Rodrigo Marciel.- Fue Beckham antes que Beckham y, sobre todo, un jugador excelente que se dio a conocer en Europa por una eliminatoria clave para él y su club. Es en 1993 cuando el PSG, sin jeques y sin el dinero de ahora, se plantaba en la Copa de la UEFA para terminar de liquidar a una Quinta del Buitre que agonizaba. El Madrid visitaba París mientras veía como el Barcelona de Cruyff seguía creciendo bajo unos 90 terribles en cuanto a resultados. Después de un 3-1 en la ida, nada haría presagiar que los blancos sufriesen tanto en Francia. Y allí emergió él, en esta eliminatoria, un tal David Ginola. Fino, elegante, con aspecto de francés adinerado, más propio de estar en una cafetería de una calle adoquinada parisina que batiéndose en duelo por el barro del fútbol. Sorprendió con sus galopadas, centros y regates a un Madrid desbordado.
Fino, elegante, con aspecto de francés adinerado, más propio de estar en una cafetería de una calle adoquinada parisina que batiéndose en duelo por el barro del fútbol. Sorprendió con sus galopadas, centros y regates a un Madrid desbordado.
En la ida, ya Ramón Mendoza (presidente del Real Madrid aquellos días) preguntaba a los periodistas quién era ese tipo. «Tras aquella épica eliminatoria quiso ficharme. Me hizo una gran oferta y me intentó convencer de todos los modos pero no fue posible. El PSG no me dejó salir. En aquella época no existía la Ley Bosman y solo se podían tener tres jugadores extranjeros en las plantillas por lo que era muy complicado que los clubes dejaran salir a sus mejores jugadores no foráneos», aseguró ya mucho después Ginola. 'El Rey David' pertenecía a la generación de los Cantona, Papin y compañía. El PSG se presentaba a Europa de forma definitiva con la remontada por 4-1 y la eliminación del todopoderoso club blanco. Al año siguiente, en 1994, se citaron el club parisino y el Madrid también en Europa pero en la extinta Recopa que jugaban los campeones de copa.
«Tras aquella épica eliminatoria quiso ficharme. Me hizo una gran oferta y me intentó convencer de todos los modos pero no fue posible. El PSG no me dejó salir. En aquella época no existía la Ley Bosman y solo se podían tener tres jugadores extranjeros en las plantillas por lo que era muy complicado que los clubes dejaran salir a sus mejores jugadores no foráneos»
El Madrid cerraba su ciclo negro con Ginola como obsesión y una nueva eliminación europea a cargo del club galo. Si la bestia negra fue el Tenerife en España, en el viejo continente lo era el PSG de, no una bestia, sino de la bella figura de David Ginola. En el verano de 1995, Ginola recala en el Newcastle United, y ya es un icono mediático, sobre todo por sus anuncios de L'Oreal o Renault... y ser un referente dentro y fuera del campo.
Fue Beckham antes que Beckham, y el Beckham que quiso el Madrid antes de que el crack del Manchester United fichase por el club blanco casi una década después.