El Cholo Sotil extraña el gazpacho

Su amigo el Flaco Cruyff, “Mamita, campeonamos”, la rivalidad con el Espanyol, el gazpacho y cómo no, el Ferrari Amarillo. Hugo Sotil, el cholo, cuenta desde Lima sus inolvidables años en el FC Barcelona. Ahora que Perú vuelve a un Mundial que mejor que rescatar una carrera apasionante como la suya.

 

 

Texto Javier Polanco | Fotografía Archivo.-"Se venden gatitos”, dice un letrero cerca de mi destino. Un par de metros más allá, un escudo del Barcelona identifica la casa de Hugo Sotil. El eterno Cholo para los culés’ que lo disfrutaron entre 1973 y 1976. Y que nunca olvidarán el título de su primera temporada en Europa, el gol al Real Madrid con goleada incluida y el Ferrari amarillo. El Cholo dirige ahora una escuela de fútbol para niños en Lima y está lejos del Camp Nou, pero muy cerca de lo que pasa con el equipo. “Después de estar en la selección de Perú es lo mejor que me pasó en mi vida deportiva”, sentencia. Hace dos años estuvo en España como invitado para ver la final de la Copa del Rey que su equipo le ganó al Athletic Club de Bilbao de Ernesto Valverde por 3-1. Allí se reencontró con Carles Rexach y rieron juntos. También vio lo que significaba Neymar y sabe que su partida será difícil de cubrir. “Barcelona no va a encontrar a otro como él. Deben buscar en las divisiones menores”.

Se reencontró con Carles Rexach y rieron juntos. También vio lo que significaba Neymar y sabe que su partida será difícil de cubrir. “Barcelona no va a encontrar a otro como él. Deben buscar en las divisiones menores”.

Una vez que empieza a hablar sobre el Barça no se detiene. “Cuando llegué al aeropuerto no tienes idea la cantidad de periodistas que había esperándome. Allí me di cuenta de lo que significaba el club”. Y está claro que hay que preguntarle por su amigo Johan Cruyff. “El Flaco llegó un mes después que yo e hicimos una bonita amistad. Él fue una persona muy seria y no se la daba a cualquiera. Le caí en gracia y nació una relación que hasta ahora perdura a pesar que ya no estamos juntos. En la cancha, él era el jefe. Él decía por dónde movernos pues tenía gran facilidad para llegar. Aparecía en la defensa, en la volante o en la delantera. En el mundo no hay otro parecido a él. Cuando arrancaba nadie lo paraba. Es más fácil que salga otro parecido a Messi o Cristiano que a Cruyff ”. Cómo no lo va a recordar si bautizó a su cuarto hijo como Johan y es futbolista. “Se sintió feliz cuando se lo conté. Lo llamaba y sabía que estaba delicado. Su muerte me chocó mucho. Lamentablemente mi compadre me tomó la delantera”. Sotil solo estuvo tres temporadas en el club y bastó la primera para ganarse a la hinchada.

"Es más fácil que salga otro parecido a Messi o Cristiano que a Cruyff ”. Cómo no lo va a recordar si bautizó a su cuarto hijo como Johan y es futbolista. “Se sintió feliz cuando se lo conté", afirma Sotil.

“A la gente catalana le gusta cuando se ponen su camiseta y la defienden. Contra el Real Madrid no podías perder y menos con el Espanyol. El clásico ante Espanyol era esperado por todos en la ciudad. Daban caña. Eran unos macheteros. Tenían un back centro, (Pedro) De Felipe, que medía casi dos metros (la memoria traiciona al Cholo porque el defensa campeón de Europa en 1966 con el Real Madrid medía 1,78) y recibía sus caricias. Yo nunca arrugaba y por eso la gente me quería. Iba sin miedo a nadie y la gente me gritaba Cholo, Cholo”. Hasta los periquitos lo querían. “Cuando no jugaba y en Barcelona era un visitante me iba a ver los partidos del Español y la gente me saludaba”. Su primer año lo cerró con el título de la Liga 1973- 1974. Después de 14 temporadas los culés eran campeones. Sotil anotó un gol en el Bernabéu en el histórico 0-5 y además dejó la histórica frase “Mamita, campeonamos”. Eso y el inolvidable quinteto que formaron junto a Cruyff, Rexach, Asensio y Marcial. “Habíamos salido campeones en Gijón y el profe nos dio libre hasta las 3 de la madrugada. Estábamos con champagne y al regreso llamé a mi mamá y le dije eso. Mi compañero de habitación era Costa, escuchó y lo contó a los periodistas al día siguiente que volvimos”.

Tras su gran primer año fue perdiendo oportunidades para jugar, pero eso ya no importa. El Cholo jamás olvidará lo que vivió en Cataluña y tampoco lo que comió. “Recuerdo que la primera semana estuve en un hotel y me pedí una sopa pensando que era como las peruanas. Y era fría. Era el gazpacho. Al comienzo no me gustó, pero luego me acostumbré”. Como buen peruano, no podía dejar de saborear a su tierra y siempre algún compatriota le conseguía los ingredientes del terruño. Su esposa Guillermina se encargaba de lo demás. El tema final de la conversación tiene que ser sobre lo más se comentó en algún momento en Perú. “Me han preguntado cincuenta mil veces por el Ferrari amarillo. Creen que lo tengo en el garaje y no saben que no lo pude traer por
los impuestos”. •