El ascenso del FC Union Berlín: El éxito del equipo de la disidencia

El FC Union Berlin acaba de ascender a la Bundesliga por primera vez en la historia. El Dynamo, su histórico rival, el club campeón del jefe de la Stasi, compartía no hace mucho categoría en los derbis históricos de la RDA. El equipo de la disidencia entra ahora en la élite del fútbol alemán al mismo tiempo que su enemigo deambula en la cuarta categoría del país.

Fotografías BStU y Thilo Schäfer

*Thilo Schäfer (Berlín).- Cuando uno llega en tranvía a la calle Sandino en Hohenschönhausen, un barrio del Berlín oriental más profundo, entra en un mundo del pasado. El Sportforum, el centro deportivo de excelencia en tiempos de la RDA, preserva su estética socialista aunque la decadencia de las instalaciones es visible. Este miércoles de abril de 2012, en el campo central juega el BFC Dynamo Berlín contra el Malchower SV, un partido de la quinta categoría del fútbol alemán. Sólo han venido unos 400 espectadores, quizás porque es un día gris y frío o porque el Dynamo ya no se juega nada en esta temporada. El campeón récord en tiempos de la RDA, el equipo emblemático del régimen comunista, lleva años en los sótanos del fútbol (ahora en 2019 en la cuarta categoría del fútbol alemán).

Las fotos gigantes que decoran el restaurante que sirve como sede del club dan testimonio del pasado glorioso cuando el BFC Dynamo era casi imbatible. Sin embargo, los éxitos no eran sólo fruto del trabajo bien hecho. El presidente del club, desde su fundación en 1953 hasta la caída del muro en 1989, era ni más ni menos que Erich Mielke, el jefe del Ministerio de Seguridad de la RDA, la temida Stasi. La manipulación y los apaños con que el Dynamo consiguió sus títulos convirtieron al club en objeto de odio, incluso para afines al régimen, un pasado que todavía hoy lastra la imagen de la institución. “¿Mielke? No tengo ningún problema con esto. Todos los países tienen sus servicios de seguridad“, espeta mosqueado Georg, un hincha cincuentón que ha vivido los buenos tiempos.

DUEÑO El jefe de la Stasi, Erich Mielke, patea un balón en un acto oficial.

Tiene razón, pero no es tan común que los espías dirijan un equipo de fútbol. “Qué va esto existía en otros países soviéticos y en Latinoamérica“, defiende antes de tomar su asiento en la grada principal. Conforme con la ideología comunista, en la República Democrática Alemana se disolvieron todos los clubes deportivos ‘burgueses’ y se crearon nuevas instituciones que fueron adjudicados a diferentes colectivos laborales como los trabajadores de ferrocarril (Lokomotive), de electricidad (Turbine) o de agricultura (Traktor). Las fuerzas de seguridad se quedaron con la marca Dynamo en los dos principales centros en Berlín y Dresde. El Dynamo de Dresde fue el gran equipo en los años 70, pero Mielke no ocultaba sus preferencias por el club capitalino. “Ha ganado el Dynamo equivocado”, dijo el jefe de la Stasi en la celebración del título de liga del Dresde en 1978. No volvió a ocurrir. En los diez años siguientes, hasta 1988, sólo hubo un campeón: el Dynamo Berlín.

PRESENTE Bar del actual estadio del Dynamo Berlín.

Esta racha impresionante no hubiera sido posible sin la presión y el miedo que creaba Mielke. Cuando el Dynamo llamaba a la puerta de otros equipos para llevarse al jugador estrella resultaba muy difícil resistirse. Los árbitros protagonizaron un sinfín de actuaciones escandalosas que beneficiaban a los futbolistas del Dynamo, a los que concedieron todos los penaltis y goles en fuera de juego necesarios para asegurar la victoria. Por si aún así no resultaba suficiente, los rivales del equipo de Berlín muchas veces fueron debilitados en los partidos previos con tarjetas y expulsiones dudosas. La prensa, controlada por el régimen, no informaba de estas manipulaciones, lo cual no dejó de fomentar el descontento incluso dentro de las filas del Partido Socialista Unificado (SED). El derrumbe de la imagen del equipo de Mielke queda reflejado en la caída de los espectadores en casa. De una media de 15.000 personas en la temporada 78/79 bajó hasta sólo 8.800 en la de 87/88, cuando logró su último título.

El BFC Dynamo tuvo un impresionante tirón fuera de casa. Solía llenar los estadios, por un motivo obvio. “Los espectadores aprovechaban el partido del año para airear a gusto su rechazo, a veces odio sin tapujos, hacia el equipo de Mielke”, explica el politólogo Hanns Leske

Por el contrario, el BFC Dynamo tuvo un impresionante tirón fuera de casa. Solía llenar los estadios, por un motivo obvio. “Los espectadores aprovechaban el partido del año para airear a gusto su rechazo, a veces odio sin tapujos, hacia el equipo de Mielke”, explica el politólogo Hanns Leske en ‘Fußball in der DDR. Kicken im Auftrag der Stasi’ (‘Fútbol en la RDA. Patadas en nombre de la Stasi’) Hoy los seguidores jóvenes del Dynamo no quieren saber nada de este pasado turbio. “El tema de la Stasi ya no importa nada. Estamos aquí porque es nuestro club en Berlín oriental”, comenta Tobias, que era demasiado pequeño cuando su equipo dominaba el fútbol de la RDA. Ha heredado la afición de su abuelo, cuenta, mientras observa un saque de esquina del Malchower.

 

MAYO DE 2019 La cuenta oficial en twitter (en su versión inglesa) del FC Union Berlin relata así el histórico ascenso del club ante el Stuttgart.

Después de la caída del Muro y la reunificación el club cambió su nombre a FC Berlín para deshacerse del pasado. Años más tarde, la presión de los aficionados logró que se volviera a llamar como siempre: BFC Dynamo, sin complejos. El club bajó a los fondos ligueros y los seguidores recaudaron dinero para salvarlo de la quiebra. Año tras año se frustraron las expectativas para salir del fango. A principio de la temporada 2011-2012 el equipo prometía hasta que, poco antes de Navidad, el entrenador se marchó a un club de Qatar. Con él se fueron varios jugadores y el equipo se desinfló. Lo que más les pica a los seguidores fieles del Dynamo es el hecho de que en la temporada 2011-2012 les superó incluso el equipo filial del Unión Berlín, el eterno rival local en el este de la capital alemana. En tiempos de la RDA el Unión era el refugio de los descontentos con el régimen. Era uno de los pocos clubes de élite que no estaban controlados por un colectivo laboral, aunque su base obrera le ganó el apoyo del sindicato único. “No todos los hinchas del Unión son enemigos del Estado, pero todos los enemigos del Estado son hinchas del Unión”, escribió la revista satírica ‘Eulenspiegel’, según cita Leske.

En tiempos de la RDA el Unión era el refugio de los descontentos con el régimen. Era uno de los pocos clubes de élite que no estaban controlados por un colectivo laboral, aunque su base obrera le ganó el apoyo del sindicato único

Cuando le pitaban una falta cerca del área y los jugadores rivales se alineaban para formar la barrera, la hinchada del Unión solía gritar: “¡Quitad el muro!”. El Unión sólo ganó un título, la copa de 1968, pero tuvo más público que la mayoría de sus competidores. “La rivalidad entre el Dynamo y el Unión perdura desde tiempos de la RDA, cuando los de Mielke solían machacarles”, comenta en la grada del Sportforum, Martin Müller-Mertens, redactor del diario Berliner Umschau, uno de los pocos medios que aún informan con regularidad sobre el campeón récord de la RDA. El espíritu antisistema del Unión convirtió a los oficiales, jugadores y muchos seguidores del club en objetivos de espionaje por parte de la Stasi.

» EL SPORTFORUM DEL DYNAMO BERLÍN La poca afluencia de público evidencia los malos momentos por los que pasa el club que fue campeón en la
Alemania del Este.

Tras unos graves disturbios entres hinchas y policía en 1977, Mielke no aguantó más y planteó abiertamente el cierre de este nido de inconformes. Sin embargo, otros altos rangos del régimen le convencieron de que las consecuencias de un cierre podrían ser aún peores. El largo brazo de la Stasi llegó a todos los grandes clubes de la RDA, pero especialmente a aquellos que competían en Europa. En cada equipo hubo varios informantes entre jugadores, entrenadores, fisioterapeutas y oficiales, que, a menudo, se espiaban los unos a los otros. Cuando se abrieron los archivos de la Stasi tras la reunificación en 1990 salieron a la luz numerosos casos de informantes y se produjo una auténtica caza de brujas.

» EL DEPORTE EN LA ALEMANIA ORIENTAL La RDA era una superpotencia mundial en deportes, especialmente en atletismo, aunque muchos éxitos eran fruto del dopaje. Sin embargo, para desazón de los líderes comunistas, el país apenas jugaba un papel importante en el fútbol, el deporte más popular en la RDA. El mayor éxito fue la victoria sobre la Alemania de Beckenbauer, Müller y Netzer en Hamburgo en el Mundial de 1974 con el gol de Jürgen Sparwasser. La RDA terminó sexto pero nunca más volvió a clasificarse para la fase final. El seleccionador de entonces, Georg Buschner fue informante informal de la Stasi. Durante años elaboraba informes sobre sus jugadores.

El Ministerio de Erich Mielke tenía infiltrados en todos los equipos. A pesar de la vigilancia varios jugadores lograron fugarse al oeste, como Lutz Eigendorf que murió en un misterioso accidente de coche cuando jugaba en el Eintracht Braunschweig. A nivel de clubes sólo hubo un título internacional. En 1974 el Magdeburgo ganó la Recopa al imponerse al Milan. Aquel año, el Magdeburgo jugó contra el Bayern de Múnich. La Stasi ofreció instalar micrófonos en el hotel y el vestuario del rival pero el club lo rechazó.

» DESDE 1966 El escudo con el oso berlinés preside la entrada del estadio del Dynamo.

Estos tiempos quedan muy lejos hoy en el Sportforum. Los aficionados están preocupados por otros temas. A principios de esta década, 12.000 espectadores vieron la derrota del Dynamo en casa frente al Kaiserslautern en la primera ronda de la copa alemana. Al final del partido hubo graves disturbios que han alienado a muchos seguidores y patrocinadores. “La imagen del club de la Stasi ahora es el menor de nuestros problemas”, admite resignado Andreas, uno de los muy pocos hinchas de la parte occidental de Berlín. El 2-0 final contra el Malchower esta tarde es poco consuelo para una hinchada que sueña con poder vengarse algún día de su viejo rival, que acaba de ascender a la Bundesliga por primera vez, un drama para el Dynamo.

En tiempos de la RDA el Unión era el refugio de los descontentos con el régimen. Era uno de los pocos clubes de élite que no estaban controlados por un colectivo laboral, aunque su base obrera le ganó el apoyo del sindicato único

En agosto de 2005, el Unión recibió al Dynamo en su campo de Köpenick después de varios años sin coincidir en la misma categoría. El ambiente con 14.000 espectadores fue digno de los grandes derbis del pasado. Pero esta vez se jugaba en igualdad de condiciones y el equipo local no desaprovechó la oportunidad para tomarse la revancha por tantas humillaciones durante la época de la RDA. El 8-0 fue la mayor victoria del Unión en el derby y la hinchada local no dudó en señalar a los 3.000 aficionados del Dynamo en el campo los motivos del cambio en la supremacía berlinesa. “Ohne Mielke habt ihr keine, cantaban "Sin Mielke no pintáis nada".

*artículo publicado en nuestro número 1.