Julio Ocampo.- Illona Staller (Budapest, 1951) ha sido -y es aún- muchas cosas a la vez. Modelo, estrella del porno, actriz, pintora, activista y ex diputada radical en el Parlamento italiano a finales de los ochenta. Un icono pop poliédrico que charla con Libero por teléfono desde su casa de Roma, donde vive plácidamente con su hijo. La excusa es la reciente publicación de ‘Memorie: Racconto fotográfico di un mito’. Más de 200 páginas de fotografías de una persona libre y grácil que decidió vivir todo con intensidad, sin ahorrar emociones. De su Hungría natal a sus pinitos en la radio, del cine para adultos a su vida en EE UU. No podía faltar la música y el fútbol. Sí, el balón en todas y cada una de sus esferas.
Cicciolina, su alter ego eterno, es del Real Madrid, pero también ama a Messi y Maradona, quien desde el cielo vuelve a esbozar una sonrisa gracias al nuevo Scudetto del Nápoles. “Su muerte me entristeció enormemente. Jugaba como un niño”, asegura la diva.
Comencemos por la película ‘Mondiali’ que coincidió con Italia 90. Una cinta pornográfica que filmó con Moana Pozzi donde las actrices -quienes se representan a sí mismas- pretenden que la Nazionale se imponga en la cita mundialista. El plan era liquidar sexualmente a estrellas de otras selecciones como Gullit, Klinsmann y Diego Armando Maradona. Hablemos de ella.
Cicciolina y Moana en el Mundial fue una película muy divertida. Con mucho éxito, también económico, por supuesto. Recuerdo al actor que interpretaba Gullit, que era un jamaicano… Mientras que de Diego hacía Ron Jeremy. La interpretación de Jürgen Klinsmann (en la película se llamaba Kataklinsman) corría a cargo de un actor alemán. Sus selecciones eran las rivales de Italia.
ENTREVISTA» La charla con Cicciolina en Líbero 53.
Esa Italia era la de ‘Le notti magiche’, maravillosa canción (la banda sonora del Mundial) de Edoardo Bennato y Gianna Nannini. Maradona, por cierto, llamó a su hija Gianna por ese motivo. ¿Qué opinión tiene del Diez?
Todos sabemos que es un mito en Nápoles. También amado en Italia. Me encantaba. Siempre que podía iba a verlo jugar. Eso sí, nunca nos conocimos personalmente. Su muerte me produjo una tristeza enorme. Fue demasiado pronto. Vi sus fotos y eran terribles. Estaba tan triste que fui a la iglesia a rezar y llevar unas flores de mi jardín. También, en casa, hice una cruz simbólica y coloqué otras flores en un simbólico lugar donde escribí su nombre. Fue un rey del fútbol, lo reinventó… Lo que más me gustaba es que jugaba como un niño descalzo. Fantástico.
A usted también le gusta Messi.
Sí, porque es generoso y ayuda a la gente pobre. Todos deberían hacer lo mismo. Donaciones a hospitales, para los niños más necesitados, las mujeres, las familias con pocos recursos… Sí, esto tendrían que hacer todos los futbolistas del mundo.
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