El Diego en el desierto

Después de cinco años de descanso Maradona volvió, en este caso como entrenador del desconocido Fujairah FC de los Emiratos Árabes Unidos en la segunda división del país. Aquí, el legendario crack argentino, se convirtió en una herramienta de un jeque con grandes ambiciones.

Texto Morten Glinvard | Fotografías Christophe Vieux.- Maradona es un gruñón. Es el último llegar al entrenamiento y mira de forma algo brusca. Los jugadores ya han calentado mientras comienza el entrenamiento vespertino poco a poco, muestra poco interés y delega casi todo a sus asistentes. ¿Quizá esté molesto con los más de 40 grados de esta tarde? ¿Puede que esté algo cansado ya que hay un largo recorrido desde Dubai, una hora y media a través del desierto y cruzando las montañas Hajar? A sus 56 años no es fácil introducirse en un campo de fútbol y su cuerpo ha quedado marcado por lo que ha sido una vida dura. Pero no, no es eso, todo es porque uno de sus jugadores le ha puesto de los nervios. “Nosotros solo llevamos aquí algunos días y ya ha comenzado a hacer sus jugadas y a golpear a la pelota con la herida que tiene”. “No lo vuelvas a hacer, no lo hagas cerca de mí. ¡No importa quién seas!”. Diego habla con su asistente, Luis Islas, que fuera compañero suyo en 1986 cuando Maradona llevó a Argentina hacia la victoria con una sola mano en el Mundial de México e Islas lo vio todo desde la suplencia, desde el banquillo.

Ocho años más tarde, Islas era el titular cuando la carrera de Maradona con la selección terminó de forma dramática por dopaje en Estados Unidos. Ahora Islas escucha tranquilo y atento a su jefe pero cuando ve que Maradona sólo habla con el corazón así que saca una tablet y empieza a explicarle el plan de entrenamiento. Maradona encoje hombros y escucha. Se dirige hacia el resto del staff técnico, también argentinos, les besa mientras que a los locales les da un abrazo. Parece que tiene algo de miedo. Es díficil de creer que él esté aquí: la leyenda, Diego Maradona. Quizá el mejor jugador de la historia, aquí en el Fujairah Stadium, en la zona más al este de los Emiratos, lejos de los lugares más importantes del fútbol y siendo el nuevo entrenador de un equipo de Segunda División. Un país que él llama “casa” desde 2011. Esta es la última vuelta de tuerca de la vida de Diego Armando Maradona.

NADIE DICE NO A DIEGO

Hace cuatro horas, Luis Islas subía el aire acondicionado de su habitación en el City Tower Hotel de Fujairah en las afueras de Dubai donde solo hay una autopista que se encuentra cerca del mar. Islas ha vivido aquí desde que llegase en verano, no como Maradona que sigue viviendo en Dubai. “El calor es increíble, solo podemos entrenar a primera hora de la mañana o a última de la tarde. Los jugadores están acostumbrados pero es algo extraño”, asegura Islas. Hace unos días, Maradona y el resto del equipo volvieron después de entrenar durante tres semanas en Holanda y ahora es el momento de pulir detalles de cara al inminente comienzo de la temporada con el objetivo de ascender a la Primera División. Islas no había trabajado con Maradona antes pero se conocen desde hace treinta años. “Ya hablamos en su momento de la posibilidad de trabajar juntos pero cuando el ya era entrenador y yo también tenía otro trabajo. Esta es la primera vez que se ha podido hacer realidad y ¡nunca podía haber dicho que no a Diego! ¡Jamás! ¡Dije sí a Diego!”. Si lealtad es un criterio para elegir a tu asistente, Maradona ha elegido al hombre correcto para este trabajo. Luis Islas solo tiene buenas palabras para su jefe: “Diego es una formidable persona. Como jugador, fue el mejor, el número uno, como compañero fue perfecto y como persona le da una gran importancia a la amistad. Diego es un amigo de verdad”.

Luis Islas desconocía la existencia del Fujairah hasta que su amigo Diego se convirtió en el nuevo director deportivo en mayo. El fichaje fue toda una sorpresa para mucha gente , sobre todo cuando ya habían pasado cinco años desde que Maradona entrenase a su último equipo; el Al- Wasl en Dubai después de una caótica experiencia y una última temporada decepcionante. Estos años Maradona los ha pasado como embajador del Emirato de Dubai, la mayoría pensaban que ya habían vivido la última experiencia de Maradona como entrenador. No es como su vida de futbolista pero tampoco se puede decir que su etapa como entrenador haya sido aburrida. Después de dos etapas cortas en las que entrenó con Carlos Fren como pareja, ex compañero suyo en los 90, Maradona asume el cargo de seleccionador nacional en 2008. Era una etapa crítica para Argentina.

«Como jugador, fue el mejor, como compañero fue perfecto y como persona le da una gran importancia a la amistad», dice Luis Islas.

Durante aquel tiempo, Maradona usó hasta 70 jugadores llegando a perder 6-1 ante Bolivia pero consiguiendo finalmente llegar al Mundial. Maradona dedicó el pase a los argentinos pero cargó con dureza contra la prensa a la que acusó de haberle tratado como basura. La fase final de Sudáfrica fue una mezcla de sensaciones para Maradona. Argentina jugó algunos buenos partidos pero cayó humillada en cuartos de final ante Alemania. El tormentoso paso de Maradona por la selección como entrenador había terminado y siete años después de entrenar a Messi ahora es entrenador de un mediocre equipo de los Emiratos. “Diego tiene pasión por el fútbol. Es una gran responsabilidad pero le encanta esto”, añade Islas que tenía veinte años cuando era el portero suplente en el Mundial de México. Según el libro Ángeles con caras sucias de Jonathan Wilson, Maradona e Islas protagonizaron una historia complicada en aquel Mundial. El estricto Bilardo era el entrenador y en un entrenamiento un  jugador había llegado tarde, algo inadmisible para las normas del técnico argentino.

Bilardo sabía que Islas fue el máximo responsable de una fiesta nocturna pero quería que lo reconociese en público a sus compañeros. Islas se mantuvo tranquilo y Maradona, que no era el culpable, asumió la culpa y dio la cara por él. Maradona no fue sancionado y tampoco Islas. Ocho años mas tarde, Islas jugó como titular los cuatro partidos que Argentina jugó en el Mundial de Estados Unidos. “Reconozco que no hay nadie como Diego. Era el número uno en el campo. Ganó los partidos por nosotros, como ante Inglaterra en el 86, que fue durísimo e igualado, y en ese momento Maradona hizo algo mágico. Ahora también hay buenos jugadores pero Diego es diferente, es único”. Termina mi charla con Luis Islas y le digo que estaré por la tarde en el entrenamiento. Le pregunto si tendré la oportunidad de hablar con Maradona después. “Ya veremos, uno nunca sabe con Diego”.

CUANDO MARADONA CASI MUERE

Lo imprevisible y el drama han caracterizado la vida de Maradona. Ha heredado el carácter de su padre y a ello se le añade que comenzó a coquetear con la cocaína a principios de los 80. Durante su carrera, su vida estuvo cerca de la muerte. En el 2000 sufrió un colapso durante unas vacaciones en Punta del Este y la policía certificó el consumo de cocaína. Maradona lo superó y pasó un tiempo de rehabilitación como invitado en la Cuba de Fidel Castro. Castro y el Ché siempre fueron los ídolos de Maradona, un eterno vínculo con sus humildes orígenes y una cruzada contra las élites. “Quiero ser la voz de los que no tienen voz”. Declaró en Yo soy el Diego, la autobiografía del mejor jugador de la historia del fútbol que vendió 125.000 copias en la primera semana que se publicó en en Argentina en el año 2000. Sin embargo, es difícil discernir una clara ideología en él aunque ha apoyado sin fisuras a varios presidentes sudamericanos en sus cruzadas contra Estados Unidos como al que fuera presidente venezolano Hugo Chávez en una protesta antiestadounidense en 2005 en Mar del Plata. En ese momento, Maradona estaba envuelto en uno de sus eternos regresos. En 2004, tuvo que ser de nuevo hospitalizado y operado del estómago.

Su salud mejoró, tanto que pudo presentar su propio programa de televisión en la televisión argentina. La noche del Diez. En su show, Maradona admitió por primera vez lo que todo el mundo sabía: que había usado su mano para marcar ante Inglaterra durante el Mundial de México. Un elenco de famosos visitaron La noche del diez aunque el verdadero protagonista siempre era Diego aunque su invitado fuese Pelé o Fidel Castro. Cantaba, bailaba, contaba chistes, hablaba abiertamente de su vida y se abrazaba con sus invitados. “Casi muero en ese momento”, le dijo a Pelé cuando el brasileño era su invitado en el programa. “Solo el amor de mis hijas me salvó”. Un memorable episodio sucedió cuando Maradona se entrevistó a él mismo acerca del abuso de las drogas. Un Diego le preguntaba al otro que cuando fue la última vez que tomó drogas.

«Esto me ha enseñado que todavía hay gente buena en este mundo. Gente con la que puedes trabajar de formar honesta sin corrupción y sin que te roben», asegura Maradona.

La respuesta fue que año y medio. Sin embargo, todavía era un hombre con problemas que la mayoría del tiempo se quedaba en casa y pasaba el tiempo viendo tanto fútbol como fuese posible en televisión. Maradona se encontró con un nuevo problema en 2007. Fue hospitalizado y tuvo que ser rehabilitado tras el abuso del alcohol. En 2015 en Dubai tuvo que operarse de nuevo del estómago. Con todos estos acontecimientos queda claro que son buenas noticias que Diego pueda estar todavía entre nosotros viéndole en el estadio en Fujairah. Junta a sus jugadores en el campo y les habla en castellano. “Debes continuar con la misma actitud y seguir así para hacer un buen trabajo” , dice mientras sus palabras son traducidas al árabe por el intéprete Mohammed el Naggar que está a su lado en todo momento. Luis Islas divide a los jugadores en dos equipos. Ellos comienzan jugando a lo largo del campo con dos porterías. Dos entrenadores en cada equipo están situados dentro del área todo el rato y los jugadores no pueden entrar ahí. Maradona se sitúa en medio del campo con un silbato sosteniendo la pelota y dando órdenes. “¡Así es, vamos, pásala, bien hecho!”.

Diego toma nota y grita, y el intérprete Mohammaed hace lo mismo, no sólo traduce sus palabras sino que también imita sus gestos en una escena bastante cómica. El nivel de los jugadores no es muy alto pero Maradona se expresa con tanta pasión y con una voz tan profunda que el jugador eleva su mirada hacia los minaretes de Fujairah. En el campo hay un hombre que se mantiene observando. Se llama Abdullah y trabajó durante varios años para el Fujairah FC. Es el responable de la comunicación. No se puede creer lo que está viendo. “Es como un sueño. No tengo palabras para describir esto, estar de repente en frente de él, poder charlar con él y abrazarle. Es una persona formidable. No es solo nuestro entrenador, es nuestro amigo”, asegura Abdullah.

“Cuando estuvimos en Holanda, gente de todas las partes del mundo vino a vernos cada día. Diego posaba en las fotos. Mira aquí...”, dice Abdulladh y me enseña su ordenador donde tiene una carpeta repleta de fotos de Maradona posando con niños y no tan niños. Está sonriendo en la mayoría de las fotos. Abdullah tiene grandes expectativas del potencial que da la presencia de Maradona para su club y su ciudad. Fujairah es la capital del emirato con el mismo nombre; uno de los siete que constituyen el país. El lugar ha crecido mucho desde mitad de los 90, el número de habitantes se ha duplicado hasta 215.000. Es una ciudad que todavía está a la sombra de Dubai y Abu Dhabi, el emirato de Fujairah ha sido tradicionalmente una de las zonas que menos había evolucionado en la nación.

» FUJAIRAH
El nuevo equipo de Maradona está a más de una hora en coche de Dubai, aún así Diego sigue viviendo en la misma ciudad desde hace cinco años.

PETRÓLEO

Se está intentando cambiar todo eso ahora. Nuevos centros comerciales han aparecido aunque nada comparable con lo que uno se puede encontrar en Dubai al otro lado de las montañas. Lo que sí es cierto es que Fujairah es un lugar estratégico, situado en el golfo de Omán lo que significa que su producción de petróleo está creciendo y suele nutrir a empresar extranjeras. Los oleoductos conducen el petróleo a lo largo del país desde Abu Dhabi hasta Fujairah para eludir el engorroso camino por Hormuz Strait entre los Emiratos e Irán. La nueva mezquita de la ciudad es la segunda mas grande del país pero todavía queda mucho para que Fujairah alcance una fama real. Hacer de la ciudad un lugar famoso y devolver al equipo a la Primera División (descendidos en 2015) son los primeros objetivos en la llegada de Maradona. El club pertenece a la familia que manda en el Emirato y ahora el jeque Hamad bin Mohammed Al Sharqui y su hijo, el Príncipe heredero, quieren usar el fútbol para promocionar la ciudad y el emirato. Lo que cobra Maradona es un misterio pero es inevitable pensar que el hombre que ha pasado la vida actuando como la voz del pueblo está ahora ganando dinero del petróleo de Oriente Medio. Más si cabe cuando en el pasado mes de agosto Maradona fue tan lejos en sus convicciones para viajar y apoyar a Nicolás Maduro. “Soy chavista hasta la muerte”, dijo.

 

En medio de la polémica apareció José Luis Chilavert, leyenda del fútbol paraguayo, con una dura crítica. “Maradona está retratado, está apoyando a los asesinos de gente en Venezuela. Habla contra el imperialismo mientras que vive en Dubai”, colgó en Twitter. La realidad es que no hay ninguna señal de que Diego está en la ciudad. No hay carteles, y ninguno de los mercados, tiendas y negocios venden camisetas de fútbol del Fujairah. En la entrada al estadio, en medio de tiendas de electrónica, panaderías o tiendas de azulejos, todo está tranquilo ante la llegada de Maradona al entrenamiento. Es una buena bienvenida, asegura Abdullah. “Nosotros cerramos el entrenamiento al público en el primer día porque sabíamos que iba a ser demasiado ruidoso. Desde entonces, el entrenamiento ha sido abierto al público pero la gente todavía piensa que aún es a puerta cerrada. Por ello no se ve un gran ambiente”. Asegura que pronto lo habrá y que la afición se hará más visible en toda la ciudad. “Ya tenemos las camisetas nuevas y pronto llegarán de China. Abriremos una tienda para los aficionados aquí en Fujairah, algo que no habíamos hecho antes. También haremos lo mismo en Dubai”, añade. “Remodelaremos el estadio en cuanto subamos a Primera”, planea. Pregunto a Abdullah si es un problema que Maradona todavía viva en su casa en Dubai y tenga que moverse a Fujairah. “Le estamos construyendo una casa, y estará lista en unos días. Será entonces cuando se trasladará aquí”, asegura Abudllah.

ENTREVISTA

Cuando le pregunto si puedo hablar después del entrenamiento con Maradona empieza a vacilar, no parece estar muy feliz con esa idea. Bajo al entrenamiento que está a punto de terminar. Maradona ha juntado a los jugadores y está en un estado anímico mejor que el que se vio a su llegada. Aplaude. “Buen trabajo hoy”, dice, y el intéprete lo traduce. Algunos jugadores empiezan a practicar carreras en el área, y Diego se sitúa dentro de la zona del punto de penalti. Los jugadores intentan conectar con su entrenador y el, a su manera, también. “La última”. Última bola y se va fuera, así que se vuelve a intentar. Está vez el centro es mejor pero todavía está demasiado alta para el jugador que hay dentro del área que golpea la pelota con la mano. Diego aplaude con gesto de felicidad. Los jugadores se marchan a cambiarse, y Diego Maradona les acompaña con una sonrisa en la cara. Con la ayuda de su intérprete, le cuenta una historia a uno de los

uis Islas se acerca a Diego, habla con él un poco y me señala. Diego asiente con la cabeza, y en ese momento llega Abdullah. “Considerate un tipo con suerte, eres el primer periodista al que concede una entrevista desde su llegada”, me dice. Primero, Diego se sienta en una silla de plástico, y Luis Islas y el resto de argentinos de su staff se juntan y se sientan en el césped detrás de Maradona. Diego empieza a hablar mientras que el resto escucha y se ríe como era de esperar. Se empieza a alargar la cosa. Diego tiene muchas historias que contarles. Me lo imagino narrando su hazaña en México 86. Se levanta y acto seguido lo hacen los demás como si estuviesen esperando el permiso para hacerlo. Nadie abandona antes que el jefe. Maradona viene y me saluda, con un saludo correcto con sus manos apoyadas en la espalda. El hombre que estaba contando historias a su séquito se ha transformado. Pregunto que ha encontrado en los Emiratos y que le ha dado como persona los años que lleva aquí.

FELIZ

“No he cambiado como persona. Pero aquí, me he encontrado buena gente que me ha tratado muy bien. He disfrutado estos años con mi familia y he trabajado para el emirato como embajador en materia deportiva. Soy feliz. Ahora tengo la oportunidad de trabajar para Fujairah FC y me lo estoy tomando muy en serio”. Intento cruzar mirada con Diego pero sin éxito, rehuye el contacto visual, mirando hacia un lado o hacia abajo. Sus ojos son grandes y marrones. Las arrugas de su frente son profundas. “Esto me ha enseñado que todavía hay gente buena en este mundo”, dice. “Gente con la que puedes trabajar de formar honesta sin corrupción y sin que te roben”. Diego lleva la conversación hacia las injusticias en el fútbol. “Me llevo bien con Gianni Infantino, y lo mismo con Marco Van Basten y con Boban”. Estoy en contacto con ellos para encontrar soluciones en la FIFA para que la gente pueda ver el fútbol por encima de la corrupción”, en referencia a algunas decisiones que ultimamente se han vinculado a la FIFA una y otra vez. Entonces es ahí cuando empieza a hablar de los villanos del pasado: “Nos han dejado un gran vacío que hay que llenar. La gente de la FIFA solía creer que el dinero del fútbol era para ellos y no para el fútbol. Coca-Cola enviaba un cheque a Blatter, y Blatter se lo quedaba en su propia cuenta. Esto no se debe permitir en el mundo del fútbol . Grondona hizo lo mismo, y también Villar, ¡Todos lo hicieron! Robaron dinero del fútbol. Robaron a la gente que pagó por las entradas. Es por esto que Infantino tiene muchos problemas hoy: intentar resolver todo este caos. Es una catástrofe”.

Maradona ya se ha espabilado y está incluso alterado. Sube el tono de voz y me da en el pecho. “Pasará de nuevo si no lo resolvemos. Si digo, ‘tú me has robado, ok, vas a la cárcel, pero tú ya le has pasado el dinero robado a tu hijo o a tu hermana. Ese dinero tiene que ser devuelto ¡Ese dinero tiene que ser devuelto! Lo dice enfurecido. Sin embargo, soy muy feliz aquí”, y comienza a reirse de repente.“Te voy a invitar a que veas la vuelta de honor cuando ascendamos a la Primera División”. Sólo hemos hablando durante unos minutos y ya durante ese corto tiempo ha cambiado de carácter y estado anímico varias veces: Diego tiene muchas caras. Empezamos a cambinar hacia el túnel de vestuarios. El camino hacia Dubai espera. Le quiero preguntar sobre el último gol del entrenamiento de la tarde. Un gol con la mano. ¿No fue eso un homenaje a ti? “¿A mí? (se ríe)... ¿Fue válido el gol? “No fue válido porque ahora hay árbitros con el vídeo, correcto. El mío, sin embargo, no lo vieron”, dice Maradona con una sonrisa cuando me saluda y coge la mano de su novia. Maradona, de 56 años, y Rocío Oliva, de 27, abandonan el hall juntos bien agarrados. Es, por tanto, un día de trabajo más que acaba en la vida del nuevo entrenador del Fujairah. •