Líbero.- Paloma Pujol detecta a la primera a quien no se toma en serio sus 12 horas de entrenamiento para ser una de las mejores jugadoras de footbag del mundo. “No, no es un saquito relleno de arroz. Es una pelota de 40 a 60 gramos de acero ultrafino”. Fue hace solo tres años cuando decidió cambiar el saquito por una pelota. “Estaba con mis amigos en Ópera (los jardines frente al Teatro Real de Madrid) cuando vimos a unos freestylers con el balón. Nos miramos y pensamos: tenemos que probarlo”. Desde entonces no ha parado de progresar en un deporte soportado por cientos de miles de visitas en YouTube. El próximo 10 de junio comienza el IV Campeonato de España en el Estadio Vicente Calderón en el que se han inscrito 100 jugadores. El evento tendrá lugar durante la celebración del #Imperdible_02 de la Fundación Cotec, un evento que hablará de innovación a través del fútbol. Aquí están las entradas disponibles: entradas.
Los vídeos de esta joven de 31 años que se gana la vida como camarera en un bar de Malasaña son dignos de cualquier experto circense. “Es un deporte malabarístico que mezcla fútbol y circo. Yo no tengo una habilidad especial o natural. Digamos que mi cuerpo no es muy atlético, por eso entreno más de 10 horas cada semana, como cualquier otro deportista”, explica. En su palmarés destaca el título de Mejor Jugadora del Mundo en 2015, el campeonato de Europa en 2016 y el subcampeonato del mundo en dobles en 2014, 2015 y 2016. Para el campeonato de junio prepara un número “con un mix de música electrónica y clásica”.
Presencia femenina
Pujol lamenta la falta de visibilidad y la escasa participación femenina aunque justifica que haya separación por sexos en una especialidad que, a simple vista, requiere solo habilidad. “Tiene sentido porque es igual que la separación entre gimnastas. Los hombres son capaces de hacer mortales, el pino… las acrobacias de los chicos son diferentes”. Los freestylers tienen cada vez más presencia en los eventos de las marcas relacionadas con el fútbol. Son estrellas en las redes como el caso de Melody Donchet, la freestyler francesa que cuentas sus exhibiciones por cientos de miles de visitas y patrocinios de todos tipo.
“Quizá mi estilo no encaja en lo que buscan las marcas pero espero que algo cambie desde el evento de Imperdibles. El problema en España es que el fútbol es tan grande que enseguida engulle todo lo que tenga que ver con un balón”, asume esperanzada esta campeona que seguirá entrenando mientras comparte trabajo con los actores y actrices, todos artistas, del bar 2de en Malasaña.