Àlex de Llano.- Luce los 46 años en el mejor momento de su carrera. Enrique Arce (Valencia, 1972) o Arturo Román Arturito en La Casa de Papel también luce su pasión por el balompié y el Valencia allá por donde va. En Argentina es un fenómeno de masas y terminó siendo ovacionado por el Gigante de Arroyito, el estadio de Rosario Central. Recientemente ha trabajado con James Cameron en Terminator 6 y también ha publicado su primera novela ‘La grandeza de las cosas sin nombre’.
Hablar con Enrique y no hacerlo de fútbol sería complicado. Aunque se considera “más valencianista que futbolero” reconoce que sus tiempos más fervientes como aficionado al fútbol han pasado con el trascurrir de los años aunque ahora incluso participa en eventos del club de su vida. Dice ser más pragmático y buscar más la satisfacción personal que el éxito del Valencia, aunque se le esboza una sonrisa cuando revive sus experiencias con el conjunto ché y la Selección.
¿La Casa de Papel le ha cambiado la vida?
No sólo nos ha cambiado la vida a los que hemos sido partícipes de la serie… ha sido una bendición. No nos lo esperábamos. Ganar el Emmy siendo una serie 100% española, con lo que ello supone… Es increíble. Creo que esto no sólo nos beneficia a nosotros, sino que también le hace un gran favor a la profesión audiovisual. Es un proyecto al que le tengo mucho cariño, es verdad, y sí, me ha cambiado la vida, pero miro más allá y creo que esto nos viene bien a la profesión como ámbito. Nos ha puesto en el mapa como sitio de producción fuerte y potente. Detrás de EEUU y Gran Bretaña creo que estamos nosotros como puntales para producir series y eso lo ha conseguido La Casa de Papel.
¿Cuándo se da cuenta del boom de la serie?
Cuando habíamos rodado cuatro episodios yo me marqué una machada que todavía me recuerdan desde el humor algunos compañeros. Fuimos a un festival en Burgos y todavía no habíamos visto nada de lo grabado. Entonces dije que para mí era de lo mejor que se había hecho en este país en televisión y lo mejor en lo que había trabajado yo, que no sabía si funcionaría en España, pero que si no funcionaba aquí es que igual no estábamos preparados y el mundo sí que lo estaba. Y pasó eso.
En España, en los primeros meses, no tuvo tirón, estuvieron a punto de retirarla de la parrilla de programación y se tuvieron que reducir capítulos. Netflix nos abrió el mundo. ¿Me lo esperaba? Yo diría que no, dije esa frase porque me salió de dentro y ahora me llaman visionario.
¿Con qué papel has soñado siempre?
Hay tantos… El de Al Pacino en El Padrino, Marlon Brando en Apocalypse Now… Es una pregunta trampa porque te podría decir 100.000.
¿Quién sería el Maradona de los actores?
Para mí, Marlon Brando. Es el mejor actor de la historia. Aunque he de decir que los actores que cuando sacan una película siempre voy a verla son dos: Al Pacino y Sean Penn.
¿Cuál es tu ídolo futbolístico?
Mario Alberto Kempes.
La serie te hizo poder hablar con él.
Cuando estuve en Rosario, en Argentina, fue una locura. Allí la serie ha pegado muy fuerte y casi no podemos andar por la calle. Entonces Germán Carrara, un periodista amigo, le llamó y me pasó el teléfono. Para mí fue un momento increíble… A Kempes es a la única persona a la que le he pedido un autógrafo. Mis primeros grandes recuerdos del Valencia son con él. Me hice valencianista en la época en la que ganamos la Recopa, la Supercopa de Europa… Y tener a este tipo al teléfono, diciéndome que le gusta la serie, que me quiere conocer, que cuando vaya a Valencia quedaríamos. Así que fue muy especial.
"A Kempes es a la única persona a la que le he pedido un autógrafo. Mis primeros grandes recuerdos del Valencia son con él."
Visitaste Argentina y terminaste haciendo el saque de honor en el Gigante de Arroyito.
Sí, fue a raíz de decir que Kempes era mi ídolo y que, entonces, simpatizaba con Rosario Central. Fue una locura. Se armó una cosa enorme, me llevaron al estadio, me pusieron la insignia, la afición estaba muy animada. El Kily González me regaló una camiseta firmada por él en un restaurante. Pude degustar la locura del fútbol en Argentina en primera persona.
¿Algún ídolo actual?
Messi es el mejor jugador del mundo. Puedes ser de uno o de otro, pero lo que hace él es increíble. En cierta medida mezcla el fútbol y el arte.
¿Qué es el fútbol para ti?
El Valencia. Soy más valencianista que futbolero. Y la Selección, por supuesto. Yo con la Selección sufro más nervioso, más alterado…
Entonces has vivido muy buenas experiencias en 2008, 2010 y 2012.
Una locura. En 2012 creo que fue la que más disfruté. Por aquel entonces tenía a un gran amigo en el equipo, Jordi Alba, que es amigo mío desde que estaba en el Valencia. Hablaba mucho con él y lo viví de una forma muy intensa. Pero sí, toda esa época me ha marcado mucho. De hecho, mi última novela termina con el gol de Iniesta. Lo ubico ahí porque todo el mundo recuerda lo que estaba haciendo en ese momento.
¿Qué hacías en ese momento?
Estaba en mi casa, con unos amigos viéndolo y habíamos visto casi todos los partidos juntos. Fue un momento inolvidable. También los he vivido con el Valencia, pero un Mundial, una Eurocopa… Es incomparable. Me siento más del país que de la región.
¿Cuál es el momento más importante que has vivido con el Valencia?
Para mí, las dos finales de Champions que viví en el Parque de los Príncipes y en San Siro. Las dos me marcaron, pero la del Bayern de Múnich fue la que más. Lo tuvimos tan cerca… Recuerdo todo aquel día como un… Llevaba un pedo emocional tremendo. Toda la afición estábamos en la Piazza Duomo, creyéndonos que podíamos ganar. En la primera éramos favoritos, pero los que llevamos tiempo viendo fútbol sabemos que el Real Madrid no juega finales, las gana. Y nos cayeron tres. Pero la del Bayern de Múnich… Esa estuvimos tan cerca, gestionó Cúper mal los últimos veinte minutos.
Se perdió de una forma absurda. Recuerdo que, en una final de Copa de Rey, contra el Atlético de Madrid, estaba en el escenario. Entonces estaba de costado al público para poder tener en una oreja un casco y escuchar por la radio el partido mientras hacía la función, La Celestina. Pasaba muchos ratos en el escenario callado, mirando, entonces no se notaba demasiado. Locuras de esas he hecho muchas por el Valencia.
¿Alguna más que se pueda contar?
Cuando estaba en Periodistas, yo tenía una amiga que era la hija de Pedro Cortés, el que era el presidente del Valencia. Entonces estaba planeado rodar el día después de la final pero se canceló. Esta amiga me confirmó que tenía una entrada para mí y no dudé. Cogí mi coche y me fui a Valencia para juntarme con unos amigos y de ahí a Milán para pasar día allí y asistir al partido. Fueron 19 horas de coche.
"Cuando estaba en Periodistas, yo tenía una amiga que era la hija de Pedro Cortés, el que era el presidente del Valencia. Entonces estaba planeado rodar el día después de la final pero se canceló"
¿Cómo fue la sensación después de ese partido?
Puf. Lo tengo grabado en mi mente, un bucle. Estábamos con mucha gente, rodeados de valencianistas, yo sólo conocía a mi amiga y a su pareja. Recuerdo que un tipo llevaba una réplica de la Virgen de los Desamparados. Cuando marcó Mendieta nos pasábamos todos la virgen, celebrándolo. Pero luego nos quedamos solos, estaba con mi amiga, se había ido todo el mundo y vi a la virgen tirada en el suelo (ríe). Pero fue muy triste. Fue una época bonita y me quedo con eso.
¿Ha jugado alguna vez en Mestalla?
Sí, me invitó el club no hace demasiado a darle unas patadas al balón. Ha dado mucho que hablar porque no podíamos hacerlo porque después hubo un partido. Además tuve el brazalete de capitán, me lo puse al revés sin querer. Fue muy divertido.
¿Qué entrenador le ha hecho más feliz?
Benítez. Para mi es el entrenador de los triunfos, de la afición unida, de los momentos más felices del Valencia… Creo que recordarle mal es ingrato, nos llevó a ser uno de los mejores equipos del mundo y hay que verlo así. Fue pilar del mejor momento de nuestro club, lo hizo funcionar. Ojalá le podamos ver con la Selección.
¿Un Óscar o un sextete del Valencia?
Es complicado… Mira, cuando tenía 30 años o así te diría, sin dudarlo, que el sextete. Pero una vez pasas los 40 te vuelves más pragmático, las pasiones se rebajan. ¿Qué me va a hacer mejor en mi carrera? ¿Qué me va a hacer ser más trascendente? Pues el Oscar. Aunque te aseguro que antes hubiese dicho el sextete sin dudarlo. Ahora pienso cómo celebraba los goles, cómo me exacerbaba y no me ha pasado nunca nada igual. Me volvería loco que el Valencia lograra eso, pero ya no me va la vida en ello como antes.
Dices que la producción televisiva en España sufre mucha falta de apoyo ¿Somos un país inculto?
Ahora mismo sí. Muy. No lo digo como rabieta. He estado viviendo en distintos lugares y lo he podido apreciar. Londres, Francia, incluso EEUU… Fíjate, es un país que es inculto en muchos lugares y tremendamente culto en muchos otros. Pero en España hay una falta de necesidad como país para preservar su cultura que es endémica. No hay orgullo por nuestros artistas. Hemos tenido los mejores pintores, los mejores literatos, varios premios Nobel… Pero ahora estamos en la cola. España no está precisamente bien parada. Existe talento en las personas que son capaces de surgir, pero es por un exceso de talento y no por una protección de lo nuestro como tiene Francia, por ejemplo. Estamos a años luz de años esos.
¿Cómo se soluciona esto?
Empezando desde la base. La cultura está relacionada con la educación. Primero hay que educar. Hay que intentar apoyar desde el Ministerio de Educación para que la cultura se incluya en las aulas de una forma distinta a la actual. También los impuestos. Hay que bajarlos. Es inadmisible las tasas que se cobran en el cine, la televisión… Luego las ayudas. Antes se ayudaba de forma desmedida, es cierto, por lo que habría que afinar el criterio con el que se hace, pero hay que darlas. Hay que intentar darle a la cultura su lugar, su puesto. Una sociedad es tan próspera como sea su arte. Si cortas las alas a los a los artistas,
nos vamos a convertir en una sociedad mediocre. •