El himno del dinero

El músico Igor Paskual ve en la música presentada por La Liga
como canción oficial una canallada más al aficionado y las esencias
del fútbol. Sin emoción, es una simle sintonía.

Ilustración @tweemuizen

Igor Paskual.- Bienvenidos al mundo postmoderno donde la ultraderecha en su múltiple transformación hacia el neoliberalismo más floreciente se reencarna en presidente de La Liga. De ahí en adelante, todo es beneficio. Renta. Ganancia. Plusvalía. Ya no se trata de pescar con la caña sino de acabar con el fondo marino con las redes de arrastre. El fútbol es una pantalla. Ya no es un estadio con la gente en vibración y éxtasis. Eso ya no es rentable y La Liga ha entendido que la comunicación no es física sino virtual. La pantalla es más rentable ¿Cuánta gente entra en un estadio?, ¿Cuánta puede verlo por televisión?

Los números son claros y esa es nuestra realidad: el número, el algoritmo, la ciencia, la matemática. Pero ese sustrato ya no nos emociona y necesitamos que nos entreguen un cuento en forma de música ¿De qué sirve todo esto si no hay poesía? Así que se han inventado este “himno” que es, más bien, una sintonía. Los himnos, como los salmos, se cantaban en alabanza de Dios, pero esta amalgama de sonidos caros están pensados para sonar en televisión con el espectador en silencio. Estos latidos bombean sangre de anuncio y no pertenecen a la anónima tradición del canto colectivo en las gradas, que es la última muestra de arte popular que nos queda en occidente.

¿De qué sirve todo esto si no hay poesía? Así que se han inventado este “himno” que es, más bien, una sintonía. Los himnos, como los salmos, se cantaban en alabanza de Dios, pero esta amalgama de sonidos caros están pensados para sonar en televisión con el espectador en silencio. 

Los himnos son participativos y colectivos, pero la marca sonora de La Liga busca imponerse por encima de los equipos que la componen. Este mismo sistema usaban los sellos musicales o las editoriales para sentirse más importantes que las bandas o los escritores. El poder es el prestigio de la marca. Esta sintonía, grabada en muuuuuuchos estudios a lo grande, parece la música de una peli. Tebas, de forma muy inteligente, ha repetido la fórmula de la “Marcha Real” de España y no ha pedido que le escriban letra. Las palabras son territorios minados de significantes y aquí el único significado que importa es el dinero. Un himno que representa La Liga y a la organización global frente a la reunión local. Hay que fijarse en el sonido, en qué nos transmite. Los arreglos, el tempo, la ausencia del verbo nos llevan a una colonización del sonido que es la forma más inocente de ser seducido. Se favorece al organizador y no al organizado, al gobierno y no al gobernado. Como no hay letra, parece un sonido moralmente inocente, pero este “himno” es una canallada. •

‘Latido del fútbol’, Lucas Vidal (2019)

Este espacio suele ser dedicado a las letras de
las canciones elegidas por el autor. En este caso,
no hay letra que reproducir pero, como el propio
texto explica, la falta de mensaje forma parte de la
composición.