Cuando los futbolistas eran dueños de sí mismos

Fue algo más que una moda pasajera. Comenzó en la década de los 90 y ha durado cerca de 20 años. Cada vez es más infrecuente que un futbolista aproveche el foco para lanzar un mensaje preparado en su camiseta interior. ‘I belong to Jesus’ es un libro que recupera la historia de este grito de personalidad de los jugadores. 

Texto Diego Barcala | Fotografía ‘I belong to Jesus’ y agencias .- En 2014 la FIFA dijo basta. Quedaba prohibido mostrar mensajes bajo los uniformes. Ni religioso ni comercial ni personal. Ni siquiera algún gesto caritativo. “La FIFA continuaba su hipócrita cruzada de imposición de normas sobre los futbolistas. En un juego donde los jugadores, clubes, aficionados y comunidades están siendo conducidos al divorcio, donde el dinero es la única lealtad, donde la gente de la calle no tiene reconocimiento… los mensajes personales e intencionados de los jugadores ante las masas de aficionados eran el único foro de libertad”, explican los diseñadores Craig Oldham y Rick Banks, autores de  I belong to Jesus. El libro del tamaño de una mano y de 194 páginas es una deliciosa colección de ejemplos que parten del caso de Kaká. “Hay algo subversivo. Vimos la norma de la FIFA como una esterilización más del juego y sus emociones.

La camiseta de Kaká fue una reivindicación de la propiedad de los jugadores”, razona Olham. En su opinión, Kaká lanzó un mensaje contra el uso de los futbolistas como mercancía, obligándoles a decir y hacer cualquier cosa ante los medios. Además, la camiseta que mostró el brasileño tras la final de 2007 entre el Milan y el Liverpool tenía un tipo de letra que para Banks, el otro coautor del libro, es “la referencia de la vieja escuela de diseño de los años 90”. De hecho, es el tipo de letra elegido para el libro. Las camisetas están clasificadas en capítulos: Folclore, Religión, Política y Personal. “Por cuestiones nostálgicas me quedo con la de DoCKers de Robbie Fowler”, elige Banks. El delantero red mostró en 1995 su apoyo a los estibadores que llevaban dos años de lucha laboral. 

*El libro incluye un brazalete de capitán y la camiseta de Kaká con I Belong To Jesus impreso