Doce sedes y cinco causas para entender la compleja Eurocopa 2020

Cuando Michel Platini decidió llevar la Eurocopa de 2020 a un torneo multicultural muchos no creyeron en su idea. La falta de respeto al aficionado o la pérdida de la esencia del torneo han sido muchas de las críticas en torno a un campeonato que comenzará el próximo mes de junio.

Rodrigo Marciel.- El próximo verano se va a vivir una de las Eurocopas más curiosas, quizá la que más de sus 60 años de vida. El torneo se va disputar en doce sedes por primera vez: Alemania (Múnich), Azerbaiyán (Bakú) , Dinamarca (Copenhague), Escocia (Glasgow),España (Bilbao), Holanda (Ámsterdam) , Hungría (Budapest) , Inglaterra (Londres), Italia (Roma), República de Irlanda (Dublín) , Rumanía (Bucarest)  y Rusia (San Petesburgo), abriendo la puerta a algunos lugares que jamás habían soñado con albergar una cita que reúne a las mejores selecciones del viejo continente. ¿Por qué? ¿Qué hay detrás del torneo más complejo de entender en sus seis décadas de historia? ¿Qué riesgos se corren? Empezamos con Platini:

1. El último deseo de Michel Platini. El ex presidente de la UEFA dejó como último legado esta Eurocopa antes de que fuese suspendido en 2015 por la justicia interna de la FIFA por un controvertido cobro de dos millones de francos suizos de manos del entonces presidente de la FIFA, Joseph Blatter, también suspendido. El hecho de querer, por parte de Platini, de contentar a numerosas federaciones alimentó las críticas (The Guardian lo definió en su Editorial como 'locura') de una candidatura que no recibía muchos elogios antes de su elección.

El hecho de querer, por parte de Platini, de contentar a numerosas federaciones alimentó las críticas (The Guardian lo definió en su Editorial como 'locura') de una candidatura que no recibía muchos elogios antes de su elección.

2.Adiós a identificar torneo con un país, una cultura. Hasta la disputa de la próxima Eurocopa todas se habían desarrollado en uno o dos países. Para los proclives a hacer una sede multicultural, este torneo llevará la fase final a países que jamás podían haber organizado el torneo por su capacidad económica o de extensión, caso de Hungría, Azerbaiyán o Rumanía, que si que verán posible su sueño en la edición de 2020. Sin embargo, los más críticos aluden a la pérdida de esencia cultural para el aficionado. Si hay algo atractivo, al margen del fútbol en sí, es el hecho de moverse por varias sedes cercanas del mismo país para conocer la cultura local, un enorme reclamo que se pierde.

3. El aniversario, la excusa. Con motivo del 60 aniversario del campeonato, la UEFA quiso buscar la originalidad en este modelo. Además, con ello premiando a selecciones más débiles con el formato UEFA Nations League, que ha tenido buena aceptación y quizá una de las mejores decisiones que ha tomado el máximo organismo europeo.

4. Las sedes que no convencieron. En un principio, la UEFA no tenía claro que que la principal idea de Platini cuajase y convenciese a los escépticos. Uno de los motivos principales que motivaron el cambio de idea es que las sedes presentadas no fueron convincentes por diversas causas. Por un lado Turquía, por problemas de seguridad e inestabilidad política, Azerbaiyán y Georgia por infraestructuras o lo mismo con Rumanía o Moldavia. Se quedó fuera también la alternativa de Escocia, Gales e Irlanda, quizá por no enfadar a la federación inglesa. Al final la UEFA optó por un mix de todas ellas más otros países, contentar a todos.

Uno de los motivos principales que motivaron el cambio de idea es que las sedes presentadas no fueron convincentes por diversas causas. Por un lado Turquía, por problemas de seguridad e inestabilidad política, Azerbaiyán y Georgia por infraestructuras o lo mismo con Rumanía o Moldavia. Se quedó fuera también la alternativa de Escocia, Gales e Irlanda, quizá por no enfadar a la federación inglesa. 

5. Los viajes de los aficionados. La gran defensa de Platini de este modelo residió en que todos los aficionados del viejo continente tuviesen una sede cercana, desde Bakú a Bilbao pasando por Roma, por ejemplo. Sin embargo, son muchos los críticos que ven una ofensa el hecho que de que si un aficionado quisiera ver a su selección durante todo el campeonato quizá se tendrá que recorrer media Europa, inalcanzable para un bolsillo que no sea el de Abramovich. Empezando por San Petesburgo, por ejemplo y terminando en Londres donde se disputa la final.