En el nombre del padre. Cómo hemos normalizado el enchufismo en el fútbol

Adrián Mediavilla.- Los libros retendrán que en la tercera jornada de la temporada 24-25, Etienne Eto’o Pineda fue convocado por el Rayo Vallecano para jugar frente al FC Barcelona. La noticia no es que el chaval marcase en su debut, de hecho ni siquiera llegó a debutar en LaLiga EA Sports ese día. La noticia es que en el banquillo del rival del Fútbol Club Barcelona se sentaba un muchacho cuyo padre es el octavo máximo goleador de la historia del club blaugrana. 

¿Cómo ha llegado el hijo de Samuel Eto’o hasta el primer equipo del Rayo? Etienne tiene 22 años y acumula un puñado de partidos en el filial del Vitoria Guimaraes portugués, un par en el Poblense y uno la pasada temporada en el Rayo Majadahonda. A la misma edad, su padre era la estrella del Mallorca de Luis Aragonés y un año después ficharía por el Barça. Así las cosas, va con retraso el hijo si aspira a repetir la carrera de su padre. 

“Jugar en el Rayo tampoco es la hostia, pero ¿cuántos chavales mejores que Etienne Eto’o no habrán llegado ni a la mitad?”, se pregunta el periodista de El Confidencial Alfredo Pascual, que en 2020 publicó un exitoso artículo sobre los vaivenes futbolísticos de los hijos de Zidane. 

THURAM» Lilian Thuram y uno de sus hijos del calcio, Marcus Thuram.

El de Eto’o junior no es un fenómeno aislado: en los últimos años hemos visto pasar por LaLiga a Ianis Hagi, Gonçalo Paciência, Nico Paz, Giuliano Simeone, Kenan Kodro, Lucas Cañizares, Luis Milla, Daley Blind, Marcos Llorente, Mikel Merino, Nico González, Justin Kluivert, Luca, Theo y Enzo Zidane…  Fuera de España hay más, muchos más: los hijos de George Weah, Paolo Maldini, Peter Schmeichel, Federico Chiesa o Lilian Thuram juegan cada fin de semana en equipos profesionales. *

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