Igor Paskual
Ilustración Álvaro Valiño
¿Se puede decir que cada país tiene un sonido particular? La música francesa es liviana y poco dada a la exageración. La inglesa, desde el Renacimiento, mantiene unas características armónicas distintas a las del continente. Alemania es Alemania, con su aire marcial. Italia es exceso, pasión y drama, combina cierto drama napolitano con el gusto coral a lo Verdi. De hecho, cuando el rock and roll llega a Italia, Adriano Celentano combina el nuevo ritmo trepidante con ese aire napolitano que caracteriza a canciones como 'Impazzivo per te' o '24 mila baci'. Casi al mismo tiempo, Elvis convertía el “O sole mio” popularizado por Caruso en 'It’s now or never'. Hay una manera de tocar italiana, de la misma manera que hay una forma de jugar italiana. En la calle son caóticos, anárquicos y con tendencia a la molicie, pero sobre el césped, son lo contrario: esforzados, concentrados y disciplinados.
Hay una manera de tocar italiana, de la misma manera que hay una forma de jugar italiana. En la calle son caóticos, anárquicos y con tendencia a la molicie, pero sobre el césped, son lo contrario: esforzados, concentrados y disciplinados.
La música cobra una especial importancia en los estadios italianos. Esto es debido a que algunos de los equipos más importantes comparten o han compartido campo durante años: Génova- Sampdoria, Inter-Milan, Juve-Torino. La mayoría de estos recintos se concibieron en la época de Mussolini y son 'comunale', es decir, pertenecen al municipio y no a los equipos. Eso hace que los hinchas se diferencien por la zona que ocupan en las gradas y que le otorguen máxima importancia a sus canciones. Los romanos, por ejemplo, tienen cuatro himnos diferentes que se interpretan en distintos momentos y que reflejan su teatral modo de vivir. El himno más popular es 'La Roma non si discute, si ama' y se canta cuando los equipos entran al campo. Emplea los mismos acordes que 'A Whiter Shade of Pale', de Procol Harum, una secuencia armónica tan propia del barroco como el espíritu de la ciudad del Tíber.
Los romanos, por ejemplo, tienen cuatro himnos diferentes que se interpretan en distintos momentos y que reflejan su teatral modo de vivir.
Lo más impactante de este himno está en su última parte, cuando vuelve a decir “Roma, Roma, Roma” que, por el efecto emocional que genera, pensaríamos que sube de tono, pero en realidad ¡baja tono y medio! lo mismo que hace Alejandro Sanz a lo largo de su canción 'Y, ¿si fuera ella?'. Por cierto, un éxito de su amigo Miguel Bosé, 'Bravi ragazzi', sirvió a los 'tifosi' para recibir a los héroes de la selección italiana después del Mundial 82. El himno de la Roma no se discute, se ama. •
‘La Roma non si discute, si ama’,
Antonello Venditti (1974)
Roma Roma Roma
Core de 'sta città
Unico grande amore
De tanta e tanta ggente
Che fai sospirà
Roma Roma Roma
Lassace cantà
Da 'sta voce nasce un
coro
So' centomila voci
C'hai fatto 'nnamorà
Roma Roma bella
T'ho dipinta io
Gialla come er sole
Rossa come er core mio
Roma Roma mia
Nun te fà 'ncantà
Tu sei nata grande
E grande hai da restà
(castellano)
Roma Roma Roma
Corazón de esta ciudad
Único gran amor
De tanta y tanta gente
Que estas haciendo
Roma Roma Roma
Lassace canta
De esta voz nace un
coro
De cien mil voces
Lo hiciste enamorar
Roma Roma hermosa
Te pinté
Amarillo como el sol
Rojo como mi corazón
Roma Roma mía
No te dejes engañar
Naciste grande
Y grande, tienes
que quedarte*
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