Fotografía Galería Miguel Marcos
*Texto Diego Barcala.- El galerista Miguel Marcos todavía recuerda cómo acudió a un equipo juvenil de Barcelona a hacerse con los balones que todavía hoy forman parte de ‘Enganyifa’, la obra que el poeta Joan Brossa (1919 - 1998) diseñó el año de su muerte inspirada en un poema anterior. “Los iban a tirar y Joan nunca componía él mismo sus obras, así que allí me fui a inflar los balones”, recuerda Marcos de aquella exposición inaugural de su galería en Cataluña. La obra se mostró en febrero de 1998, poco tiempo antes de que el maestro muriera en un accidente doméstico. La crítica a la masa social anestesiada por el fútbol fue la última reflexión del “genio de la palabra”, como le define Marcos. La obra se compone de 50 balones dispersados de manera aleatoria por el suelo amenazando una pared repleta de patas de caballo pintadas.
La obra se compone de 50 balones dispersados de manera aleatoria por el suelo amenazando una pared repleta de patas de caballo pintadas.
Los cuadros son obras de cuatro estudiantes de Bellas Artes y las pezuñas representan las piernas de los futbolistas. A estas alturas queda claro que el fútbol no formaba parte de las pasiones del poeta y dramaturgo catalán. “Algunas de mis fobias conocidas son el Opus, el Vaticano y el clero, los Juegos Olímpicos y los microfonistas. Mis filias conocidas son Keaton, el cinema, Dreyer, los hermanos Marx, principalmente Harpo, y la magia. Por encima de todos ellos, sin embargo, Wagner y Frègoli pero bien entendido porque tienen categorías diferentes: el primero es un óleo y el otro, una acuarela”, declaró en el libro ‘Brossa x Brossa’, del periodista Lluís Permanyer.
Pese a odiar el fútbol, dos poemas objeto de Brossa son muy utilizados en publicaciones balompédicas. Seguro que a muchos les suena el balón clásico de tapas negras y blancas de los 70 con una peineta clavada. Es una obra suya titulada ‘País’ que compuso en 1986 junto con la obra ‘Fútbol’ que es una pelota deshinchada con un chupete. “El fútbol no le interesaba nada”, recuerda su amigo Marcos. “Siempre le daba vueltas a todo, era capaz de captar un poema en cualquier cosa. Miraba el mar y te decía: ‘Mira, una línea recta’. Era pobre, pero es que además iba de pobre. Siempre con la misma ropa se pasaba el día en la filmoteca y veía la misma película tres o cuatro veces. Y eso que nunca se sintió artista. Le daban una medalla y se la pasaba por el culo. Como Brossa no había nadie. Era un prodigio que reúne un montón de disciplinas donde la verdadera conductora era la palabra con gracia e ironía”, resume el galerista.
Era un prodigio que reúne un montón de disciplinas donde la verdadera conductora era la palabra con gracia e ironía”, resume el galerista.
‘Enganyifa’ fue antes poema que la obra que en el centenario del nacimiento del poeta ha sido expuesta en el Centro Niemeyer de Avilés (Asturias). El poeta escribió en 1972 los siguientes versos para el libro ‘Calcomanías’, publicado en 1985 por Alta Fulla. “Què significa tot aquest desvari? Enrenou, corregudes, salts, crits, empentes, càrregas, topades, cops de peu a la canyella, travetes i caigudes només pel propòsit limitat de fer passar una bola esfèrica de goma entre tre`s pals que aguanten una xarxa!” (Qué significa todo este desvarío? Revuelo, corridas, saltos, gritos, empujones, cargas, choques, patadas en la espinilla, zancadillas y caídas sólo por el propósito limitado de hacer pasar una bola esférica de goma entre tres palos que aguantan una red!). •
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