El 11 + 6 del periodista Quique Peinado

Para todos aquellos con interés por la cultura y el compromiso social (aunque a veces parece inexistente) que rodea al fútbol aquí un once diferente.  Peinado recibe el encargo de hacer una alineación y consigue situar a un futbolista de izquierdas sin adulterar las posiciones, demostrando el nivel de documentación de su libro.

Periodista y humorista, Quique Peinado (Madrid, 1979) escribió en 2013 'Futbolistas de izquierdas' (Editorial Leemé) es colaborador del programa Zapeando en La Sexta donde dio un nuevo giro a su vida profesional y también copresenta con éxito el programa 'Radio Gaga' en #0. Sus elegidos engloban conforman un vestuario muy revolucionario.

Portero: Volker Ippig
Hippie seguidor de Carlos Castaneda, okupa en el barrio rojo de Hamburgo hasta que se fue a vivir a una cabaña, Ippig fue el portero del equipo más a la izquierda de Europa, el Sankt Pauli alemán, en los 80. Se colaba en el autobús para ir a entrenar y defendía el carácter ácrata del club. Su melena rubia fue estandarte del fútbol rebelde.

Lateral izquierdo: Iker Sarriegi
Ex del real Unión y el Eibar, cuando se cumplió el sueño de su padre, delegado de campo de la Real, de ver a su hijo de txuri urdin, una lesión le apartó del fútbol. Tras dejarlo, su militancia abertzale cristalizó en su actividad como abogado de presos de ETA. Pasó ocho meses en prisión preventiva, junto a otros abogados, acusado de colaboración con banda armada.

Defensa central: Lilian Thuram
Dicen que cuando le quiso fichar la Lazio dijo: “Yo no juego para fascistas”. Leyenda o no, en cualquier caso Thuram siempre se ha manifestado como un hombre comprometido con la izquierda, especialmente con los derechos de las minorías en Francia.

Defensa central: Inaxio Kortabarria
Fue el káiser de la defensa de la Real Sociedad que a comienzos de los 80 dominó el fútbol español. A pesar de ello, solo fue cuatro veces internacional; la razón es que renunció por sus creencias abertzales nunca disimuladas. A día de hoy sigue siendo un activista.

Lateral derecho: Ruben Svensson
‘El Rojo’, que así le llamaban, jugó en el Goteborg de comienzos de los 80 que maravilló a Europa con su fútbol preciosista y ganador de la mano de Sven Goran Eriksson. Sus jugadores no eran profesionales, y en la vanguardia de lo que representaban, Svensson, militante comunista y columnista del diario rojo ‘Proletaren’.

Mediocentro: Afonsinho.
Pelé dijo de él que era el único futbolista verdaderamente libre y Gilberto Gil dedicó una canción a su lucha. Se negó a jugar para defender que los jugadores tuvieran derecho a elegir su futuro (el ‘passe livre’, nombre del documental que narra su vida) y porque le obligaban a cortarse el pelo. Estudió medicina y ejerce como psiquiatra. Juega al fútbol como forma de integrar a sus enfermos.

Centrocampista: Ewald Lienen
Durante su carrera de jugador le apodaron Lenin, por la similitud con su apellido y su cercanía al Partido Comunista. Es vegetariano, en los 80 se presentó a las elecciones europeas por un partido pacifista alemán y es un activista del ecologismo. Fue ayudante de Heynckes, llegó a entrenar al Tenerife y que hoy sea el director técnico del Sankt Pauli tiene un tufo glorioso a justicia poética.

Centrocampista: Sócrates
Médico, filósofo, intelectual, activista político y, después de todo eso, uno de los futbolistas más brillantes de la historia. Mágico con el balón y la palabra, comandó la Democracia Corintiana, el Corinthians que a comienzos de los 80 ganaba títulos en Brasil y luchaba por llevar la democracia al país. Si sirve de referencia, mi héroe.

Extremo izquierdo: Metin Kurt
El Gladiador, que así le llamaba, fue 26 veces internacional con la selección turca, pero sobre todo fue el arma política del comunismo futbolero en su país en los 60 y 70. Luchó por los derechos de los futbolistas y formó un gran sindicato mundial de deportistas a su retirada, momento en el que comenzó su no muy exitosa carrera política.

Delantero: Cristiano Lucarelli
El gran jugador de izquierdas de los últimos años. Protagonizó una historia de amor con su equipo, el Livorno, como no ha habido otra en la historia del fútbol. En el campo era un tanque que no hacía prisioneros y fuera de él fue un activista con más discurso que gol.

Delantero: Pahiño
Reconoce Ramón Chao que él se decidió a escribir por este delantero gallego que, contra todos los tópicos, era aficionado a la literatura soviética. Cuentan que un militar franquista entró en el vestuario de la selección española en la que él jugaba, y soltó un discurso tan patriotero y ridículo que a Pahiño se le escapó la risa. Pagó por ello.

Entrenador: Egil Olsen
El eterno seleccionador noruego militó, aún siendo jugador, en el AKP, un partido marxista-leninista que llevó a cabo acciones armadas en la Noruega de los 70. En su fútbol directo y primario, Olsen reconoce la influencia decisiva de sus creencias comunistas. Como entrenador del salvaje Wimbledon de la 99-00, un periodista le reprochó su juego duro frente a la fantasía del United de Alex Ferguson, reconocido socialdemócrata. “Yo no soy socialista; soy comunista”, le espetó Olsen.

Estadio: Campo de Fútbol de Vallecas
A pesar de que la directiva se haya empeñado en matarlo, el campo del Rayo sigue siendo un laboratorio político-futbolístico de primera. Desde el único fondo que tiene se despliegan pancartas contra los desahucios y se cantan lemas de la lucha obrera, tan en desuso hoy. Es el reflejo del barrio al que representa, que es el mejor piropo para un estadio de fútbol.

Presidente: Corny Littman
Director de teatro, fue elegido presidente del Sant Pauli en 2002 y ocupó el cargo hasta 2010. Recuperó el carácter político que había ido perdiendo el club. Su condición de homosexual añadió la lucha contra la homofobia a las tradicionales reivindicaciones del club, que están recogidas en sus estatutos.

Camiseta: Club Deportivo, Social y Cultural Estrella Roja de San Miguel
Es azul, parecida a la de la Sampdoria, con dos franjas horizontales, roja y negra, cruzando el pecho y con el escudo del club en un pectoral y la efigie del Che Guevara en el otro. Representa a un club chileno que hace del fútbol un arma de integración social a través de la asociación Fútbol Rebelde.

Himno: La Marsellesa
Honestamente, si uno no sale con todo tras escuchar La Marsellesa no vale un duro. Me da igual que sea jugar al fútbol o arreglar una junta de la trócola. Si los franceses no lo han ganado todo en la vida no es por su himno; quizá es por ser franceses.

FOTOGRAFÍA: LINO ESCURIS