La Roma del Rey Francesco

Recorrido por los enclaves de la ‘città’ eterna que marcaron la infancia, los inicios y el posterior impacto de un hombre convertido en leyenda. Una soleada tarde de mayo de 2017, se enfundó por última vez la zamarra de su único gran amor.

Texto Javi Torres | Fotografía Sara Carmona.- El primer rey y fundador de Roma fue Rómulo quien, junto a su gemelo Remo, protagoniza la icónica estampa en la que ambos son amamantados por la loba capitolina, Luperca. En el año 509 a.c. la expulsión de Tarquinio el Soberbio debido a su talante tiránico da paso a la proclamación de Roma como República. Entre Rómulo y Tarquinio, otros cinco reyes. Para el nacimiento del último, el octavo, Roma tendría que esperar 2.485 años, hasta que un 27 de septiembre de 1976 naciese en el número 18 de la Vía Vetulonia, en el corazón del barrio de San Giovanni, Francesco Totti, o como le siguen llamando los que le vieron crecer: Francè.

EL BARRIO
Pocos metros después de cruzar Porta Metronia, la muralla aureliana que hace las veces de acceso al barrio de Totti, a la izquierda y pintado sobre la puerta metálica que separa las obras de la línea C del metro, una imagen pintada del Capitano con mascarilla antipolución reclama aire puro. Nos encontramos con una zona residencial, tranquila y de clase media en el corazón de Roma. Muy cerca, las Termas de Caracalla. Largo Pannonia, Via Numidia, Viale Metronio, Via Populonia y de frente, una calle perpendicular, estrecha: Via Vetulonia, en cuyo número 18 nació y creció Francè. Primer piso. Las plantas que adornan el balcón sugieren que la vivienda sigue habitada. Hablamos con Gianni, dueño de un taller mecánico colindante, quien nos confirma que sigue siendo propiedad de Totti. Ahora viven ahí sus empleados de hogar. Justo enfrente se encuentra la scuola Alessandro Manzoni, de la que fue alumno ‘il gladiatore’. Entre risas, el conserje de la misma, su tocayo Francesco, nos cuenta que la leyenda dice que Totti llegaba tarde a clase pese a vivir a exactamente a 20 metros del colegio. Quizás nos lo cuenta porque es un declarado tifoso de la Lazio. Nos resignamos ante la negativa de la directora a darnos permiso para fotografiar el patio en el que, sorpresa, no hay porterías, solo canastas. Seguramente por ello el pequeño Totti, a los 7 años, se enrolaría en las filas del Fortitudo Luditor, un modesto club formador cuya sede y terreno de juego, por no perder la costumbre de tenerlo todo a mano, se encuentran pegados a las instalaciones del colegio.

LOS INICIOS
Cuando entramos en las instalaciones del Fortitudo Calcio Roma, como se denomina ahora el primer equipo de Francè, nos encontramos con tres terrenos de juego de dimensiones reducidas y hierba artificial. Desde hace unos años el Fortitudo es una escuela de fútbol afiliada a la Roma. Cuando Totti llegó, allá por 1983, el campo era de tierra y los habitantes de los edificios que lo rodean se convirtieron sin saberlo en los primeros espectadores de un auténtico fenómeno. Aquel niño rubio, el hijo de Enzo y Fiorella, sobresalía entre el resto de bambini de San Giovanni. Muy amable, Ioan, el chico para todo del Fortitudo, nos invita a recorrer y fotografiar el recinto, en el que es fácil imaginar a Totti impresionando a propios y extraños. Tanto así sería que en octubre de 1985 el dirigente del SMIT Trastevere Santino Fortino, tras oír maravillas del niño de Porta Metronia, se lo llevó a su club, histórico en la capital italiana.

» BARRIO La casa y la escuela de Totti. Edificios normales
convertidos en santuarios.

La Associazione Sportiva Dilettantistica Trastevere Calcio, que también cambió de nombre, cuenta ahora con una moderna tienda a pocos pasos de la iglesia de Santa María in Trastevere, quizás la atracción turística más popular del barrio, uno de los más alternativos y auténticos de Roma. Un equipo refundado en 2012 tras dos lustros de inactividad que en estos momentos compite en Serie D y es dueño de un establecimiento comercial digno de cualquier club de primer nivel. El secreto de su éxito mercantil se explica mediante dos claves: el propio barrio, y, por supuesto, Francesco Totti. Presidiendo la pared derecha de la tienda, una réplica en tamaño grande de la primera ficha de Totti con el SMIT Trastevere, número 097264 y firmada con la letra propia de un niño de 9 años que años después se convertiría en Re di Roma. Debajo, un brazalete de capitán firmado (marca Kappa, la que vestían cuando ganaron la liga en 2001), con el dibujo de un gladiador.

BARRIOS COMO TESTACCIO, TRASTEVERE O
APPIO LATINO SON GALERÍAS CALLEJERAS
EN LAS QUE SE HA PLASMADO EL IMPACTO
SOCIAL DE LA FIGURA DE TOTTI.

Después de dos temporadas, el pequeño Francesco pasaría a formar parte de las filas del Lodigiani Calcio, y en 1989, incidente diplomático con la Lazio mediante, que también ansiaba fichar a la joven perla, arribaría a la Roma para jamás marcharse. Unos meses antes, dirigentes del A.C. Milan se presentaron en Via Vetulonia 18 para recibir la negativa de mamma Fiorella. En casa de los Totti eran romanistas, una devoción heredada del padre Enzo y del abuelo Gianluca al que Francè no llegó a conocer. Desde entonces, el debut con el primer equipo de la mano de Vujadin Boskov a los 16 años ante el Brescia un 28 de marzo de 1993, el scudetto de 2001, el famoso cucchiaio a Van der Sar para pasar a la final de la Eurocopa de Bélgica y Países Bajos, el Mundial 2006 y cerca de 800 partidos. El one club man por excelencia.

EL IMPACTO
La trascendencia de Francesco Totti en Roma se respira con solo pasear por sus calles durante una tarde. Pero hay un lugar, un templo tottista, de visita obligada para todo aquel que desee recorrer los puntos neurálgicos que ejemplifican la pasión que siente la ciudad por er pupone (bebé que se chupa el dedo, como Totti al celebrar los goles). El Ristorante Core de Roma se encuentra en la esquina de Via Vetulonia con Via Populonia, a una manzana del piso en el que creció Francè. En la pared exterior del mismo, una pequeña placa anuncia que tal cruce de calles se llama de manera extraoficial ‘Piazza Francesco Totti, Re di Roma’. Giulio Lucarelli, patrón del restaurante, nos cuenta que su objetivo es que Google Maps reconozca el enclave por el nombre con el que lo ha rebautizado. Opina que Totti “es una referencia para todo romanista. Ha convertido el barrio en algo mágico, que permanecerá en la historia para siempre.

 

» ORÍGENES
Su primera ficha

Creo que Francesco es la romanidad en su totalidad, es el auténtico romano que ha tenido la suerte, y nos la ha dado a nosotros, de poder promover al aficionado romanista en todo el mundo. Para nosotros nunca dejará de jugar. Aunque se haya retirado, él está siem pre en el campo. Francesco es todo. Francesco es Roma. Hemos tenido la suerte de poder ver a un jugador como él, querido por toda Roma, hasta por los aficionados de la Lazio. Todo el mundo le respeta. Francesco nunca se ha olvidado de nadie, y la humildad ha sido la base de su trayectoria”. Sorprendentemente Giulio también afirma que “habría sido feliz, por él, aunque no como romanista, si Totti se hubiera marchado al Real Madrid. Ahí podría haber conseguido más títulos. Renunciar al Real Madrid es como para un niño renunciar a la Nutella. Y Francesco renunció a la Nutella para ser feliz como capitán de una historia.

Es mucho más que el Rey de Roma. Es el Emperador”. Cuando accedes al Core de Roma sabes que acabas de poner pie en un santuario de la Roma y de Totti con solo echar un vistazo a sus paredes. Un auténtico museo en el que el protagonista principal es el 10, flanqueado por otro ídolo giallorossi como Daniele De Rossi. El plato estrella del restaurante es la Pizza Fiorella, nombrada en homenaje a la madre de la criatura y cuyos ingredientes son tres: mozzarella, calabacines y boquerones. Birrería La Vecchia Roma, en una de las arterias del barrio Monti, la alternativa algo menos turística, algo más underground de Trastevere.

Un auténtico pecado no probar sus bucatini alla gricia. En este local acogedor, desordenado con encanto y quizás demasiado iluminado, Totti también está presente. Patrizio Ferri capitanea una nave en la que siempre hay calcio en la televisión que preside la esquina izquierda de otra fortaleza gastronómica romanista. Hay muchas, pero Patrizio nos cuenta que en La Vecchia Roma, fundada por su padre Fabio, vio cómo el Liverpool les arrebató la oportunidad de ser campeones de Europa en casa, en el Olímpico. Fue tras una tanda de penaltis sentenciada por Allan Kennedy tras los fallos de Bruno Conti y Francesco Graziani. El capitán de la Roma era el guardameta Francesco Tancredi. El ídolo, Agostino Di Bartolomei, quien, diez años exactos después de ese fatídico 30 de mayo de 1984, se quitaría la vida. “Los romanistas sentimos mucho la manera en la que nos dejó Agostino. Por aquel entonces Totti solo llevaba un año en el primer equipo. Necesitábamos un nuevo líder y Francesco nos dio esperanza”.

STREET ART
Desde hace no pocos años, las calles de Roma sirven de lienzo para diversos artistas urbanos. Totti es, evidentemente, una de las figuras más representadas en murales que van y vienen. Algunos sobreviven por su difícil acceso y tamaño, como el que encontramos en la fachada del colegio Pascoli, en Via Sibari. Obra realizada por un artista llamado Lucamaleonte, quien pintó un primer plano de la cara del capitano mirando, probablemente, al arco imaginario de algún guardameta rival. Peor suerte está teniendo el mural pintado en Via Licia, cerca de San Giovanni. Arte en blanco y negro en el que se aprecia a Totti de espaldas bajo el lema “En defensa de un amor eterno”. Cuando llegamos al lugar en cuestión, el mural está absolutamente vandalizado.

Dos chavales del barrio nos explican que no hace mucho fue restaurado y que a los pocos días unos encapuchados, seguramente aficionados de la Lazio, volvieron a estropear la obra. Otras piezas, como las que podemos encontrar en Monti o en Piazza del Fico, muy cerca de la histórica Piazza Navona, han corrido la misma suerte. Demostración fehaciente de que no todos los romanos comparten la pasión por Francesco. Sea como sea, barrios como Garbatella, Testaccio, Trastevere o Appio Latino son o han sido galerías callejeras en las que se ha plasmado el impacto social de la figura de Totti en una ciudad en la que el 10 ya es icono.

» MAPA
Un recorrido por la Roma de Totti, la de sus
orígenes y los homenajes de la ciudad a su rey.

ROMA
Antes de cada partido en el Olímpico miles de cuerpos se estremecen con el canto a coro, a pulmón, de la canción ‘Roma (Non si discute, si ama)’, popularmente conocida como ‘Roma, Roma, Roma’, de Antonello Venditti. El primer verso de la misma reza: “Roma, Roma, Roma, core de 'sta città, único grande amore, de tanta e tanta gente, che fai sospirà”. Roma, único gran amor de los romanistas, quienes solo sienten esa misma pasión por una persona. Francesco Totti. Un amor recíproco plasmado en el último párrafo de la carta de despedida que escribió el ídolo a su afición: “Roma es mi familia, mis amigos, la gente que amo. Roma es el mar, las montañas, los monumentos. Roma, por supuesto, son los romanos. Roma es el amarillo y el rojo. Roma, para mí, es el mundo. Este club, esta ciudad, han sido mi vida. Siempre”. •