Líbero.- Vivimos días raros en el fútbol profesional. En el aspecto social, la Federación se ha llevado la Supercopa a Arabia Saudí y las futbolistas hacen huelga para que un convenio les garantice al menos mil euros de salario. En el césped, en una década solo hay dos jugadores dignos de ser nombrados los mejores del año, con el paréntesis de Modric. Y lo mismo sucede en la Liga, donde el dúo Barça- Madrid está cada vez más lejos de los siguientes. Parecen hechos desconectados pero en realidad es el guion marcado por un deporte cada vez más mercantilizado. Vamos por partes. El fútbol español vendido a una dictadura. Se ha planteado el dilema ético de aceptar dinero a cambio de limpiar la imagen de los saudíes. Es lógico que haya protestas y es muy loable la posición RTVE negándose a esa retransmisión.
El fútbol español vendido a una dictadura. Se ha planteado el dilema ético de aceptar dinero a cambio de limpiar la imagen de los saudíes. Es lógico que haya protestas y es muy loable la posición RTVE negándose a esa retransmisión.
Las explicaciones federativas son tan torpes que no convencen a nadie. Pero a ese escándalo añadimos que es a la afición de los equipos participantes a los que también se les ningunea. ¿A nadie le parece escandaloso que se rompan las reglas del jugo de esta manera y se obligue a las aficiones a seguir a sus equipos solo en televisión? Más allá del dinero sucio, ese maltrato al espectador nos parece indignante. La huelga del fútbol femenino ha sido histórica y se han visto las costuras del fútbol femenino en España. No hay estructura para mantener una competición profesional con jugadoras que puedas dedicarse íntegramente al deporte. Esperamos que la aparición del Real Madrid junto con la llama encendida por las mujeres en todo el mundo permitan una evolución deportiva que convierta el fútbol femenino en el espectáculo que se merece. No hace falta que sea un deporte millonario, pero tampoco de mileuristas con peligro de desaparecer.
¿A nadie le parece escandaloso que se rompan las reglas del jugo de esta manera y se obligue a las aficiones a seguir a sus equipos solo en televisión?
Por último, el dominio de Messi. Por un lado es un placer convivir con su época, con sus jugadas, su impresionante manera de dominar el fútbol. Por otro lado echamos de menos más competidores. Más allá de Cristiano Ronaldo, sería estupendo contar con más jugadores fabulosos. Y esto es un capricho porque Messi solo hay y habrá uno, pero es tan bueno que a veces echamos de menos que no haya uno por partido. •