Noelia Núñez.- Los 1.283 goles de Pelé están guardados a cinco grados bajo cero. No en el Polo Norte, pero casi. El mejor sitio para almacenar el legado de O rei y de los jugadores brasileños se halla en el interior de una montaña helada, en el archipiélago de Svalbard, Noruega. Aquí, un nuevo e insólito almacén creado por la empresa tecnológica Piql se ofrece a preservar la historia de la humanidad, aunque por el momento el ofrecimiento es algo pretencioso. Lo han bautizado como el Archivo Mundial del Ártico y desde marzo de 2016 su fundador, Rune Bjerkestrand, recibe con entusiasmo la llegada de instituciones de todo el mundo que pretenden conservar bajo el hielo sus tesoros más preciados: "Queremos preservar el ADN humano y del mundo".
La segunda vez que un grupo de personas pisó Svalbard para hacer entrega de sus documentos codiciados fue el pasado febrero. Fuera del archivo ubicado en una antigua mina llamada Store Norske, a 12 grados bajo cero, el frío calaba hasta los huesos; dentro, un pequeño banquete de champán, carne de ballena y de reno recibió a los carteros oficiales de 10 países. El Vaticano, Italia, Alemania, Noruega, Estados Unidos, Finlandia… El Papa envió La Divina Comedia de Dante Alighieri y Noruega El Grito de Edvard Munch; Brasil optó por su arte más reconocido: el fútbol.
SVALBARD» Antigua mina donde se ha ubicado el archivo. Foto: Piql
El último Mundial de Río supuso un varapalo para las arcas del Estado y para la Canarinha, pero este deporte en el país mueve unos 16.000 millones de dólares al año, según la Fundación Getulio Vargas. Aunque el fútbol no naciera allí, para sus habitantes y para medio mundo Brasil es el país de la pelota. Si la selección pierde, el episodio es un drama nacional. El propio Pelé contó en más de una ocasión que se dio cuenta de ello siendo muy niño, cuando Brasil no llegó a la final de su Mundial en 1950 y vio a su padre llorar. El luto por el Maracanazo duró ocho años hasta que un joven Edson Arantes do Nascimento fue convocado con tan solo 17 años para disputar el campeonato del mundo de Suecia, en 1958. Los informes psicológicos de la federación y médicos aconsejaron con ciertos prejuicios racistas que ni Garrincha ni Pelé debían jugar. Brasil se llevó la copa a casa y desde entonces Edson cambió su nombre de pila para ser siempre Pelé, o como lo tildó la prensa, O rei.
Aquel Mundial fue la primera competición televisada de la historia. El mundo vio a un muchacho negro coronarse ante el rey Carlos Gustavo en Estocolmo. Pero aquella tarde el monarca estaba en el tapete y llevaba un 10 a la espalda. España ni se clasificó. Y eso que contaba con la pandilla de Di Stefano, Kubala, Gento y Luis Suárez, pero esa es otra historia.
La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) guarda como oro en paño aquel 5-2 del 58; el 3-1 ante Checoslovaquia en 1962; el 4-1 ante Italia en el imponente Estadio Azteca en 1970; el del 94, otra vez ante Italia por penaltis. Y el último, la victoria de 2002 ante Alemania. También conserva las maravillas de Zico, Tostao, Ronaldo, Kaka, Garrincha, Rivelino, Roberto Carlos, Bebeto, Romario, Didi, Cafú y así, en una lista interminable de talento.
BUROCRACIA
La organización federativa no solo almacena todos estos títulos, también es titular de otros documentos de carácter privado que hoy se guardan en el fin del mundo, como llaman los lugareños a Svalbard; desde contratos de los jugadores hasta pruebas de dopaje. Desde que la CBF se fundó en 1914, su misión es asesorar y asistir a los deportistas. Entre sus labores se encuentra la de gestionar la burocracia de los contratos, a los que acuden los atletas cuando cuelgan las botas o llega la edad de jubilación. Cuando O Rei llegó en 2009 a los 65 años contó a la revista brasileña Veja que su misión de jubilado sería reunirse con Obama cuando el presidente norteamericano tuviera tiempo, como ya lo hizo antes con Kennedy, Nixon y Clinton. Así es la agenda de Pelé. En la entrevista confesó que recibía una pensión de 3.000 reales de pensión -unos 1.265 euros- y a pesar de su gran fortuna bromeó: “Ahora la entrada del cine me cuesta la mitad y no pago transporte público".
Cuando O Rei llegó en 2009 a los 65 años contó a la revista brasileña Veja que su misión de jubilado sería reunirse con Obama cuando el presidente norteamericano tuviera tiempo, como ya lo hizo antes con Kennedy, Nixon y Clinton. Así es la agenda de Pelé.
El presidente de la Confederación brasileña, Marco Polo del Nero, de 77 años, manifestó a la empresa Piql, la encargada de conservar los archivos en el Ártico, su satisfacción con el acuerdo. “Nos ha permitido preservar los recuerdos de nuestros campeones de clase mundial y proteger los derechos de todos los futbolistas y el personal que forman la comunidad de fútbol en Brasil”.
BRASIL» Los representantes del país dejando el archivo en la antigua mina. Foto. Piql
Mantener la información a salvo del apocalipsis es otro de los factores a tener en cuenta para guardar la información en este rincón helado del mundo. Así lo explica Bjerkestrand, que tomó la idea de la Bóveda de las Semillas de Svalbard, cuyo objetivo es almacenar una copia de seguridad de todas las plantas comestibles de la Tierra: “Confiamos en el pequeño pueblo de Longyearbyen (de 2.100 vecinos y 3.000 osos polares), porque es remoto, la temperatura es siempre constante en el interior de la montaña, es uno de los lugares de menor actividad sísmica y su posición lo convierte en un lugar poco probable de ataques”.
En el futuro la información se podrá leer, ver y escuchar fácilmente gracias al grabado en códigos QR.
La empresa Piql ha creado una tecnología de preservación a largo plazo que consigue que los archivos perduren 1.000 años. Aquí la información se guarda digitalmente en una película fotosensible de alta resolución, muy similar a la de los rollos de las películas del cine. Puede ser almacenada en forma de texto, pdf o cualquier formato audiovisual. Después, como si se tratase de un disco duro blanco cuadrado de unos 40x40cm, una suerte de carcasa sirve de protección de la película. En el futuro la información se podrá leer, ver y escuchar fácilmente gracias al grabado en códigos QR.
ENTRADA» Puerta de acceso al archivo excavado en la montaña. Foto: Piql
Pero si bien las condiciones de la mina son idóneas para preservar documentos históricos, no lo son tanto para las personas. Tras el pequeño aperitivo de bienvenida en febrero, los depositantes recorrieron a pie unos 250 metros para dejar sus películas en un contenedor provisional que hace las veces de caja fuerte.
«Vamos a remodelar el Archivo. Ahora estamos en la versión 1.0 pero ampliaremos el espacio, restauraremos la antigua estación de bomberos que hay en el interior, mejoraremos la ventilación y haremos un control de acceso más seguro», asegura el padre de la idea.
No es difícil tropezar entre las piedras y las viejas vías de los vagones que transportaban carbón. A medida que se avanza hacia el interior, el frío taladra los huesos, la respiración se vuelve más difícil y la piel se reseca. No extraña que cuando la antigua mina quebró hace años nadie fuera a recoger las antiguas pertenencias: los restos del último café, los cascos oxidados, las palas de trabajo, la foto de un pariente o un libro. “Vamos a remodelar el Archivo. Ahora estamos en la versión 1.0 pero ampliaremos el espacio, restauraremos la antigua estación de bomberos que hay en el interior, mejoraremos la ventilación y haremos un control de acceso más seguro”, asegura el padre de la idea.
POLO NORTE» El archivo está en territorio noruego, en su población más al norte. Foto: Piql
Mientras llegan las reformas, la CBF ha informado a Piql de que prevé almacenar todas las actividades importantes relacionadas con el fútbol generado por Brasil en formato multimedia. Quizá las imágenes de los cinco mundiales de su selección, los contados vídeos en blanco y negro con ginga –esa reminiscencia de la capoeira en el juego- o todas las jugadas que inventó el astro Pelé, como cuando tatuó en la memoria su no gol desde el centro del campo, sus chilenas y paradinhas.
Brasil en los próximos 1.000 años: «Debería participar en más de 250 Copas Mundiales y ganar no menos de 50 de ellas para mantener su media».
Fernando França, encargado del Departamento de Tecnología e Información de la Confederación, ya ha imaginado lo que podría conquistar su país en los próximos 1.000 años: “Debería participar en más de 250 Copas Mundiales y ganar no menos de 50 de ellas para mantener su media”. Piql confía en tener espacio suficiente en la montaña de Svalbard para entonces.
Quién le iba a decir a Pelé que tras acaparar la atención del deporte durante toda su vida iba a acabar conservando su legado a cinco grados bajo cero. O a su difunto padre, que aún conserva el único récord que no batió su hijo, el de anotar cinco testarazos en un solo partido. El rey del fútbol, que tiene 80 años y vive aquejado de la cadera en Nueva York, ya ha dicho que ve a Brasil como favorita para el Mundial de Rusia. Si sus herederos amarillos emulan su actuación de 1958 también verán sus vídeos congelados para el futuro. •
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