*Rocío G. Rubio.- Lejos de los flashes de los martes y miércoles de Champions, una cámara analógica con 27 fotos es la única que inmortalizará goles de epopeya en campos de barro. Una cámara desechable sin plazo de entrega. Ser paciente y esperar el mejor momento para fotografiar los goles de héroes anónimos que no salen en los cromos de Panini. El fútbol que no se cuenta en la Bombonera o en el Emirates Stadium, se cuenta en los campos de tierra, en el patio del recreo, en el salón de casa. Cualquier superficie vale y cualquier objeto que ruede es susceptible de transformarse en una pelota. Lo parezca o no. La Champions se juega siete veces en semana en partidos de media hora donde no hay redes en la portería o en los que los cambios son infinitos. Ese es el fútbol que se cuenta en cada una de las cámaras de Goal Click. Un proyecto lanzado en 2014 por Ed Jones y Matthew Barrett que consiste en enviar cámaras analógicas desechables a fotógrafos elegidos por todo el mundo, a cada país, para fotografiar el fútbol en todas partes.
Usar el balón para contar historias en Madrid, en Sierra Leona, en Corea del Norte. Una persona, un país, una cámara de fotos y un carrete. Todas las cámaras iguales, todos los fotógrafos en las mismas circunstancias y una misma misión: contar historias gracias al fútbol. Historias que dan la vuelta al mundo a través de 250 países, 250 fotógrafos, 250 cámaras analógicas de usar y tirar. Pero llenas de sorpresas. Las fotografías de estas cámaras no se venden a agencias que buscan publicar reportajes sobre futbolistas de moda. No hay compensación ni remuneración para los fotógrafos que sólo lo hacen por caridad, por colaboración con Goal Click. Aunque en un futuro el proyecto pretende compensarles por su trabajo, apoyando su trabajo, recaudando fondos para ellos.**
*reportaje completo en nuestro número 22.
**fotografía Goal Click