Texto Damián Didonato para revistaUNCAÑO.- El 10 de septiembre de 1985, Alex Ferguson era un prometedor entrenador de 43 años de edad y aún estaba lejos del título de Sir. Aquel día, su vida y su carrera dieron un vuelco definitivo. Una desgracia le abrió las puertas de un nuevo mundo, en el que dejó de ser un mero acompañante y se convirtió en jefe. Sin embargo, nadie lo pensó de esa manera cuando Jock Stein falleció de un ataque cardíaco en pleno campo de juego durante el partido de Eliminatorias entre Escocia y Gales disputado en el Ninian Park de Cardiff. La trágica muerte de su mentor puso en el primer plano a Fergie, quien después se quedó allí para siempre.
Pero el múltiple campeón con Manchester United no es el protagonista de esta historia. El hombre a recordar es Jock Stein. Su Selección escocesa necesitaba al menos un punto frente a Gales para acceder a la repesca contra Australia, que otorgaba un lugar en la Copa del Mundo de México 1986. En la previa del partido todos lo veían muy nervioso, pero como era algo habitual, nadie le dio una trascendencia especial a su angustia. Sin embargo, la tensión creció cuando Mark Hughes marcó un gol para el local a los trece minutos del primer tiempo. Así, Escocia estaba afuera del Mundial.
Antes del final de la primera etapa, el legendario arquero Jim Leighton perdió un lente de contacto y Stein tuvo que hacer ingresar al suplente, Alan Rough. Sí, una situación inesperada que sólo sirvió para darle más dramatismo al juego. A los diez del complemento, Stein decidió incluir a Davie Cooper en lugar de Gordon Strachan. Necesitaba un poco de velocidad y atrevimiento, algo que Cooper podía darle. El cambio le salió muy bien, porque a nueve minutos del final, el wing de Rangers anotó de penal el gol del empate. Alegría total en el banco visitante excepto para Jock, que ya se sentía muy mal. No moverse del banco, quedarse sentado y hablar poco fueron las actitudes que encendieron las alarmas de todos los presentes. Antes del pitazo final, fue trasladado al vestuario, donde murió.
“No derramé ni una lágrima hasta que regresé a Aberdeen. En el camino desde Glasgow, paré en un área de descanso y directamente me derrumbé… Para gente como yo, Jock fue el precursor de todos los logros y retos a los que teníamos que aspirar. El nunca se quedaba con los elogios. Siempre se trataba de los jugadores y del equipo. Esa generosidad lo dice todo de él. Para cualquier persona que busque mejorar su formación futbolística, Jock Stein era una universidad por sí solo”, dijo alguna vez su mejor alumno. Stein es uno de los mejores técnicos británicos de la historia.
El nunca se quedaba con los elogios. Siempre se trataba de los jugadores y del equipo. Esa generosidad lo dice todo de él. Para cualquier persona que busque mejorar su formación futbolística
Tenía 62 años y una carrera repleta de éxitos. Llegó al fútbol para escaparle a las minas de Lanarkshire, destino fijo para la mayoría de los hombres de Burbank durante la posguerra. Jugó en Albion Rovers, Llanelli Town y Celtic, donde es uno de los máximos ídolos históricos. Era un apenas correcto mediocampista central que debió retirarse a los treinta años por sucesivas lesiones en los tobillos. Debutó como entrenador en la reserva de Celtic, donde formó un gran equipo que venció a Rangers por goleada en una final de Copa. Sin embargo, su religión atentaba contra la posibilidad de crecer en el club de toda su vida y decidió ir a Dunfermline. Es que nunca antes un protestante había dirigido el primer equipo de la institución católica más grande de Escocia.
Dunfermline sumaba dos puntos y llevaba cuatro meses sin ganar pero Stein hizo una revolución apenas llegó y ganó sus primeros seis partidos. Convirtió un equipo menor en uno de los mejores del país y ganó una Copa escocesa. Cuatro años después pasó a Hibernian y en 1965 volvió a su lugar en el mundo. Celtic entendió que podía romper al menos un poco la tradición y contrató por primera vez a un DT protestante. La jugada le salió bien, porque Stein se convirtió en el manager más exitoso de la historia del club.
Ganó todos los títulos locales existentes, pero lo que le dio la gloria eterna fue la Copa de Europa 1966/67, que aún hoy es el único título de Escocia en el torneo más importante del continente. En la final superó al Inter de Helenio Herrera, que venía de ganar dos de las últimas tres Copas. En total, estuvo 14 años en el conjunto de Glasgow. Cuando se fue, lanzó una frase para la historia: “A diferencia de muchos otros, no puedo decir que Celtic es mi primer amor… pero sí puedo decir que es el último”.
Alex Ferguson lo tiene como su maestro: “Para gente como yo, Jock fue el precursor de todos los logros y retos a los que teníamos que aspirar”.
En agosto de 1978 fue contratado por Leeds United. Nunca había demostrado gran interés en dirigir en Inglaterra, pero revivir a un gigante dormido parecía un desafío interesante. Como un capricho del destino, Stein sólo permaneció 44 días en Elland Road, exactamente lo mismo que el enorme Brian Clough. La diferencia fue que a Clough lo echaron y Jock renunció para dirigir a la Selección escocesa que venía de una buena actuación en el Mundial de Argentina 78. Allí se quedó hasta su muerte.
Es fácil encontrar frases elogiosas sobre Stein. Casi todas hablan de su pasión por el fútbol, de su inteligencia táctica, de su liderazgo y de su capacidad para compartir sus conocimientos. Además, la muerte siempre humaniza y más todavía una tan poética como la suya. Sin embargo, Jock no era amado por todos. En su autobiografía, el ex delantero John Hughes lo describió como “inhumano, intimidante y corrupto”. Lo ejemplifica con una anécdota: “En 1966 mi mujer estaba embarazada. Nosotros estábamos de pretemporada en América y yo la llamaba por teléfono cada cinco o seis días. Un día, me encuentro con un periodista que me dice: Lo siento mucho. Yo no sabía de qué hablaba. Entonces, me confirma que mi esposa había perdido el bebé. Stein lo sabía y me lo había ocultado”. De todos modos, son más las voces que lo elogian que las que lo critican, aunque no está de más aclarar que en este mundo no hay mártires ni santos.
Es fácil encontrar frases elogiosas sobre Stein. Casi todas hablan de su pasión por el fútbol, de su inteligencia táctica, de su liderazgo y de su capacidad para compartir sus conocimientos. Además, la muerte siempre humaniza y más todavía una tan poética como la suya.
“El secreto para ser un buen director técnico es mantener a los seis jugadores que te odian lejos de los cinco que todavía no se decidieron”. Sir Alex Ferguson siguió cada uno de sus consejos y se convirtió en el entrenador con mayor cantidad de títulos de la historia del fútbol inglés. Es decir que mucho tuvo que ver este escocés protestante en el mejor Manchester United de todos los tiempos. Después del triunfo en la Copa de Europa, Bill Shankly le dijo a Jock Stein: “Ahora sos inmortal”. Bill tenía razón, pero lo que no sabía era que su trágica y poética partida haría todavía más grande su figura.