Julen Guerrero: «No hay tantos vizcaínos que se hayan querido ir del Athletic. Dan identidad y compromiso»

En nuestro número cinco el `Rey León' fue portada con motivo de la despedida del viejo San Mamés y con su figura como símbolo de una etapa dorada. Pocos dudan que tarde o temprano volverá al Athletic de una u otra forma.

Texto Óscar Abou-Kassem y Diego Barcala | Fotografía Fabio Cundines.- En sus recuerdos del Athletic Club reitera la palabra entrega tanto para describir lo bueno como para los malos recuerdos. El agrio final de su brillante carrera todavía sangra. La impotencia de la estrella que se ve de la noche a la mañana, sin explicación deportiva plausible, desterrado al banquillo y la grada fue un palo del que todavía le cuesta reponerse. Pero el antídoto es fácil, le basta el recuerdo del rugido de San Mamés con su presencia. El último grito de aliento lo recibió en el partido de despedida del pasado junio donde jugó sus últimos cinco minutos de rojiblanco con la camiseta con la que posa para protagonizar el número cinco de Líbero. Incapaz de hablar mal de su club, al que entró con 8 años y salió con 32, en su visión conjunta se vislumbran arañazos por curar. El amor rojiblanco que tiene en su ADN le dará una oportunidad, en el banquillo o en el palco, para resarcirse de ese amargo final y volver algún día a su ciudad.

¿Qué significa ser capitán del Athletic?
Responsabilidad. Fui desde los 21 años hasta que me retiré. El capitán entonces era Andrinua y el entrenador Stepanovic. Me entregué. El Athletic vive mucho de saber transmitir a los niños el querer al club. Y estaba totalmente entregado a esa labor. Para las peñas, los colegios, charlas…

Era un referente en Bilbao mucho más allá de lo deportivo. ¿Cómo vivió esos años? ¿Se dice que incluso tuvo que ocultar su boda?
¿Cómo es posible que no fuera a Sorpresa Sorpresa? Me lo pidieron y dije que iría a ver a la chica de la sorpresa, pero lo haría sin cámaras. Asumí que mi papel era así. Yo estaba 24 horas pensando en el fútbol. Entrenar, comer, siesta. En Bilbao iba donde iba. No oculté la boda lo que pasa es que fue muy íntima, con mis padres, mis suegros, hermanos y los curas. Once o doce personas. Yo hacía vida para que no me agobiaran aunque lo llevaba con naturalidad. Ahora hay jugadores en los que se invierte y se aprovechan mediáticamente. En mi caso no sucedió. Yo vendía mucho, me llamaban para muchos temas comerciales y el club nunca quiso hacer nada conmigo. Mucha gente me llamaba y me decía que iba a la tienda y no había camisetas con mi nombre. No entendía que se
perdiera ese dinero.

Tenía incluso una marca propia de Reebok Julen Guerrero.
Fui el primer jugador que tuvo página web. No sé cómo era el tema de las marcas pero en ese momento hubo un boom y se hicieron cosas.

«AHORA LA SELECCIÓN CONSIGUE COSAS PERO HAY UNA LABOR OSCURA DE LAS GENERACIONES ANTERIORES QUE HAY QUE RECONOCER».

Sus años buenos eran también duros en la política. ¿Cómo vivió la
actividad de ETA?
Lo viví igual que el resto. Por parte de los jugadores quedó claro que nos dedicábamos a jugar y punto. Y que precisamente lo bueno de San Mamés era que venía todo tipo de gente. Independientemente de la ideología había una unión y eso es la fuerza de este estadio. No sé dónde estaba el día del comunicado de paz. Creo que es algo que se venía barruntando de tiempo. Se veía que iba a llegar.


Hay quien le ve en el palco de presidente.
Supongo que como no tengo identificación con nadie y a la gente de Bilbao le haría ilusión ver a alguien querido de presidente del club.

¿Cómo fue el día de su despedida del club?
Lo pasé muy mal. Momentos antes me preguntaron si quería decir algo y veía que no podía decir nada. Fue muy repentino, lo decidí de un día para otro sin más. La verdad es que pasé unos años duros porque no jugaba. No es que no jugara, es que entrenaba bien, pasaban cosas y sabía que no iba a jugar. Incluso volvía a casa después de entrenar pasándolo mal después de darlo todo por el club, no sólo a jugar, he
estado a su disposición. He ido a hospitales, a colegios… lo que quisieran, 24 horas disponible, para fotos… lo que sea desde que empecé. Fue duro. El ambiente no era agradable porque sabía que no iba a jugar. Igual algún entrenador me iba a poner o no, pero yo sabía que no me iban a poner. La sensación era que lo mejor era dejarlo.

«TENÍA OFERTAS TODOS LOS AÑOS. A MI PADRE LE INTENTARON COMPRAR. LLEVABA DESDE LOS OCHO AÑOS EN EL CLUB. NO ME ARREPIENTO DE HABERME QUEDADO».

¿Se mordió la lengua ese día?
No solo durante ese día, durante mucho tiempo, pero bueno creo que el club está por encima de todos y la afición me trata genial y prefería dejarlo así.



El club tampoco le hizo un partido homenaje.
Mi despedida fue aquel primer partido en el que hice el saque de honor, para que me bailaran el aurresku y nada más. En Inglaterra, dónde íbamos muchos veranos de pretemporada, al que cumplía 10 años le hacían homenaje aunque luego
se fuera o no se retirara. Hay otra cultura. Cada vez es más complicado estar 10 años en un club.

Su suplencia fue muy extraña porque pasó de ser el jugador franquicia a que le utilizaran como revulsivo sólo saliendo a calentar.

A veces me sacaban a calentar y luego no jugaba.

Dicen que tuvo un bajón físico, pero no trataron de adaptarte a una posición menos explosiva.
Lo del bajón físico es incierto. Si tienes un jugador con unas características muy buenas lo que intentas es recuperarlo. Lo tengo claro. Si a Messi ahora le pega un bajón no creo que el Barça le deje tirado, le espera un mes, dos o el año siguiente. En mi caso daba igual no iba a jugar y ya está.

¿Entiende que resultara difícil de comprender desde fuera de Bilbao que rechazara irse?
Lo veo tan difícil de entender desde fuera como entendible desde los que hemos nacido allí. Para mí era normal quedarse. Pero entiendo la extrañeza porque es difícil ponerse en la piel del que renuncia a dinero, prestigio, títulos… muchas cosas.

Otros como Alkorta, Karanka o Eskurza sí se fueron ¿Estaba más presionado?
Algunos decidieron irse, otros lo necesitaban. Cada uno...

¿Debería entender el club que para muchos jóvenes de hoy, el Athletic no es lo máximo?
Es cierto que el mundo se ha abierto mucho. Para nosotros antes ir a Santander era un mundo y ahora estás al lado de Londres. Lo que es cierto es que no sé si hay vizcaínos,
vizcaínos (repite con énfasis el adjetivo) que se hayan querido ir. No hay tantos. Los que se han ido este año no lo son por ejemplo. Puede pasar, pero de momento, los vizcaínos
nacemos con la camiseta del Athletic, el que viene de fuera igual le gusta, pero ha venido porque le conviene o cualquier cosa. En Vizcaya naces con la camiseta del Athletic seguro, sin duda.

*entrevista publicada en nuestro número cinco (verano 2013)