Delafé: «¿Que gane tu equipo o que pierda el Madrid? Pues, tío, que pierda el Madrid, es evidente»

Óscar D’Aniello, Delafé, tiene nuevo disco sin Facto ni Las Flores Azules pero sí con Soleá Morente o Sandra Delaporte. De niño fue portero y de adulto sigue amando a Iniesta sobre todas las cosas

Iago Fernández

Fotografía: Lino Escurís

El propietario de Marilians, la nueva tienda de discos de mi barrio en Madrid, nos muestra una edición especial del vinilo de Wedding Present con George Best en la portada. La imagen del futbolista norirlandés, chulesco, canalla, anacrónico, saluda desde una época en la que los excesos o el machismo eran galones en el uniforme de mito, incluso en el deporte. Por fortuna hoy soplan otros vientos, y si no que se lo digan a Óscar D'Aniello -Facto Delafé y Las Flores Azules, después Delafé y Las Flores Azules y hoy simplemente Delafé- que ha dejado la carne, el alcohol y el tabaco.

“Antes un jugador superdotado se podía permitir el lujo de irse de marcha o fumar pitis. Hoy es imposible ser buen deportista y estrella del rock a la vez”, afirma el músico catalán con su nuevo trabajo bajo el brazo (‘Hay un lugar’), que viene envuelto en una imagen de llamaradas como las que recorrieron el mundo con su ciudad en pie de guerra. “No tiene nada que ver con Barcelona”, aclara, “es una postal que me encontré y me flipó”. Y bromea: “Aunque, ojo, si te fijas lleva los colores de la bandera republicana”.

“Antes un jugador superdotado se podía permitir el lujo de irse de marcha o fumar pitis. Hoy es imposible ser buen deportista y estrella del rock a la vez”

D'Aniello rechaza la nostalgia. “Cada momento tiene sus cosas buenas. Era romántico rebuscar tienda por tienda hasta encontrar un disco pero, claro, escuchar implicaba necesariamente consumir porque no había otras plataformas”. Lo mismo sucede, según él, con el fútbol. “Yo viví la revolución de Cruyff, el dream team, Laudrup, Koeman… Romario después. El Barça de Rijkaard fue espectacular, el de Guardiola requeteespectacular. Fueron las mayores borracheras de arte en el fútbol que se han parido en la historia, pero hoy tenemos a Messi. Eso sí, cuando él se jubile yo dejo de ver fútbol”. Culé sin fisuras, el autor de hits de poesía cotidiana como ‘Mar el poder del mar’ no oculta su devoción por el 10 del FC Barcelona. “Messi no tiene comparación ninguna con nadie y es una suerte poder disfrutarlo. Va a ser imposible que aparezca otro igual. Los hay buenos, Ronaldinho era increíble pero, ¿cuántos años? ¿Dos? ¿Tres?”. Le fascina su técnica (“es una locura que oponentes que estudian su juego durante semanas no consigan pararle”) y su actitud (“él no quiere caerse, lo que quiere es marcar goles y ves que él sigue ahí hasta que no le tiran de verdad”).

. “Messi no tiene comparación ninguna con nadie y es una suerte poder disfrutarlo. Va a ser imposible que aparezca otro igual. Los hay buenos, Ronaldinho era increíble pero, ¿cuántos años? ¿Dos?

VIKINGOS
Hablemos de Cristiano Ronaldo, antagonista de su ídolo. “Desde que no está en el Madrid, el equipo me cae mucho mejor. No podía con él, te lo juro. Peca de muchas cosas que intento sacar de mí, como el no pensar en los compañeros. Se refiere a sí mismo en tercera persona, eso es muy duro ya”, sentencia nuestro entrevistado. “Hay vikingos que me caen bien. Marcelo. Keylor Navas, ahí rezando, era un profesional. Carvajal, un currante. Modrić… ¿cómo te puede caer mal ese tío? Es un peix bullit (pescado hervido). Sergio Ramos no me cae mal. ¡En serio!”.

Si de algo no es sospechoso el cantante de Delafé es de ser hooligan. “Tengo amigos con los que ver el fútbol es insoportable porque no son objetivos. Todo es un complot contra su equipo. Un golazo es un golazo, en Pekín y en Pokón. Y si es penalti es penalti. Para eso está la repetición”. Recuerda cuando el Atlético de Madrid le arrebató la Liga en 2014 en el Camp Nou. “No me dolió porque hace ilusión que gane el pequeño. Cada vez es más difícil que eso pase, como cuando el Superdépor. Son equipos con los que simpatiza cualquier blaugrana. Toda la gente que conozco aquí es del Atlético. Como que la gente molona de Madrid es del Atlético. Menos mi manager”.

“Tengo amigos con los que ver el fútbol es insoportable porque no son objetivos. Todo es un complot contra su equipo. Un golazo es un golazo, en Pekín y en Pokón. Y si es penalti es penalti. Para eso está la repetición”

Lo de los equipos pequeños le viene de niño. “Mi madrina era vasca, de la Real, de donde salieron jugadores del Barça: Bakero, Beguiristáin… Yo era del Espanyol. Y en básquet de la Penya de Villacampa, Margall, Jofresa, Thompson, Mike Smith… El Joventut perdimos una Copa de Europa por un triple de Djordjevic ¡Una llorera terrible! Dos años después nos la llevamos”. Su referente baloncestístico era, como no, Michael Jordan. “Vivía por y para Jordan. Tengo una maleta llena de recortes. Me sabía el nombre de sus familiares o que abrió un restaurante en el que hacían los macarrones de Juanita, su mujer”.

Durante aquella infancia en El Masnou eligió ser portero. “Nadie quiere serlo pero es una forma de tocarla mucho. Puedes marcar en el último segundo pero también la puedes parar en el último segundo. Eres único. A mí me gustaba mucho Arconada y siempre pensaba “nada-pasa-por-el-arco”. Después jugué a hockey y también me quedé en la portería”. Como practicante y espectador, es aficionado a varias disciplinas. “Leo el Marca, porque hacen más polideportivo, Fórmula 1, motociclismo… Y no solo ¡Barça, Barça, Barça! Coges el Sport o El Mundo Deportivo y hasta que empieza lo otro, madre mía”.

El bailoso frontman se queja de que aún haya deportes de segunda. “Está el fútbol y luego está el resto. Un ciclista no se puede retirar y a vivir. Solo un par de estrellas ganan un millón de euros al año. Dedicarte a cualquier deporte es como hacer jazz experimental, mientras que el fútbol es el pop de estadio”. Su bici rosa invade la cuenta de Instagram de Delafé y en el documental ‘Ciao Pirla!’ pedalea de Barcelona al pueblo italiano de Desio para llevar allí las cenizas de su padre. “Siempre me ha ido bien hacer metáforas con el ciclismo. Depende de cómo afrontes una montaña es como afrontar la vida”.

Los elementos deportivos son frecuentes en sus letras. En el single de su último trabajo canta “no hay goles, no hay escuadras” y explica que “son paralelismos dentro del mundo en el que vivimos porque, igual que está el remate y el remate de chilena, están los goles y los goles por la escuadra, los días y los días maravillosos”. En ‘El Indio’ frasea “empieza la jornada, ¿qué tal el partido? Mi equipo ya ha marcado, casi siempre gana”. Aquí no hay doble lectura: “Lo raro es que pierda el Barça. Si me preguntas ¿qué te hace más ilusión? ¿Que gane tu equipo o que ¿Que gane tu equipo o que pierda el Madrid? Pues, tío, que pierda el Madrid, es evidente”...

Pide tu número a domicilio en la tienda y la entrevista completa: AQUÍ
Regala Líbero en Navidad: Caja