*Texto Rodrigo Marciel Fotografía Lino Escuris.- Su terreno de juego ahora es un plató. Su fin de curso hace tiempo que no es una promoción en el Carranza sino un “estamos fuera” de un regidor. Sin embargo, Kiko (Jerez de la Frontera, 1972) no ha perdido el carácter que le hizo eterno en el Vicente Calderón. Es y será uno de los jugadores que mejor recuerdo ha dejado a orillas del Manzanares. No es un nostálgico ni necesita guardar objetos de la que fue su casa. Asegura que el Wanda Metropolitano sorprenderá para bien a la gente y que la evolución es necesaria para el club. Jesús Gil apostó por él en los 90 y poco después ya era el auténtico ídolo de la afición rojiblanca.
¿Tenía un rincón Jesús Gil en el Calderón y tú no? ¿Por qué?
Porque era el dueño (risas)… A lo mucho que llegamos fue al busto de Milinko Pantic que ya nos dábamos por satisfechos. Gil era el dueño y yo sólo un soldado…
Llegaste a hacer seguramente la celebración más famosa que se ha hecho nunca en el Calderón con el gesto del arquero … ¿Cómo fue aquella celebración? ¿Por qué la hiciste?
La cosa es que le pusieron el nombre del arquero a aquello y ya después explicamos todo. Era para poder tener la posibilidad de pararte cuatro o cinco segundos para poder ver lo que significaba realmente el gol. Y así no quedarte de otra forma parado delante de la gente y que te digan “Este es tonto del culo, a quién está mirando…. (risas) a quien está buscando…” Entonces al caerme después de aquel gol me salió ese gesto como me podía haber salido otro. Pero en definitiva mi intención era quedarme mirando unos segundos a la grada y ver lo que le suponía a la gente vivir un gol tuyo.
Supongo que del Calderón guardarás un recuerdo de algún rincón que te de pena perder… Algún lugar al que te de mucha lástima no poder volver…La pena más grande del Calderón es no haberme hecho una foto con mis dos hijas, esa es la pena más grande que tengo, lo que más anhelo. He ido muchas veces a casa de compañeros, de futbolistas también en activo y tengo una envidia que me corroe. Después echaré de menos el vestuario, sin ningún tipo de duda, y el despacho de Carlos Peña, el delegado. Ahí es donde íbamos con el ‘jorobaíto’ a meterle caña. Cuando me retiré echaba muchísimo de menos esos 25 tíos en el vestuario, con todo el cachondeo que teníamos.
¿Por qué no te hiciste esa foto en el césped del Calderón con tus hijas
Porque cuando yo estaba en activo una de mis hijas tenía meses, cuando yo tenía muchos problemas y tenía que salir. Y la otra aún no había nacido cuando yo estaba en activo, imagínate haber hecho esa foto yo en activo con las dos crías con el campo lleno… Esa es una foto que no pudo ser y hubiese estado en el salón ocupando todo, sin ninguna duda.
Viniendo del Carranza, llegabas a Madrid a uno de los estadios más exigentes de Europa. ¿Qué más te llamó la atención cuando aterrizaste en el Calderón?
El primer año fue muy difícil, los silbidos, los pitidos… Sonaban que se te metían dentro y te encoje y después cuando te salían bien las cosas… Lo que es el KikoGol también es un sonido que tienes grabado para la eternidad, los silbidos aunque fuesen siete parecía que era todo el campo.
Has jugado en multitud de estadios de leyenda, has disputado Mundial y Eurocopa con lo que has estado en casi todos los terrenos de juego más importantes ¿Qué estadio ha tenido un aroma especial como el Calderón? ¿Cuál te ha impresionado tanto o más?
El que me emocionó fue San Mamés, sin duda, siempre. Por la manera de entender el fútbol; una jugada, un caño y escuchar aplausos…. Ese grito ¡Athleeeeeetic! Por todo el campo… se respiraba un aroma diferente a todo lo demás. Es un campo que emocionaba mucho.
¿Te da rabia el nuevo nombre ‘Wanda Metropolitano?
“Yo creo que es la evolución y que han tenido hasta tacto, respetando lo que es el pasado y la historia y después ser consciente de que si quieres seguir creciendo hay que dar un paso adelante, te tienes que modernizar. Yo lo que es el Calderón, el nombre, el estadio, los sentimientos, yo cuando hablo del Atlético los tengo interiorizados, no me hace falta ir a un sitio ni a otro ni escuchar un nombre. Eso lo tienes dentro y lo vas viviendo cuando está jugando el equipo”.
En Líbero hemos realizado una campaña para donar los órganos del Calderón. Porterías, banquillos, césped, que todo vaya destinado a equipos modestos para que sea aprovechado ¿Cómo ves esta iniciativa
Es algo que debería hacer todos los equipos porque en definitiva el fútbol lo que mueve lo mueve todo gracias a los aficionados. Aunque a día de hoy la mayoría de clubes sean Sociedades Anónimas, el gran motor es el aficionado. Si estas con los 50.000 el equipo no va a crecer, no va a ganar, no va a generar. Entonces, que mejor que puedan disfrutar de ese tipo de porterías, de asientos, de banquillos….
Te retiraste ya hace tiempo… ¿Ha cambiado tanto el campo de ahora?
Por fuera y también por dentro…. Lo que es la entrada con las fotos en grande, ese pasillo de salida al campo que nosotros teníamos de ladrillo visto, la parte de gimnasio…. La verdad es que ha evolucionado y cambiado casi todo… Es otro estadio comparado al que yo jugaba.
"Hay detalles como estar en el larguero subido con Toni Muñoz cuando ganamos el doblete, se me habían caído las lágrimas días atrás y después estar ahí y decir “qué liberación, he conseguido el título de Liga para esta gente, están detrás de nosotros”
¿Qué detalles te ha dejado el Calderón que nunca olvidarás?
Pues quizá creo que son más miedos personales que cosas que marquen. Como por ejemplo cuando empezaba, que creía que el campo se me hacía grande y después la satisfacción de cumplir muchos de tus sueños. Sentirte capitán y líder de un equipo. Quizás después del año, el partido del Oviedo que salí 20 minutos de la lesión de tobillo que me tuvo un año parado, esa es una ovación que se me queda marcada. Es de las cosas más importantes del aspecto futbolístico. Después hay detalles como estar en el larguero subido con Toni Muñoz cuando ganamos el doblete, se me habían caído las lágrimas días atrás y después estar ahí y decir “qué liberación, he conseguido el título de Liga para esta gente, están detrás de nosotros” Ya no puedo decir el día de mañana que lo único que le hice a esta gente es hacerla sufrir (risas)
¿No tienes algún objeto del Calderón en casa? ¿De verdad que no te has llevado nada?
No, qué va, lo curioso es que de donde me lo llevé fue de La Romareda de la final de copa, tengo la red de la portería como hacen en baloncesto, tengo la red en casa junto con las fotos.
¿No te has querido llevar nada del Calderón antes de que pase a mejor vida?
Yo es que realmente el recuerdo lo tengo en el día a día… Es lo más importante. No soy fetichista. Nunca lo he sido tampoco he sido de quedarme muchas camisetas excepto si me la pedían. Mi madre me pedía de Guardiola pero creo que ahora estoy pidiendo muchas más cosas de retirado para amistades e hijas que cuando yo jugaba. Igual el zapato de Vizcaíno que me metía con él (risas). Es verdad que hay rincones donde amigos míos se hacen fotos como cuando vas al palco y hay una foto grande mía. Entre comillas ese es mi rincón.
¿Qué estadios te han llamado mucho la atención durante tu carrera?
Me impactó Maracaná, jugué en el antiguo… y también el pequeño Maracaná en Belgrado con la selección, un ambiente increíble. Lo de Belgrado fue uno de los ambientes que más me impresionaron jugando, como también Old Trafford o la Bombonera. Aunque nada comparado con un derbi, para que te voy a engañar.
¿No te parecen los estadios de ahora todos iguales?
No, no tengo yo esa percepción. He estado en el Allianz, en el Nuevo San Mamés, en el Fly Emirates. Los veo diferentes y eso también se verá con el Metropolitano con el Atlético, ya verás… tiene algo de diferente por ejemplo al Allianz, es distinto también.