Lamberto Boranga (80 Años): «Dejaré el fútbol cuando muera»

Tiene 80 años y entrena entre los palos a diario. Fue portero de la Seria A en los 60 y solo pone una condición, que el terreno sea de hierba. “En categoría amateur tengo mucho que decir aún”, asegura este talento de la naturaleza que posee también varios récords de atletismo para mayores de 70.

Julio Ocampo.- Está a punto de cumplir 80 años, y su vida diaria está lejos del sofá, la tele, el dominó o los paseos tranquilos deteniéndose a curiosear las obras de su Perugia querida. Ejerce aún como médico, entrena a fútbol, hace yoga, hipnosis, algo de gimnasio y escribe poesías. No está para la Serie A como un tiempo atrás, pero sigue teniendo atisbos de los reflejos felinos que un día le llevaron a ser el suplente de Albertosi, portero de Italia y la Fiorentina. Es atleta, pero Lamberto sobre todo es un amasijo de músculos y un contenedor de autoestima. Se ve aún para jugar… De hecho, está buscando equipo.

Nació en Foligno, pero tiene genes de Belluno. La región del Veneto siempre se caracterizó por gente dura, trabajadora, determinada, hecha a sí misma. Mussolini se la trajo para bonificar las lagunas pontinas cerca de Roma. Allí se habla dialecto aún.
Es la raza Piave que la llaman. Mi padre era atleta. Ganó varios campeonatos italianos de 100 metros en los años 30. Mi hermano también era rápido. Yo vengo del atletismo, como ellos. El paso a ser portero fue breve, porque el meta es un verdadero atleta. Sí, es cierto que luego tiene que adquirir reflejos, potenciar el carácter, la posición, las salidas, el juego aéreo, la seguridad…

Comenzó en las categorías inferiores del Perugia, pero debutó en Serie A con la Fiorentina en 1966. Diez años antes la Fiore jugó la final de la Copa de Europa contra el Madrid. ¿Qué aprendió allí?
A los 18 años me decanté definitivamente por el fútbol. En Florencia, con Albertosi como portero titular, lo aprendí todo. El sacrificio, la responsabilidad, la calidad, los valores… Piensa que yo estudiaba y jugaba. Primero hice Biología y después Medicina. Ambas ya en Parma. Fui portero al 50%, porque los estudios eran importantes para mí. No lo comprendieron en todos los clubes ni ciudades salvo en Parma, ciudad moderna con una filosofía similar a los colegios americanos. También me saqué después varias especializaciones. Siempre intenté compaginarlo.

BORANGA» Busca equipo, solo pone una condición, jugar en césped natural

Volvamos a la Fiorentina. ¿Recuerda su debut?
Sí, claro. Era el minuto 22 de partido. Jugábamos en Bérgamo contra el Atalanta. Albertosi se lesionó y el entrenador me dijo algo así como “tú, perrazo, despierta que vas a salir”. Repito que Florencia fue mi trampolín, la clave de todo a nivel deportivo. Según las puntuaciones de la Gazzetta dello Sport yo estaba siempre entre los mejores porteros de la competición, pero nunca comprendieron bien que lo alternara con las aulas. Había una mentalidad arcaica.

Jugó en la Reggiana, Brescia, Cesena, Varese, Foligno, Parma como decía… Coincidió con colegas como Zoff y Cudicini, pero también con talentos como Rivera, Riva, Meroni o Mazzola. ¿Quién era el mejor?
George Best y después Bobby Charlton. En Supercopa jugamos contra el United en Florencia. Albertosi estaba lesionado del hombro. Me tocó a mí y perdimos 2-0 con goles suyos precisamente.

¿Trabaja esta tarde?
Sí, en el hospital. Además de ser el médico del Perugia, trabajo como cardiólogo en medicina interna.

Leí por ahí que colgó las botas a los 77 años con la Marottese.
Yo nunca he dejado el fútbol en activo. Nunca del todo. Hubo un año en Foligno en que hice de todo: tenía 44 años y me rompí las costillas. Estuve un año como entrenador-jugador y por las tardes iba al hospital.

«Me entreno, pero la clave es lo que como. Soy vegetariano al 70%. La última cerveza me la tomé hace 30 años. No fumo, no como nada que tenga gluten. Almuerzo arroz, huevos, yogur griego. Intento evitar la pizza y la pasta. Además, siempre consulté a nutricionistas. Soy un viejo que no envejece. Tomo integradores como melatonina y papaya fermentada por la mañana»

¿Ha pactado con el diablo?
No, pero lo mío es raro. Una excepción, sin más. Se aúnan un carácter fuerte -física y mentalmente- con una alimentación sana, que por cierto la cambié mil veces en mi vida. Me entreno, pero la clave es lo que como. Soy vegetariano al 70%. La última cerveza me la tomé hace 30 años. No fumo, no como nada que tenga gluten. Almuerzo arroz, huevos, yogur griego. Intento evitar la pizza y la pasta. Además, siempre consulté a nutricionistas. Soy un viejo que no envejece. Tomo integradores como melatonina y papaya fermentada por la mañana. Son muy necesarios.

Hace años usted denunció -en el diario Avvenire- la cocaína en el mundo del fútbol. ¿Cómo está la situación ahora desde su punto de vista?
La cocaína es una normalidad, pero no ya tanto en el fútbol sino cuando llega la retirada. Ahí aparece la nostalgia, luego la depresión en algunos casos… Sinceramente creo que el doping ya no existe en el deporte de alto nivel. Sí, quizás, en categorías menores. Hablo de Europa, porque en el fútbol americano sí que hay un uso desmesurado de anabolizantes.

CESENA» Boranga en su etapa en activo.

¿Qué está escribiendo ahora?
Sigo con las poesías. También escribí tres libros. El último: ‘e poi dicono che i portiere sono Pazzi’ (Y luego dicen que los porteros están locos)

¿Pero usted está retirado o no?
No. En categoría amateur tengo mucho que decir aún. Yo me entreno cada día bajo palos. La única condición es que el campo tiene que ser de césped y no de tierra. Si alguien me quiere, aquí estoy. Dejaré el fútbol cuando muera.

En atletismo, en la categoría senior, tiene varios récords: número uno de Italia en salto de altura, triple salto, récord en salto de longitud a nivel europeo. La última gesta: campeón del mundo en salto de altura para mayores de 70. ¿Algo más que añadir?
No. Trabajo todos los días. Nado, corro, hago pesas, todo tipo de gimnasia… Si paro un momento tengo miedo que todo termine, que llegue la pérfida nostalgia.

¿Ahí le ayuda practicar yoga?
Hago yoga tibetano para equilibrar mis energías. También me sometí a sesiones de hipnosis médica. Me las enseñó un psicólogo, y hoy día practico solo. Me aportan beneficios musculares y físicos. Eliminan el estrés y me relajan.

¿Es portero o atleta, además de médico?
El portero es el verdadero atleta. Yo necesito retos, mejorarme siempre. •