Antoni Daimiel. Fotografía Yuleidy Malleza- A mediados del mes de abril del 2012 un documental de la Facultad de Comunicación de la Universidad de la Habana realizó una encuesta, coordinada por el estudiante Julio Batista Rodríguez, que no dejaba dudas de una nueva y revolucionaria realidad social en Cuba: la mayor parte de los cubanos menores de 40 años muestran mayor afición al fútbol que al béisbol. Siete de cada diez encuestados eran capaces de recitar, por ejemplo, los últimos tres campeones de la Champions League. En esos días la emisora nacional Radio Coco sondeó a casi 2.000 personas preguntándoles por el acontecimiento deportivo que más interés les suscitaba por televisión. El resultado fue de un 43.5% favorable a un clásico Barcelona-Real Madrid mientras que el 18% se decantó por un Cuba-EEUU del Clásico Mundial de béisbol. Se trata de la demostración oficial de la fiebre futbolística que ha invadido a los cubanos desde los últimos años del siglo XX, una nueva tendencia aceptada por las autoridades deportivas y que no hay que infravalorar si tenemos en cuenta que el béisbol ha sido durante medio siglo el estandarte de las victorias deportivas del deporte revolucionario contra el enemigo y vecino del norte. Cuba cambia.
Se renueva el parque automovilístico, se compran y venden coches y casas entre particulares, se llenan salas de conciertos de reggaetón a 80 euros la entrada, muchos emigrados de Florida hacen visitas de fin de semana a familiares y amigos de su país de origen, afloran nuevos restaurantes y bares de copas de estética europea y los cuentapropistas o autónomos se multiplican. En sintonía ha ido variando el gusto deportivo de los cubanos durante más de una década de manera lenta y progresiva. Se trata de una locura de última generación referida especialmente al fútbol europeo, coincidente en el tiempo con el boom de la Premier League, los galácticos del Real Madrid y la eras de
Ronaldinho y Messi en el FC Barcelona. El primer mundial que se televisó de manera íntegra en Cuba fue el de EEUU de 1994. El programa semanal ‘Gol’ de la televisión nacional comenzó sus emisiones en 1998 y su director y presentador Reinier González se confiesa seguidor del Valencia CF. En este programa se ofrecen habitualmente partidos de las
ligas española, inglesa o italiana y sin embargo en muchas ocasiones la televisión nacional no ofrece partidos de la selección cubana de fútbol en torneos como la Copa de Oro
de la Concacaf, principal torneo de selecciones de América del Norte, Central y Caribe. Los cubanos llevan 15 años viendo el mejor fútbol mundial por televisión, oportunidad que no han tenido por ejemplo con el béisbol o el baloncesto, deportes además directamente relacionados con la esencia y la supremacía estadounidense.
Barrios, calles y parques cubanos lucen variadas estampas futbolísticas de jóvenes cubanos. Hasta cierto punto Cuba ni puede ni quiere zafarse de la inercia del avance del fútbol en la conquista global, un fenómeno común en tiempo y grado en países cercanos como República Dominicana, Nicaragua, Puerto Rico, Venezuela y Panamá y en otras grandes potencias como EEUU, China y Japón. Durante el Mundial 2010 y la Eurocopa 2012 se habilitaron muchas salas de cine cubanas para emitir en directo los partidos. Se formaron colas de miles de aficionados, se llenaron los cines e incluso hay que relacionar con esta propuesta un incidente grave acontecido en noviembre de 2010 en la sala Camilo Cienfuegos de Santa Clara, con ocasión de la disputa del Barcelona-Real Madrid del 5-0. Un empresario por cuenta propia vendió cerca de 1.500 entradas (a más de dos euros cada una) para la emisión en directo de dicho partido en el cine de la capital villaclareña.
Hoteles y cafeterías con señal satélite cumplen con las
ventas del mes en un solo día cuando se celebra un partido
de gran transcendencia
La televisión nacional no ofreció en directo el encuentro así que la proyección se quedó sin señal. Los asistentes que hacían cola en la entrada reaccionaron con ira al conocer la
estafa, causando diferentes daños en la instalación. En La Habana actualmente se dice que hoteles y cafeterías con señal satélite cumplen con las ventas del mes en un solo día cuando se celebra un partido de gran trascendencia.
ZULUETA , LA CUNA DEL FÚTBOL
La población de Zulueta, en la provincia de Villa Clara, no es presa de esta moda de última generación. De hecho parece probado que los comerciantes españoles, la mayoría de origen canario, ya jugaban al fútbol allí en 1901. Zulueta, de 7.000 habitantes, se esconde entre las localidades parranderas de Remedios y Placetas, cerca de los cayos turísticos de Santa María y Ensenachos. Un pueblo sagrado para la religión del balón que ha vivido por y para el fútbol desde hace más de un siglo. En su parque central destaca el monumento al fútbol, un balón de cemento macizo y de metro y medio de diámetro por donde pasan y hacen parada obligatoria los féretros de los zulueteños en pleno viaje final. De Zulueta han surgido 22 jugadores que han disputado el campeonato nacional, según revela Ariel Brito, autor desde Puerto Rico del blog http:// elfutbolzulueteno.blogspot.com.es. La creación del Club Deportivo Zulueta data de 1918. Su estadio, de postal caribeña con palmeras, presume de contar con el mejor césped natural del país para la práctica del fútbol como consecuencia de unas condiciones especiales de bruma matinal y temperatura cuatro o cinco grados inferior a la habitual de la zona. Felipe “El Bolo” Zannety, antiguo lateral de los equipos de Zulueta y Villa Clara en los años 70 y 80 y exinternacional cubano de hockey sobre hierba
es el cuidador paternal de este Estadio Camilo Cienfuegos. Cuentan que en ocasiones duerme y cocina debajo mismo de sus gradas. Allí se disputan grandes partidos del campeonato nacional aunque gradas y vestuarios no cumplen con las condiciones exigidas por la FIFA para albergar partidos internacionales. Los zulueteños reclaman ese honor porque el césped, la firmeza del terreno de juego y la afición de la zona en número y conocimiento así lo justificarían. Lo que más se discute es que las últimas subvenciones de la FIFA para la federación cubana de fútbol se hayan desviado en gran porcentaje hacia el béisbol nacional y no para mejorar instalaciones como ésa.
Hasta hace unos meses la principal peña futbolística de Zulueta de nombre “Gool de Cuba” tenía su sede en la peluquería de Anry Garit, donde se coleccionaban innumerables recuerdos y artículos con el fútbol como motivo. Debido a la nueva legislación de los negocios por cuenta propia y los ajustes correspondientes de los impuestos la peluquería cerró y ya solo se mantiene en Zulueta la peña “Diego Armando Maradona”, presidida por Nelson Rodríguez Curiel, un apasionado del fútbol que ya ha dejado por escrito su voluntad de ser enterrado con la camiseta de Boca Juniors. Nelson y Anry son habituales en muchas reuniones alrededor de un aparato de radio sintonizado por onda corta con Radio Exterior de España para seguir e imaginar los mejores partidos del fútbol español. Muchos de esos aficionados llevan al día de manera artesanal estadísticas y clasificaciones de la Liga. Se sabe que en otras localidades cubanas de provincias como Ciego de Ávila, Holguín y Granma también se mantienen reuniones radiales de esta naturaleza.
EL FÚTBOL POR UN CATALEJO
La llegada oficial del fútbol a Cuba tuvo lugar en la segunda década del siglo pasado. La influencia de los marineros ingleses y de la tradición española generaron los primeros partidos y equipos organizados. En 1911 nació la primera liga y en 1926 el fútbol cubano ingresó en la FIFA. En 1938 Cuba participó en el Mundial de Francia por invitación, ganó a Rumanía y pasó a cuartos de final en su única participación en una fase final. El estadio capitalino de La Tropical (actual Pedro Marrero) albergó grandes partidos en aquella época. A partir de los años 40 el béisbol, como la moda y la economía estadounidense, ganó mucho terreno en la vida y en la sociedad cubana. Posteriormente, la política deportiva de la etapa revolucionaria multiplicó los triunfos internacionales, desarrollando las disciplinas con mejores opciones de publicitar el nombre de Cuba por el mundo. Coincidiendo con esta nueva fiebre provocada por las referencias extranjeras el fútbol cubano no ha sido capaz de progresar, víctima de las complicadas condiciones económicas y el goteo de las deserciones. El cubano ve el fútbol por un catalejo con el que disfruta de las figuras mundiales pero no localiza ni reconoce a jugadores y equipos nacionales. Maradona vivió en Cuba cuatro años, más por motivos de rehabilitación de cuerpo y alma.
Los también argentinos Cesar Luis Menotti, Mauro Navas y el preparador físico Fernando Signorini han ofrecido cursos y conferencias allí y ha habido seleccionadores extranjeros
como el exitoso norcoreano Kim Yong Ha, el italiano Campari, el peruano Company y el alemán Reinhold Fanz. Mario Lara, autor desde EEUU del blog http://futbolcubano.
blogspot.com.es/ define así la esencia del producto futbolístico nacional: “El jugador cubano es técnico por naturaleza, dado a un juego más latino de toque y regate, más cercano a sus raíces genéticas gallegas y canarias que al juego más británico de fuerza y rapidez característico de países también caribeños como Jamaica y Trinidad”. No puede quedarse en anécdota que la llamada Escuela Cubana de Dominio del Balón posea más de 60 marcas universales y records guinness desde 1994 gracias al desempeño de los hermanos Douglas y Erick Hernández.
En 1938 Cuba participó en el Mundial de Francia por
invitación, ganó a Rumanía y pasó a cuartos de final en su
única participación en una fase final
La mayor parte de los jugadores cubanos han desertado en los últimos años huyendo del amauterismo, casos como los de los delanteros Lester Moré y Maykel Galindo. El mejor jugador cubano de la actualidad es Osvaldo Alonso, considerado uno de los mejores medios de contención de la MLS de EEUU. Alonso juega en los Seatlle Sounders y hace dos años estuvo a prueba con el Everton inglés. El centrocampista internacional de 27 años se escabulló de sus compañeros en un Wal-Mart de Houston en el 2007, salió a la calle y corrió varias manzanas. Horas después cogió un autobús destino a Miami. Alonso ya es ciudadano de EEUU y la federación del país norteamericano está realizando gestiones con la FIFA para lograr el permiso que permita convocarlo en próximas citas internacionales.•