Revista Líbero.- Ahora que muchas voces son críticas, y con razón, con la elección del Mundial de Catar en 2022, cabe decir que el fútbol lleva años con numerosos conflictos relacionados con el Golfo Pérsico. Uno de ellos, y a buen seguro, el más curioso corresponde a la disputa de un Francia-Kuwait durante el Mundial de España en 1982. Francia ganaba con comodidad en el encuentro por 3 goles a 1 cuando un pitido suena y los jugadores rivales se quedan parados. Acto seguido, Francia marca y se produce una de las imágenes de los mundiales. De repente, mientras los galos celebran el gol, los kuwaitíes dicen que habían escuchado un silbato, al parecer desde la grada. En el palco, un hombre ataviado con túnica y turbante se ponía en pie y hacía claros gestos con la mano, invitando a los jugadores de la selección de Kuwait que se retiraran del campo. Hablamos del jeque Fahid Al-Ahmad Al-Sabah, presidente de la Federación Kuwaití de Fútbol y hermano del emir del pequeño país del Golfo Pérsico. Llega a aparecer en el campo como Moisés ante las aguas para hablar con el árbitro y sus jugadores.
En el palco, un hombre ataviado con túnica y turbante se ponía en pie y hacía claros gestos con la mano, invitando a los jugadores de la selección de Kuwait que se retiraran del campo.
El impacto de las imágenes es tal que se ve como las fuerzas de seguridad no hacen una gran oposición. Están más pendientes de que los fotógrafos no capten la imagen que de echar al jeque del terreno de juego. Quizá había que tener en cuenta que España llevaba poco en la democracia y a más de uno estas actuaciones no le llamaba la atención. Fahid charló con sus jugadores y lo más increíble aún llega cuando el árbitro no concede el gol legal a Francia. Un minuto después, los franceses vuelven a marcar siendo, y menos mal, nada decisivo ese momento en el desenlace del partido. La FIFA debía actuar pero lo hizo con debilidad ante el jeque con una leve multa de 10.000 dólares, lo que seguro que se gastaba en unas horas Fahid Al-Ahmad. Sin embargo, el colegiado Miroslav Stupar perdió sus credenciales FIFA y jamás volvió a pitar un partido internacional.
Ocho años después, el famoso jeque de aquel partido en Valladolid, fue asesinado por las tropas iraquíes durante la Guerra del Golfo. Un desenlace trágico para el protagonista de uno de los partidos de los mundiales más excéntricos y bochornosos.