Líbero.- Iván Zamorano es uno de los futbolistas más emblemáticos de Chile y de América Latina. Su trayectoria, su estilo de juego, su impacto en el fútbol chileno y los clubes donde brilló lo convierten en una leyenda del deporte rey. Las apuestas en el fútbol en tonybet pueden ser una forma de apoyar a tus jugadores o equipos favoritos. En este artículo, repasamos los aspectos más destacados de su carrera y su legado.
TRAYECTORIA
Iván Luis Zamorano Zamora nació el 18 de enero de 1967 en Maipú, una comuna de Santiago de Chile. Desde pequeño mostró su pasión por el fútbol y su talento para el remate. Comenzó su carrera profesional en el Cobresal, donde debutó en 1985 y ganó la Copa de Chile en 1987. Ese mismo año, fue convocado por primera vez a la selección chilena, con la que marcó un gol en su estreno ante Perú.
Su buen rendimiento llamó la atención de clubes europeos y en 1988 se trasladó al Bologna de Italia, aunque no llegó a jugar ningún partido. Fue cedido al St. Gallen de Suiza, donde se consagró como goleador y campeón de la segunda división. En 1990, fichó por el Sevilla de España, donde anotó 23 tantos en dos temporadas.
ZAMORANO» El chileno en una imagen de 2016.
Su gran salto llegó en 1992, cuando el Real Madrid pagó seis millones de dólares por su fichaje. Con el conjunto blanco, Zamorano vivió sus mejores años como futbolista. Ganó una Liga, una Copa del Rey, una Supercopa de España y una Copa Iberoamericana. Además, fue el máximo anotador de la Liga en la temporada 1994-95, con 28 dianas, y formó una dupla letal con el mexicano Hugo Sánchez.
En 1996, Zamorano cambió de aires y se unió al Inter de Milán de Italia, donde también dejó huella. Con el equipo nerazzurro, conquistó una Copa de la UEFA en 1998, siendo el autor de dos goles en la final ante la Lazio. También fue subcampeón de la Copa Italia y de la Supercopa de Italia.
En el año 2000, Zamorano regresó a América para jugar en el Club América de México, donde se reencontró con su compatriota y amigo Marcelo Salas. Con las águilas, Zamorano logró un título de liga, una Copa de Campeones de la Concacaf y una Copa Gigantes de la Concacaf. Además, fue el máximo anotador del torneo de clausura 2001, con 17 tantos.
Finalmente, en 2003, Zamorano decidió poner fin a su carrera como futbolista profesional en el club de sus amores: el Colo-Colo de Chile. Aunque solo disputó cuatro partidos oficiales, tuvo la oportunidad de despedirse de su afición en un partido homenaje ante el Real Madrid, en el que marcó un gol de penal.
ESTILO DE JUEGO
Zamorano se caracterizaba por ser un delantero centro completo, que combinaba potencia, velocidad, técnica, movilidad y oportunismo. Su principal virtud era el remate de cabeza, que dominaba como pocos en el mundo. Su capacidad para anticiparse, saltar y colocar el balón le permitía superar a defensas más altos y fuertes que él. También era un excelente definidor con ambas piernas y un incansable luchador que presionaba y recuperaba balones.
Este futbolista era un líder dentro y fuera del campo, que transmitía carácter, garra y entrega a sus compañeros. Su dorsal número 9, que lució en la mayoría de los equipos donde jugó, se convirtió en un símbolo de su jerarquía y su olfato goleador. Sin embargo, también supo adaptarse a otras posiciones y funciones cuando fue necesario. Por ejemplo, en el Real Madrid, aceptó jugar con el número 1+8 para cederle el 9 a su nuevo compañero, el brasileño Ronaldo.
IMPACTO EN EL FÚTBOL CHILENO
Zamorano es uno de los ídolos máximos del fútbol chileno y uno de los referentes históricos de la selección nacional. Con la Roja, disputó 69 partidos y marcó 34 goles, siendo el segundo máximo anotador de su país, solo superado por Alexis Sánchez. Participó en dos Copas del Mundo (Francia 1998 y Corea-Japón 2002), cuatro Copas América y los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, donde obtuvo la medalla de bronce.
Iván fue el capitán y el líder de la generación dorada del fútbol chileno, que logró clasificar al Mundial de Francia 1998 después de 16 años de ausencia. En esa cita, Zamorano fue el autor del primer gol de Chile, en el empate 2-2 ante Italia, y guió a su equipo hasta los octavos de final, donde cayó ante Brasil. Su sociedad con Marcelo Salas, apodada como “Sa-Za”, fue una de las más temidas y recordadas del fútbol sudamericano.
CLUBES DONDE BRILLÓ
Zamorano tuvo la oportunidad de jugar en algunos de los clubes más importantes y prestigiosos del mundo, donde dejó su huella y su recuerdo. Estos son algunos de los clubes donde brilló:
- Real Madrid: Fue el club donde alcanzó su máximo nivel y donde ganó más títulos. Jugó 173 partidos y marcó 101 goles. Fue el primer chileno en jugar y anotar en una final de la Copa de Europa, en 1998, aunque su equipo perdió ante el Borussia Dortmund. También fue el primer chileno en ser el máximo goleador de la Liga española, en 1995.
- Inter de Milán: Fue el club donde vivió su etapa más madura y donde logró su único título internacional a nivel de clubes. Jugó 149 partidos y marcó 40 goles. Fue el héroe de la final de la Copa de la UEFA de 1998, donde anotó dos tantos en la victoria por 3-0 sobre la Lazio. También fue el primer chileno en jugar y anotar en una final de la Copa Intercontinental, en 1997, aunque su equipo perdió ante el Flamengo.
- Club América: Fue el club donde cerró su ciclo exitoso en el extranjero y donde se reencontró con su amigo Marcelo Salas. Jugó 72 partidos y marcó 37 goles. Fue el máximo goleador del torneo de clausura 2001 y el líder del equipo que ganó la liga, la Copa de Campeones de la Concacaf y la Copa Gigantes de la Concacaf.
- Colo-Colo: Fue el club de sus amores y donde se retiró del fútbol profesional. Aunque solo jugó cuatro partidos oficiales, tuvo la oportunidad de despedirse de su afición en un partido homenaje ante el Real Madrid, en el que marcó un gol de penal. Fue el club que lo formó como persona y como futbolista y al que siempre le profesó su cariño y su gratitud.