El peor himno y la mejor canción de un equipo

Este antihimno es el mejor canto que podría tener el Atlético de Madrid: es lo posible hecho imposible, es el potencial convertido en impotencia. Es Joaquín quedándose tan Pancho. Es Torres con alma de peón o Viceversa.

Ilustración Roberta Vázquez

Igor Paskual.-Hace casi 20 años, un buen número de clubes españoles celebraron su centenario. Algunos aprovecharon el aniversario para renovar su música. Mikel Erentxun cantó a la Real Sociedad, Plácido Domingo -vía José María Cano- al Real Madrid y El Arrebato compuso para el Sevilla el único éxito real de aquellos intentos de modernización. Joaquín Sabina, sin embargo, logró hacer el peor himno del mundo, pero la mejor canción sobre un equipo. Igual que sus discos representan la transversalidad hecha música, su “anti himno” gusta tanto a los aficionados de otros equipos como a los propios seguidores colchoneros. Pero Sabina, en seis minutos, seis, da una lección de historia citando a jugadores de todas la épocas, lo que le convierte en un profesor, no en un hooligan que, en este caso, es de lo que se trata.

Su “himno que no es himno” tiene el tempo perfecto para ser cantado en la cercanía de una taberna, pero no es fácil entonarla al unísono en la enormidad de un campo de fútbol. Joaquín, capaz de emocionar a multitudes con sus canciones confesionales, no logró que las masas rojiblancas entonasen una canción pensada para multitudes. Por una vez, fue el cantautor no cantado. Sin embargo, este antihimno es el mejor canto que podría tener el Atlético de Madrid: es lo posible hecho imposible, es el potencial convertido en impotencia. Es Joaquín quedándose tan Pancho. Es Torres con alma de peón o Viceversa. Lo más hermoso de este no-himno es que está escrito por el único futbolero que decidió de manera consciente de qué equipo quería ser. Y tiene razón: si el fútbol es la única militancia de la que no se cambia en la vida, ¿por qué se toma esta decisión de manera aleatoria?

Este antihimno es el mejor canto que podría tener el Atlético de Madrid: es lo posible hecho imposible, es el potencial convertido en impotencia. Es Joaquín quedándose tan Pancho

No es casual que el tema se titule “motivos de un sentimiento” y es que su corazón tenía muy buenas razones para abrazar la atea fe rojiblanca. Sabina no se hizo colchonero de niño sino cuando ya era un hombre adulto. ¿Sus motivos? La amistad, el apego a los símbolos de la derrota y la decisión de convertirse en abanderado de un fracaso que, en el fondo, es puro triunfo. Joaquín, a lo largo de su carrera, ha compuesto canciones que son himnos pero este himno es tremenda canción y, gracias a eso, como su Atlético, disfruta del éxito sin perder el prestigio de la derrota. ¡Qué manera de ganar! •

‘Motivos de un sentimiento’, J. Sabina (2003)

Aquí me pongo a contar motivos de un sentimiento que no se puede explicar. Y eso que no doy el tipo de hincha rapado y violento pero que gane mi equipo. Para entender lo que pasa hay que haber llorado dentro del Calderón, que es mi casa. O del Metropolitano donde lloraba mi abuelo con mi, con mi papá de la mano. Que manera de aguantar, que manera de crecer, que manera de sentir, que manera de soñar, que maneras de aprender, que manera de sufrir, que manera de palmar, que manera de vencer, que manera de vivir, que manera de subir y bajar de las nubes, qué viva mi Atleti de Madrid.

Ufarte, Kiko, Juninho, Ratón, Ayala, Burgos, Heredia, Antic, Levinha, Adelardo, Toni, Simeone, Grifa, Pereira, Peiró, Calleja, Ovejero rematando de cabeza, Zapatones de Hortaleza, Ben Barek y Caminero, Paseo de los Melancólicos, Manzanares cuánto te quiero. No me preguntes por qué los colores rojiblancos van con mi forma de ser. Ni merengues ni marrones. A mí me ponen las rayas canalla, canalla las de los colchones. Mira si soy colchonero que paso por Concha Espina como pasa un forastero. Como los indios okupas que acampan con sus banderas en la, en la ribera del Pupas. [Estribillo]

Qué manera de jugarse en el derby la pelvis, qué viva mi Atleti de Madrid. Solozábal, Súper López, Rivilla, Santi, Jayo, Aguilera, Vavá, Gárate, Mendoza, Futre, Collar, toma delantera. Despejan el juego sucio un par de huevos de Lucio, gambetas de Rubén Cano, dos tetas de gran hermano y un principito heredero, corazoncito de colchonero. Por la Intercontinental pide la clase de tropa otra Recopa en el bar. Ni perdemos los papeles, ni cambio por mi Neptuno tu pasarela Cibeles. Cumpliendo cien años anda y estás más joven que el niño que galopa por las banda.

Y la afición a tu lado porque es adicta al veneno del balón, del balón envenenado. [Estribillo] Con dinero y sin dinero somos los primeros. Qué viva mi Atleti de Madrid. Atlético de Aviación, que pasión, un siglo de horas de vuelo, dos años en el retrete tras un doblete rozando el cielo. Volando hasta la buhardilla, llorando por los rincones, bajando hasta la alcantarilla, acariciando balones se infartan en la ribera del Manzanares los corazones. [Estribillo] Qué manera de viajar a la gloria, gritando qué viva mi Atleti de Madrid. Qué manera de decir cumpleaños feliz y brindar por mi Atleti de Madrid. •