Rodrigo Marciel.- Los escoceses guardan con gran cariño el nombre de Archie Gemmill gracias al gol que consiguió en el Mundial de Argentina 78. Escocia y Holanda jugaban el último partido de clasificación y los británicos tenía que ganar por tres goles o más para pasar de ronda. En el minuto 23 de la segunda parte, con 2 a 1 en el marcador, Gemmill combinó con el gran Kenny Dalglish en una pared que acabó con un increíble recital de regates del pequeño centrocampista escocés. Dejó sentada a media defensa holandesa y al portero tulipán. Desde entonces ese gol, ese baile con aroma a eternidad, es considerado como uno de los tantos más brillantes de la historia de los Mundiales. Desde entonces Escocia no ha tenido una selección tan brillante e incluso lleva dos décadas fuera de una fase final (lo último la Euro de 1996 y el Mundial del 98).
Desde entonces ese gol es considerado como uno de lo más brillantes de la historia de los Mundiales aunque Escocia se quedó a las puertas de lograr el pase.
La mala suerte escocesa era medirse a la mítica Holanda del 78 que, sin Cruyff, consiguió llegar a la final del Mundial en la que fueron eliminados por la Argentina de Kempes. Escocia acabó ganando aquel partido por 3 a 2 pero Holanda y la sorprendente Perú acabaron por delante en la clasificación. La hazaña de Gemmill es tan famosa que en la película ”Trainspotting” Ewan Mcgregor protagoniza una escena en la que, estando con una chica proclama: “¡No había sentido algo igual desde que Archie Gemmill marcó aquel gol ante Holanda en el 78!”. Un gol orgásmico.
La hazaña de Gemmill es tan famosa que en la película ”Trainspotting” Ewan Mcgregor protagoniza una escena en la que, estando con una chica proclama: “¡No había sentido algo igual desde que Archie Gemmill marcó aquel gol ante Holanda en el 78!”. Un gol orgásmico.