Ryan Giggs, el té a las cinco

Fue un extremo total en los 90 y centrocampista impecable ya en el siglo XXI. El Athletic Club le premió con el galardón 'One club man', fruto de su fidelidad al Manchester United y que resume su compromiso con los colores.

Rodrigo Marciel.- Cumplió 40 jugando, repasaron el día que debutó, el político que lideraba Reino Unido en aquel momento, los años de Ferguson, el atrevimiento de su elección y las comparaciones con los más grandes. Supimos que eligió a Gales por encima de Inglaterra (¡Oh cielos, qué dirá la Reina!), que ha jugado más que nadie, que ha marcado siempre en Premier y que su última experiencia ha sido la de seleccionador de Gales. Más de dos décadas en la élite sabiendo reconvertirse,  asumir un rol secundario y modesto cuando ya era leyenda. Por encima de más jóvenes de su generación como Beckham, Scholes (esto lo podemos discutir), Butt y los hermanos Neville y por encima de un mundo que suele despreciar lo añejo en muchas ocasiones.

 

 ”La gente puede cuestionar su edad pero jamás lo hace cuando le ve jugar”, dijo David Moyes, cuando asumió el cargo del United. “Es el único jugador en activo con el que jugué en mi carrera”, señaló el gran Gary Lineker en twitter en las últimas temporadas de Giggs en el campo. También podría haber dicho: "El fútbol es un deporte en el que juegan 22 y siempre está Giggs". Dennis Irwin, compañero durante muchos años en la banda izquierda del Manchester United, dejó una de las frases para el recuerdo que define al mito: “Yo era un diestro en el lateral izquierdo y él era mi zurda” o “hacía el trabajo sucio al mismo nivel que el trabajo en ataque”. Pocas palabras explican mejor lo que significó y significa algo que se tardará mucho tiempo en volver a ver. Siempre hay tiempo de ver en muchos portales, webs y demás medios su debut, su gol más reconocido en aquella semifinal de 1999 ante el Arsenal o sus quiebros más geniales. La cal como amiga y el balón como fiel compañía. Un 2 de marzo de 1991 debutaba, si Obelix se bebió la pócima de la fuerza, él lo hizo de la eternidad.

“Yo era un diestro en el lateral izquierdo y él era mi zurda” o “Hacía el trabajo sucio al mismo nivel que el trabajo en ataque”, dijo Dennis Irwin, ex compañero de Giggs en el Manchester United.

Para muchos el mejor gol, el que explica qué es Giggs y el más importante fue en 1999 en la semifinal de la FA Cup ante el Arsenal. Resistencia, velocidad, saber estar y clase. Aquel United derrotó al otro equipo de moda y acabó ganando el triplete en la mejor temporada de la historia de los red devils. Giggs es al fútbol lo que el té a la cinco para los ingleses, el maté para los argentinos, la pasta para los italianos, el elixir o alimento cargado de tradición que nutre al que representa, que lo sustenta. El último romántico del deporte rey.