Javier Aznar.- Un amigo común, el periodista Miguel Quintana, me dice que a Guti a veces le cuesta encontrar la postura en su silla del plató de DAZN. Pienso de camino a esta entrevista que esa es una bonita metáfora de la figura de Guti. Porque podríamos decir que siempre ha sido lo que se conoce como un ‘culo de mal asiento’. No todo valía con él, ni él valía para todo. Nunca quiso amoldarse a lo que tocara, solo por el hecho de que tocara, porque su personalidad era innegociable y porque sabía que esa era la forma más rápida de acabar con algún dolor crónico. No se acomodó, no se conformó. Esto no impidió, sin embargo, que fuera capaz de adaptarse y de jugar en casi todos los puestos posibles, siempre al servicio del entrenador y de las necesidades de su equipo. Pero a su manera. Su forma de entender el fútbol, de verlo y de jugarlo sigue siendo especial, única. La de Guti.
Hablamos con él para Líbero sobre pases perfectos, recuerdos y el fútbol actual en el contexto de un rodaje para Just Eat. En un ejercicio que también explica al personaje, el 14 reparte por varios balcones de Madrid balones con códigos de descuento. El claim es 'The art of Delivery' y eso en fútbol es lo que hacía Guti como los ángeles con los delanteros. El arte del pase de gol.
¿La clave para un pase de gol perfecto?
Sincronización, precisión y, sobre todo, imaginación. A veces veía o leía el pase antes de que estuviera ahí. La precisión es clave para que llegue el balón bien al delantero, desde luego. Pero creo que la imaginación, poder verlo un instante antes, es lo más diferenciador que hay.
ENTREVISTA» El 14 en la charla facilitada por Just Eat. Foto. Edgard Marqués.
¿Hay algún jugador actual que te guste ahora por esa imaginación a la hora del pase?
No creo que haya ese tipo de jugador ahora mismo, la verdad. El fútbol ha cambiado mucho estos últimos años. Se ha llegado a un nivel de precisión muy alto en lo táctico y en lo físico. Y esto hace a veces que el jugador no se pueda mover tan libremente por el campo. Todos tienen sus movimientos estudiados desde antes. Hay jugadores con muchísimo talento, por supuesto, pero siento que es distinto. Los Iván De La Peña, los Valerón… ya los ves bastante menos. O no los ves. Hay jugadores con mucha calidad, que saben encarar al rival, con una técnica muy depurada, pero a veces creo que demasiado robotizados. Tal vez por exigencias del entorno, del equipo, de las expectativas, del entrenador...
«El taconazo en Riazor, había que tenerlo en la cabeza, atreverse. Y sobre todo que Karim me acompañara. La sincronización con el atacante, que haya una conexión, es de lo más importante»
¿Y por qué crees que es eso?
El fallo ahora está poco permitido. Antes sí lo estaba. Lo entendíamos como parte del fútbol. Se ve mucho en el fútbol base. Ahora los chicos, si pueden hacer 20 pases horizontales, seguros y sin perderla, los van a dar, en lugar de a lo mejor intentar cinco pases verticales en los que puedan perder alguno. Porque esto al entrenador no le gusta. En España sí había antes ese tipo de jugador: imaginativo, creativo, arriesgado. Ahora, por mucho que lo busques, no lo hay.*