Julio Ocampo.- “Queremos recuperar este pedazo de historia del Nápoles y de nuestra ciudad. Se construyó en los setenta y entró definitivamente en desuso en 2004. Estos muros que hoy están cerrados, con un campo abandonado a su suerte, han visto entrenarse durante siete años al mejor jugador de todos los tiempos: Diego Armando Maradona. Nos hizo ganar dos scudetti, una UEFA, una Copa de Italia y una Supercopa. Me niego a que haga su aparición el olvido”. Irrumpe con fuerza Salvatore Cierro, presidente de la asociación Centro Paradiso, creada hace algunos años precisamente para que esto no suceda.
Nacido en 1991, lógicamente no le pudo ver jugar en su Nápoles, pero todo el mundo cuenta a Cierro que a este barrio periférico venía gente de toda la ciudad, incluso de la región Campania. ¡Sólo para verle entrenar y ensayar sus maravillosas faltas! “Me decían que era un ambiente familiar. La gente deseaba que llegara el jueves para venir a ver al equipo en las concentraciones previas a los partidos. Era algo mágico, y que ya no existe desgraciadamente”, asevera.
ABANDONO» La antigua ciudad deportiva del Nápoles en situación de abandono. Foto. Julio Ocampo.
Junto a otros miembros -como el tesorero Pierluca Nardone- la comunidad pretende reabrir la ciudad deportiva para erradicar, además, la pobreza de una zona que, como toda Nápoles, vive de contrastes y sufre gestiones políticas arbitrarias. “No es lo mismo Scampia o Soccavo (áreas periféricas) que el Vomero o Posillipo. Sabemos que nuestra idea es bizarra y revolucionaria, pero así era Diego, quien jamás se rendía a las injusticias”, explica el portavoz de la idea
«¿Qué quiero representar? Pues mira, está Maradona, Dalma, la margarita y un balón. No me gusta el fútbol ni el boxeo, pero admiro a Diego y Tyson. Maradona era un padre que quería a su hija y basta. Con esto he querido acallar críticas que lo tildaban de mal padre o cocainómano», espeta un grafitero.
Porque sí. Están abandonados por las instituciones, incluso la del Nápoles Calcio. Eso hace utópicas las ideas de crear un museo dentro del recinto y recuperar el campo para facilitar la agregación cultural y deportiva dentro de un barrio marginado que ha perdido alma. “Nos contentamos porque, de momento, el museo nació espontáneamente fuera. Comenzó con su muerte, y a partir de entonces se nutre cada día. Nosotros pusimos la placa inaugural; el resto es obra y gracia de un tifoso napolitano nacido en Polonia. “Siempre decimos que es un napolitano nacido allí por error”, bromea entre risas mientras recoge su testigo Nardone.
MUSEO» Recuerdos de Diego en los muros del 'Paradiso'. Foto. Julio Ocampo
“Tenemos varias iniciativas para autofinanciar nuestro sueño. Somos una organización sin ánimo de lucro que recibe donaciones a través de crowdfunding. Además, tenemos unos compañeros que ya inventaron hace años SpaccaNapoli, La Mossa del Comandante, un juego de cartas inspirado en Maurizio Sarri y el sarrismo. Ahora, lo han actualizado llamándolo Una storia Azzurra. Lo cuenta Mario Giacca, uno de sus creadores. “A través de este juego sencillo contamos la historia del Nápoles y de la ciudad entera, con sus mitos y leyendas, su magia y sus tragedias”. En él aparece Maradona, lógicamente, pero también Salvatore Carmando, el mítico masajista al que Diego le besaba la frente antes de los partidos. Hay cartas de Careca, Cavani, Luciano Moggi, el Vesubio o la maravillosa carta scudetto, pero también entran el Var de la irrespetuosa Parthenope o la parada milagrosa de San Gennaro. Una bendita locura que se ama sin necesidad de ser comprendida. Como el Diez, como Argentina o Nápoles. “Cuesta 20 euros y el dinero va destinado a la asociación”, añade. *
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