Editorial. Líbero 28

Todo se decide en primavera. Eso se sabe desde que el primer balón de los tiempos rodó por el césped. Lo saben los presidentes de los clubes y cualquier amateur que haya jugado un torneo a estas alturas del año. En España llevamos desde enero en primavera climatológica. Los árboles están tumbados en el diván preguntándose en que mes viven. Pero no son los únicos. El calentamiento global ha contaminado la vida al completo convirtiendo la sociedad en un adolescente atrapado permanentemente en las redes sociales. El fútbol, el más nítido espejo de la sociedad, tampoco se escapa. El Real Madrid ha empezado la pretemporada en febrero. El Barça ha pasado meses pensando en renovar a un entrenador que solo gana partidos sin parar pero como no hace mucho ruido parece que pierde. Y el Atlético de Madrid… ay el Atleti. El club que echó en 2011 a su entrenador perdiendo con un Segunda B en Copa, ahora cabecea la pared por ser eliminado de la Copa de Europa por el equipo que ya ganaba la Serie A cuando Gregorio Manzano era el entrenador.

Pues no, no somos neutrales con los políticos racistas, homófobos, violentos, machistas y reaccionarios. No, no somos neutrales ni lo seremos nunca. 

Por si fuera poco esta primavera hay elecciones a todo. Quizá los votos sean la única manera de cambiar de estación, aunque no sabemos si nos llevarán al verano o se acerca un largo y terrible invierno. Leiva, coprotagonista de portada de esta edición, define así la era actual en su nuevo disco: “Hoy nadie te va a perdonar, ni los tuyos, ni los haters, hueles el impacto. Bienvenidos a la era digital. El juego acaba de arrancar, ya lo saben, los de siempre, algo huele a rancio y aseguro que nos va a explotar”. (‘Como si fueras a morir mañana’. Nuclear. 2019). Y es que alguien o algo les ha dicho a los odiadores profesionales que ha llegado su momento. Así lo comprobamos en nuestras redes el pasado 20 de marzo. La foto del desayuno aquel día era de Bolsonaro regalando a Trump la camiseta de Brasil con el 10 y su nombre impreso. Estaremos enfermos por el fútbol -de esto hay pocas dudas- pero esos dos seres humanos nos parecían poca cosa comparados con esa sagrada tela amarilla.

 

Enfermos e inocentes porque pensamos que nuestra comunidad de lectores también compartiría la blasfemia. Publicamos el siguiente tuit: ‘Es dificil manchar más una camiseta, un dorsal, unos colores, una historia, un símbolo sagrado’ junto con la foto de la afrenta. 30 respuestas: “Sí es posible, dándosela a Obama”, “El tontopolla del CM”, “Es difícil pero posible dándosela a Hugo Chávez”, “Manchársela sería obsequiársela a Maduro”, “¿Qué les ha hecho Trump? ¿No era esta revista un panfleto dedicado al deporte?”… y subiendo. Y el tuit que nunca falta: “¿No eran neutrales?”. Pues no, no somos neutrales con los políticos racistas, homófobos, violentos, machistas y reaccionarios. No, no somos neutrales ni lo seremos nunca. También es cierto que 844 pulsaron 'Me gusta'. Será que los buenistas seguimos siendo mayoría. Celebremos la primavera con el desenlace de la temporada a base de hat tricks como Messi y Cristiano Ronaldo, dos tipos a los que no hay cambio climático capaz de modificar su brújula. Año tras año floreciendo cuando toca. •