrato, pero yo quería jugar y sentirme futbolista. En los últimos meses con Ranieri yo no me sentía futbolista. Me dijo que me consiga un equipo dónde jugar y comencé a buscarme un equipo. Me dijo las cosas como son. Me he encontrado con él después y nos hemos dado un abrazo. Ranieri ha conseguido muchísimas cosas con esa idea y es respetable y válida. De casualidad no ha salido campeón en los clubes que ha estado, por algo es.

¿Y con Jorge Valdano todavía tienes contacto?
Sí, tenemos una relación muy buena y lo veo. Dos veces al año voy a Madrid y lo veo. Me gusta ver fútbol y él me regala las entradas para ver al Real Madrid. También veo al Atlético, Getafe, Rayo Vallecano o al Leganés. •