Fernando Gómez Colomer: «Fui el primer centrocampista en España en superar los cien goles»

El Valencia CF es de lo clubes más castigados por los males de la golbalización mercantilista del fútbol. Una deuda disparatada, jugadores que van y vienen sin enterarse de qué es el Turia, directivos especuladores, agentes… Sin embargo, Mestalla tiene dos valores que sostienen al equipo: su afición y su historia. Fernando Gómez Colomer (Valencia, 1965) es una leyenda del club.

Lorena González.- Un ‘one club man’ de toda la vida (aunque bien es cierto que también jugó en Inglaterra y en el Castellón). Fernando vivió una de esas épocas de entreguerras de un club. Llegó a vivir un ascenso a Primera (algo impensable en el Valencia de las últimas décadas). Era un producto de los 80, de los años previos al boom televisivo y las estrellas multipresentes. Sin embargo, era un líder, capitán inolvidable con un talento único que le llevó al Mundial de Italia 90. Vivió el inicio de los proyectos deportivos que llevaron al éxito al Valencia de Rafa Benítez. Convivió con Luis Aragonés y Jorge Valdano. también se ha dejado ver por las pantallas siendo un gran comentarista de la actualidad futbolística caracterizado por la pausa, el mismo estilo que imprimía al centro del campo.

Es usted el jugador que más veces ha vestido la camiseta del Valencia, el centrocampista máximo goleador de su historia, con números a la altura de grandes delanteros.
Ya de pequeño tenía facilidad para marcar goles. Con 15 años llegué al Valencia y en el juvenil el entrenador Óscar Rubén Valdés me dijo algo que nunca olvidé: “Centrocampistas hay millones, así que tienes que destacarte por defender muy bien o hacer goles”. Incluso cuando jugaba por delante de los centrales era capaz de incorporarme al área. Tenía mucha libertad. Cuando subí al segundo equipo me pusieron a un medio defensivo al lado, por lo que aún tuve más. Fui el primer centrocampista de España en superar los 100 goles y en un reportaje se llegó a publicar que en cinco años mis goles le habían dado más puntos al Valencia que los de Hugo Sánchez al Real Madrid.

¿Cómo lo consiguió?
La verdad es que no sabía regatear, no tenía un buen cambio de ritmo, pero sí la facilidad para colocarme. Y, sobre todo, siempre veía la portería muy grande.

Hay quien dice que le faltaba garra…
Yo nunca destaqué por mi agresividad en el campo, mi ambición consistía en tocar balones, participar en el pase. Mi meta era la creación y la llegada a portería.

Con todos esos logros, ¿no fue un futbolista infravalorado?
Sí que a veces pienso que si los méritos que hice en su día los hiciera ahora, al menos creo que hubiese sido internacional en más ocasiones. Antes, cuando íbamos con la Selección, jugábamos un partido y nos volvíamos, ahora se juegan de dos en dos, hay amistosos… Hay más oportunidades. Además antes era muy difícil ir a la Selección si no jugabas en un Barça o Madrid, fíjate en cuántos jugadores que no sean de estos equipos pasan de las 50 internacionalidades… Muy pocos. El Valencia siempre me valoró, me lo demostraron siempre que venía algún club a ficharme y no me querían vender.

«El Valencia siempre me valoró, me lo demostraron siempre que venía algún club a ficharme y no me querían vender.

 

¿También le quisieron fuera del Valencia?
En la época del Dream Team, no el primer año de Cruyff, sino en el segundo, ya me intentaron fichar. Después, en el verano del Mundial 90 también, y en alguna otra ocasión… Incluso Ramón Martínez estuvo en mi casa para ficharme para el Barça y con el tiempo hizo lo mismo pero para llevarme al Madrid.

Fotografías Tania Castro

¿Por qué no se fue?
Mi futuro siempre lo dejé en manos del club, donde estaba muy a gusto. Desde los 15 años jugaba en el Valencia y sabía que me costaría mucho dejarlo. Para un español cuesta mucho ser titular indiscutible en un equipo grande. Mira cuántos españoles juegan en el Real Madrid, hasta a Isco le cuesta ser fijo. Siempre me gustaron los futbolistas que permanecieron por siempre en el mismo club. La vez que estuve más cerca de salir del Valencia fue cuando vino a buscarme el Atlético de Jesús Gil. El Valencia atravesaba una mala fase, los aficionados querían ver caras nuevas y esa vez el club sí que se pensó venderme. Al final no lo hizo.

«Siempre me gustaron los futbolistas que permanecieron por siempre en el mismo club. La vez que estuve más cerca de salir del Valencia fue cuando vino a buscarme el Atlético de Jesús Gil.»

¿Cómo eran sus ‘Valencias’?
El de Víctor Espárrago era muy fuerte en defensa, nos costaba ganar, pero muy efectivo arriba. El Valencia de Hiddink era un espectáculo verle jugar pero a los grandes les ganábamos poco porque como íbamos al frente, les dejábamos muchos espacios y les dábamos más facilidades. El de Luis Aragonés era muy rocoso, perfectamente estructurado, atacábamos con poco… 

¿Cuál fue el mejor?
El de Luis Aragonés, el de la temporada 95/96, cuando el Atleti hizo el doblete. Disfruté muchísimo también en los 3 años de Guus, jugando con Mijatovic, Penev, Leonardo, Quique Sánchez Flores... Hay otras etapas menos destacables en juego pero lo hicimos muy bien, como después de subir de 2ª con Espárrago. Por entonces hacíamos un fútbol más feo pero quedamos segundos en la tabla, por detrás del Madrid de los récords con Toshack en el banquillo.

¿Cómo era su relación con Luis Aragonés?
De absoluta confianza, y eso que no hablábamos demasiado. Luis no era muy hablador, y yo tampoco. Pero tuve las dos versiones de entrenador en ese sentido. Es decir, la de Aragonés y la de Valdano, que hablaba mucho pero no confiaba mucho en lo que decía. Luis conseguía algo muy importante: tener contenta al menos al 70% u 80% de la plantilla, jugasen o no. A mí me concedía mucha importancia, siempre me trató muy bien, recuerdo lo que me ayudó cuando en plena pretemporada nació mi hijo. Te lesionabas, entrenabas un día y te volvía a poner. Nada más empezar perdimos en Coruña por 3-0, jugamos mal en casa, y vino a decirme que me olvidara del público y los silbidos e hiciera mi trabajo.

«Luis conseguía algo muy importante: tener contenta al menos al 70% u 80% de la plantilla, jugasen o no. A mí me concedía mucha importancia, siempre me trató muy bien, recuerdo lo que me ayudó cuando en plena pretemporada nació mi hijo»

¿Con qué compañeros valencianistas se quedó embobado alguna vez?
Con Mijatovic en el año 96, cuando marcó 28 goles, que por entonces era más difícil llegar a esa cifra. Con Kempes sólo  coincidí un año, yo tenía 18 y aluciné porque todo lo hacía sencillo, parecía que nada le costara y sin embargo todo le salía bien. Fue su último año en el Valencia, que necesitaba vender jugadores. Jugué con Penev, Mazinho. Arias, Tendillo, Quique Sánchez Flores, Álvaro Cervera, Eloy Olalla, Zubizarreta… no me quiero dejar a ninguno.

¿Con qué fútbol se queda, con el suyo o con el de ahora?
No sé si ahora el fútbol es mejor o peor, pero físicamente los jugadores de hoy están más preparados. Sin embargo, nosotros también jugábamos muchos partidos y no teníamos que descansar tanto para no lesionarnos. No sé si es que el ritmo de este fútbol es más alto, pero te aseguro que me tocaba correr mucho y acababa reventado.

¿Ha cambiado mucho el futbolista?
Se ha deshumanizado demasiado. Nosotros no teníamos a tantos medios siguiendo los entrenamientos, no se televisaban tantos partidos… No pasa nada por hacer los entrenamientos a puerta abierta, que te vean los aficionados. No pasa nada con salir del vestuario y quedarte a firmar autógrafos, es bueno para el futbolista y además ayuda a mejorar la opinión que se tiene de ti. Soy partidario de tener contacto con los aficionados y con la prensa. Ahora todo es demasiado frío, entre todos se está imponiendo unos hábitos que distancian mucho al futbolista de la gente. No lo entiendo. Fernando Alonso se juega la vida en una carrera y nada más bajarse del coche ofrece una entrevista y no pasa nada. Y lo mejor es hablar cuando las cosas van mal, te permite explicarte, aclarar algunas cosas, dar una sensación de normalidad… a algunos convencerás si te dejas escuchar.

¿El fútbol fue justo con usted?
Claro que sí, fui un privilegiado por jugar tanto tiempo en el mismo club. A veces lo comento con gente: hay personas que no conceden la importancia que tiene el ser futbolista, siempre dicen lo bien que vive… Y les respondo que hubiesen jugado ello No es nada fácil llegar, y menos mantenerse. Hay muchos jugadores en segunda y segunda B que no tienen salario, a algunos incluso les cuesta dinero jugar a fútbol. Igual que pagamos a los médicos, abogados, periodistas… A los futbolistas también. No hay una estructura escalonada con todo el dinero que generan los propios futbolistas.