Repasando los onces titulares de las tres victorias argentinas en un Mundial (1978, 86 y 2022), esta copa a priori era la menos favorita. Y con el seleccionador más inexperto de todos. ¿Estás de acuerdo?
Sí. Había muchos jugadores que disputaban su primer Mundial, lo que suponía una presión extra para todos ellos.
2007» La final de la Copa América contra Brasil.
¿Qué recuerdas de los otros dos?
En el 78 tenía cinco años. Era una época difícil porque estaban los militares con Videla. Viví la dictadura y recuerdo haber salido a la calle para celebrarlo, pero la memoria aquí no es nítida. Del segundo, con Bilardo y Maradona, sí. Fue apasionante. Los partidos los veía con mis amigos en casa, después salíamos a festejar siempre. Se celebró mucho, durante días y semanas, incluso meses. Hoy también. Hay fanatismo, un sentimiento de pertenencia enorme.
«No hay que comparar nada, pero en ninguna faceta de la vida. Fíjate que Messi tuvo un periodo en el que renunció a la selección por las críticas. Parecía que el país iba mal por Messi. Estamos locos, pero bueno, somos así. Hay que aceptarlo. Somos pasionales».
¿Cuándo comenzaron a ganar este Mundial de Qatar?
Lo importante, de verdad, fue lograr la Copa América. Eso descomprimió todo y sacó esa presión que tenía Argentina de tantos y tantos años sin ganar. Eso hizo que llegaran al Mundial muy liberados. Por otra parte, el grupo era bueno, muy competitivo, con muchas ganas de hacer historia, y por suerte lo lograron.
Lionel Scaloni entró como interino tras la destitución de Sampaoli. ¿Te sorprende su éxito planetario en tan poco tiempo?
Es muy joven. Fue de menos a más. Casi nadie creía en él cuando entró, pero si lo piensas bien… quienes conocemos a su grupo [Samuel, Ayala o Aimar], no teníamos duda del compromiso a nivel humano y profesional. El resultado podía ser bueno o malo, pero con ellos el trabajo iba a estar garantizado.*
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