Fotografía Getty
Julio Ocampo
El sistema tenía relaciones con la política, las fuerzas del orden y el ambiente institucional. Un ejemplo: el 2 de abril de 2005 murió el Papa Juan Pablo II y la jornada de esa semana no se tenía que disputar por luto. El entonces ministro del Interior de Berlusconi en lugar de llamar al presidente de la Federación llamó a Luciano Moggi, entonces director deportivo de la Juventus”. Con esta anécdota histórica describe el magistrado Giuseppe Naducci cómo se hacían las cosas en el fútbol italiano antes de que su juzgado dirigiera la operación que desmontó el Calciopoli o el Moggigate, que llevó al calcio a tocar fondo hace ahora 15 años. El entramado de Moggi mantenía el control económico y deportivo del fútbol con maniobras sucias como los chantajes y sobornos a los árbitros y el dominio sobre equipos, jugadores, representantes y entrenadores.
» MOGGI La justicia condenó al dirigente de la Juventus como cabecilla de la trama de amaños. Abajo, con Capello y Giraudo.
El máximo dirigente juventino, junto a su colega Antonio Giraudo, administrador delegado, tejieron una tela de araña sostenida en el tiempo junto con la connivencia de otras escuadras italianas que terminaría con la Juventus en Serie B, perdiendo además los títulos de 2005 y 2006. Según la Corte Suprema, Luciano Moggi era el príncipe indiscutible de un sistema de súper poder extendido también al ámbito periodístico y televisivo, que lo trataba como una divinidad. Moggi acabó expulsado del fútbol y condenado aunque la prescripción de los delitos dilapidó el asundo como suele suceder en Italia.
Luciano Moggi era el príncipe indiscutible de un sistema de súper poder extendido también al ámbito periodístico y televisivo, que lo trataba como una divinidad. Moggi acabó expulsado del fútbol y condenado aunque la prescripción de los delitos dilapidó el asundo como suele suceder en Italia.
Su doble delito consistió en asociación para delinquir y fraude deportivo. “Así lo decretó el Tribunal Supremo”, subraya el magistrado Narducci quien aún recuerda las famosas interceptaciones que acabaron con el poder del Calcio. “Usaban tarjetas SIM compradas en Suiza para evitar ser interceptados. Todos juntos perseguían el objetivo propuesto: alterar el orden del fútbol en Italia”. “Fui condenado, pero no hubo nada de nada. La Juve pagó un precio demasiado alto. Lo de las tarjetas móviles son estupideces, tonterías. Al terminar el proceso se demostró que todo fue regular. Todos los árbitros fueron absueltos salvo De Santis, castigado sólo por un partido. Yo ya no pertenezco a la Juventus (que ahora pide una indemnización de más de 400 millones), y no echo de menos nada, pero antes Italia era más potente. Ahora hay fondos de inversión que usan clubes como Milán o Inter para publicitar su nombre por el mundo”, se defiende Moggi al teléfono. Con más de ochenta años, la duda es si dice la verdad, se la cree o simplemente se cree su verdad. O su mentira.
"Todos los árbitros fueron absueltos salvo De Santis, castigado sólo por un partido. Yo ya no pertenezco a la Juventus (que ahora pide una indemnización de más de 400 millones), y no echo de menos nada, pero antes Italia era más potente"
ITALIA
El caso estalló diez años después del escándalo de Manos Limpias (corrupción y financiación ilegal de partidos políticos) del que emergió Berlusconi. Algunas décadas después de las muertes misteriosas de Aldo Moro (uno de los fundadores de la Democracia Cristiana), del escritor Pier Paolo Pasolini y de los jueces-látigo contra la mafia Paolo Falcone y Paolo Borsellino... “La estructura entera cayó. Lazio, Milán y Fiorentina iban a ir a la Serie B con penalizaciones, mientras que la Juve – además de serle revocados dos scudetti- iría a Serie C.
Además de importantes sanciones a dirigentes (Moggi, Galliani y Giraudo), presidentes (Lotito por la Lazio y los hermanos Della Valle, entonces en la Fiorentina), árbitros y linieres, con Pairetto (él los designaba), De Santis y Lanese a la cabeza”, recuerda Corrado Zunino, el primer periodista en denunciar el caso en el diario Repubblica. Las últimas consecuencias judiciales se cerraron en 2015 con la condena al árbitro De Santis. Antes, la Juventus consiguió evitar la Serie C y bajó a la B, Fiorentina y Lazio evitaron el descenso y el Milan fue penalizado con 30 puntos, los justos para poder jugar la Champions; y ganarla; con Ancelotti al mando, en 2007....
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