Diego Barcala.- El mismo año en el que John Lennon imaginaba en su casa de Ascot un mundo sin cielo ni infierno, sin posesiones, ni guerras, ni religiones, el artista austriaco Max Peintner dibujaba un futuro incierto con bosques expuestos al público en los estadios. Era 1971 y los artistas occidentales se debatían entre los que vislumbraban una guerra nuclear y los que auguraban un paraíso igualitario. Todos coincidían en que la cosa pintaba mal. Cinco décadas después, lo más parecido al mundo compartido que imaginaron Lennon y Yoko Ono es una población planetaria haciendo bizcochos en casa evitando un virus. Pero la distopía que Peintner dibujó a lápiz bajo el sugente título: ‘La atracción ininterrumpida de la naturaleza’, sí se hizo realidad en el Estadio Wörthersee de Klagenfurt (Asutria) en 2019.
La distopía que Peintner dibujó a lápiz bajo el sugente título: ‘La atracción ininterrumpida de la naturaleza’, sí se hizo realidad en el Estadio Wörthersee de Klagenfurt (Asutria) en 2019.
Cerca de 300 árboles fueron trasplantados al estadio por el artista suizo Klaus Littmann para denunciar la deforestación del planeta en una expresión artística titulada ‘For the Forest’ (Para el Bosque). 200.000 personas visitaron durante dos meses el interior del estadio que durante la performance atrajo fauna cercana y cambió de color tomando vida propia. Peintner imaginó el bosque en el estadio profetizando una sociedad industrializada en la que los árboles se habrían convertido en objetos de contemplación únicos. Tan excepcionales serían los bosques, que habría estadios para disfrutarlos. Peintner hizo sin querer una buena metáfora distópica del fútbol actual, donde el talento es cada vez más escaso entre tanto jugador de plástico.
Un deporte cada vez más esquilmado por el capitalismo televisivo que exprime con calendarios exhaustivos y exigencias físicas al juego. Precisamente este estadio convertido en bosque temporal vio nacer en competiciones internacionales a uno de los últimos poseedores de las esencias del fútbol como Luka Modric. El croata derrotó con su selección a Alemania en este terreno en la Eurocopa de 2008 donde la leyenda de Fernando Torres también remataría a los boscosos y fornidos alemanes.
El bosque en el estadio se convirtió en un gran reclamo para la Cumbre Mundial del Clima que Austria ha celebrado recientemente.
La impresionante imagen de esta obra de arte temporal dio la vuelta al mundo a través de publicaciones en 80 países aunque para varias generaciones de centroeuropeos resultó familiar porque el dibujo que inspiró la idea es un lugar común de los libros de texto. El bosque en el estadio se convirtió en un gran reclamo para la Cumbre Mundial del Clima que Austria ha celebrado recientemente. Por si faltaba algún elemento sorprendente en esta historia, la cara visible de este evento es el de un joven que dejó el fútbol por las pesas en los años 60, después se convirtió en actor de éxito y pasó a la historia por su papel en ‘Terminator’, en una película sobre un futuro distópico dominado por los robots. El además exgobernador austriaco de California, Arnold Schwarzenegger, es la máxima estrella del evento que anuncia que la tala de árboles provocó que los murciélagos se estresaran facilitando la transmisión del coronavirus de una especia a otra y acabando en los humanos.*
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