El hermano represaliado de Zico

Nando Antunes Coimbra, hermano de la estrella de los 80 del Flamengo, sufrió las torturas de la dictadura brasileña y de la portuguesa. Dejó el fútbol para proteger a Zico y cuatro décadas después se convirtió en el primer futbolista amnistiado y reconocido como víctima por el Gobierno de Brasil.

 

 

Texto Bruno Rodrigues/ Alexandre Guariglia | Fotografía Archivo. Si no fuera por Zico o sus hermanos Antunes y Edu, los apellidos Antunes Coimbra habrían ganado fama gracias a Fernando. O por lo menos la debería haber ganado. Hermano del histórico ídolo del Flamengo de los 80, que era cazado con violencia con frecuencia por los rivales en la cancha, Nando sintió en su propia piel la cacería de los años de plomo del régimen militar brasileño y su influencia sobre el fútbol del país. Incluso cuando atravesó el Atlántico para jugar por el Belenenses, de Portugal, la presencia de la dictadura le fue tan cercana como si la hubiera llevado en su equipaje.

En el año del golpe militar, 1964, Nando dividía su tiempo entre la Facultad Nacional de Filosofía y los entrenamientos en las inferiores de Fluminense.  Su hermana Zezé y él hicieron las pruebas y fueron aceptados como educadores para el Plan Nacional de Alfabetización (PNA) del famoso profesor brasileño Paulo Freire, una referencia en la pedagogía progresista. La idea del PNA era acabar con el analfabetismo en el país y empezó su proyecto por Rio de Janeiro, todavía en el gobierno de João Goulart con el que acabaría la asonada. La experiencia de Fernando en este programa fue corta, marcando el primer paso de la dictadura por su vida. Los militares detuvieron a Freire acusándolo de comunista y traidor y se fue exiliado.

» PORTUGAL Nando en la fila de abajo, el segundo por la izquierda. La foto corresponde a su etapa en Portugal como jugador del Gil Vicente. 

“Yo fui profesor del Plan Nacional de Alfabetización y el primer acto de la maldita en Rio fue acabar con la PNA y considerarnos subversivos. No les di mucha importancia, pues en aquel momento ya estaba involucrado con el fútbol. Después, cuando me hice profesional jugando por un equipo del Espírito Santo que ya ni existe, sufrí la primera persecución. Nuestro entrenador fue reemplazado por un oficial militar y este, en sus primeros días, me apartó del grupo. Al parecer, pidió y recibió informes de los jugadores y así supo que yo fui del PNA. Estaban muy organizados. El presidente del club deseó que yo tuviera una salida y no me quiso decir la real razón de mi salida. Me pidió que entendiera el momento del país y así fue como comprendí el mensaje”, recuerda Nando.

La pareja estuvo presa unos tres meses y, según Fernando, fue “ferozmente torturada”. Hoy en día, ella colabora con el grupo Tortura Nunca Mais (Tortura Nunca Más), que lucha por rescatar la memoria del período de dictadura. Nando cuenta lo que vivió aquellos días en la cárcel.

ENCARCELADO
En su regreso a Brasil, Nando fue encarcelado por el DOPS (Departamento de Orden Político y Social) y encontró en la cárcel a su prima Cecília. En esta época, ella era militante del MR8 (Movimento Revolucionário 8 de Outubro) y, por supuesto, fue considera subversiva por los militares, así como su marido José Novaes. La pareja estuvo presa unos tres meses y, según Fernando, fue “ferozmente torturada”. Hoy en día, ella colabora con el grupo Tortura Nunca Mais (Tortura Nunca Más), que lucha por rescatar la memoria del período de dictadura. Nando cuenta lo que vivió aquellos días en la cárcel.

“En 30 de agosto de 1970, me cogieron con casi todos que estaban en la casa de la madre de Cecília. Nos quedamos en un pasillo cercado por celdas que parecían jaulas. En una de esas estaba Novaes. Me interrogaron algunas veces y sabían todo de mí, hasta un taxi que tenía. Estudiantes, profesores y sindicalistas fueron los elegidos por ellos para justificar la tomada del poder. Ridículo. Pasé por lo menos 48 horas con la cara en la pared y las manos en la cabeza. Cuando bajaba un brazo por cansancio, los soldados nos picoteaban con la bayoneta para levantarnos los brazos de vuelta”, cuenta el exjugador.

 » RECONOCIMIENTO Nando recibe un reconocimiento en Fortaleza, capital del Estado de Ceará. Abajo, su carné de jugador de América FC.

Fernando notaba que los militares tenía cierta curiosidad hacia él, muy probablemente por el hecho de que sus hermanos Antunes y Edu eran famosos. Incluso, su madre y los dos hermanos pasaron cuatro días en las afueras del cuartel esperando a Fernando. “Quien pasaba por allá percibía que algo había sucedido con los Antunes”. Después de la cárcel, Nando insistió en el fútbol en un apagado paso por el Gil Vicente, de Portugal. El gris resultado de esa etapa hizo que abandonara la carrera futbolística para siempre. En la época, Zico daba sus primeros pasos como jugador del Flamengo y Edu era cotizado para ir al Mundial de México 70 con la selección. Según Nando, esto solo no se produjo por las diferencias ideológicas entre la familia y los hombres del poder. “João Saldanha fue preguntado una vez por no convocar a Edu y afirmó que había diferencias por parte de la dictadura.

» ANTUNES COIMBRA Los hermanos Antunes Coimbra fotografiados como futbolistas. ZIco, muy joven, a la izquierda con Flamengo. Nando, a la derecha

Edu, en 1969, fue el mejor jugador de Brasil y también el mayor goleador brasileño. Ellos sentían placer en perjudicar a cualquiera. En 1964, Brasil era un país pródigo en las artes, los deportes, la música, en arquitectura y urbanismo, etc. Sobraban talentos y entonces llegó la oscuridad. Y con ella, la censura empezó a castrar de manera violenta la expansión de estos talentos”, dice Nando. Nando lamenta que fueran pocos los deportistas profesionales asumieron una posición contra el régimen durante los años de dictadura militar. Cita a Reinaldo y la Democracia Corintiana como puntos aislados del combate a la represión y tiene una explicación para esa reacción tardía. “En mi época era imposible posicionarse, con el Acto Institucional Número 5 (decreto represivo de 1968 que anuló los derechos ciudadanos en Brasil durante la dictadura) quedó todo muy peligroso. Solo cuando el régimen ya estaba desmoralizado, se hizo posible”.

Brasil era un país pródigo en las artes, los deportes, la música, en arquitectura y urbanismo, etc. Sobraban talentos y entonces llegó la oscuridad.

En el año 2003, Fernando Antunes Coimbra entró con un una demanda en la comisión de amnistía del Ministério da Justiça. Siete años después, fue considerado perseguido político por el organismo. Fue, entonces, el primer jugador de fútbol amnistiado en la historia de Brasil. Este reconocimiento, cuatro décadas después de las torturas, de la presión psicológica y muchas frustraciones, fue un orgullo no solo para Nando, sino también para todos aquellos que llevan y llevarán sus apellidos. El famoso Antunes Coimbra. •