Rodrigo Marciel.- Ahora que la palabra confinamiento está de moda bien se puede usar para hablar del periodo de espera que sufrió el soccer en Estados Unidos allá por los años 80. Antes, en la década anterior, el fútbol no-americano del país experimentó un intento de impulso, de salida al exterior, que acabó en fiasco con los únicos brotes verdes del Cosmos de Pelé y poco más. Pocos son los que, fuera del país norteamericano, recuerdan mucho más de la aparición del deporte rey al otro lado del charco en esos años. Leyendas europeas en sus últimos días de carrera pasaron por allí para vivir un retiro dorado. El Cosmos, que encarnaba esa filosofía de plantilla y que era el club más poderoso, encontró a 800 millas de Nueva York su rival más más duro y que registró récords únicos para su ciudad.
Bajo el nombre de Sting (picadura en inglés) nació en Chicago una franquicia que pretendía responder a una demanda de soccer ante la fuerte inmigración europea que vivía la ciudad de Illinois en esa época. "Los Sting siempre serán recordados como uno de los mejores equipos del soccer estadounidense de los 70 y principios de los 80. Cautivaron a la nación durante esa época y especialmente a los migrantes de Chicago", destaca el periodista Clemente Lisi, autor del libro 'La historia de la selección nacional de Estados Unidos de 1930 a 2010" (Editorial Rowman & Littlefield).
"Los Sting siempre serán recordados como uno de los mejores equipos del soccer estadounidense de los 70 y principios de los 80. Cautivaron a la nación durante esa época y especialmente a los migrantes de Chicago", destaca el periodista Clemente Lisi.
Lisi destaca además que "los Sting ficharon a Janusz Kowalik, un jugador polaco que atrajo más si cabe la atención de la comunidad de su país en Chicago. Tal fue el impacto que en 1974 reunieron a más de 14.000 aficionados en un amistoso frente a selección de Polonia". Todo evolucionaba muy rápido, tanto que los datos de asistencia a un partido de los Sting no pararon de crecer. Es aquí cuando la comparación con los Bulls llama mucho la atención. El equipo de baloncesto estaba incluso por detrás el soccer en público en las gradas a finales de los 70 y principios de los 80.
En la temporada 1983-84, la última antes de la llegada de Jordan, los Bulls promediaron una media de 6.365 espectadores por encuentro. Los Sting aglutinaban esa campaña a 8.036 en el equipo 'outdoor' y a 11.974 de media en la versión 'indoor'.
En el recién estrenado documental 'The last dance' ('El último baile') , Netflix y ESPN producen un reportaje que relata la era de Michael Jordan desde sus inicios en los Chicago Bulls, un repaso a toda su trayectoria con todo tipo de testimonios. Varios dirigentes del club destacan, en medio de una sonrisa irónica que les delata, que los Bulls pre-Jordan reunían a tan poca gente antes de la llegada del mito que incluso el soccer era más popular. Varios datos* hablan por sí solos: En la temporada 1983-84, la última antes de la llegada de Jordan, los Bulls promediaron una media de 6.365 espectadores por encuentro. Los Sting aglutinaban esa campaña a 8.036 en el equipo 'outdoor' y a 11.974 de media en la versión 'indoor'. Cabe destacar que el 'outdoor' es el fútbol como lo conocemos y el 'indoor' sería el fútbol sala, del que también tuvo un equipo la franquicia de Chicago.
*datos oficiales proporcionados por el periodista Michael Lewis (twitter @Soccerwriter), reconocido como uno de los mayores expertos de soccer de Estados Unidos. Autor del libro 'Soccer for dummies', entre otras obras.
El baloncesto era, en afluencia de gente en el estadio, el quinto deporte de la ciudad por detrás del béisbol, fútbol americano, hockey sobre hielo y soccer. Los primeros años de Jordan en los Bulls coincidieron con el declive de los Sting pero no fue ese hecho decisivo para el final de la franquicia a finales de los 80. El soccer empezaba a decaer en Estados Unidos en favor de una NBA que entraba en su etapa dorada gracias a las emisiones vía satélite y otros factores. Los Sting, eso sí, pueden presumir de haber ganado una Liga (ganaron otra más) al Cosmos de Pelé y de haber llevado a más gente que el baloncesto en una ciudad que desconocía, como casi todas las del país, lo que era el soccer. Años únicos, hechos que no se han vuelto a repetir.
Los Sting, eso sí, pueden presumir de haber ganado una Liga al Cosmos de Pelé y de haber llevado a más gente que el baloncesto en una ciudad que desconocía, como casi todas las del país, lo que era el soccer.
El club tocó a su fin por problemas financieros a finales de los 80 pero todos en Chicago lo recuerdan porque en años como en 1981, el año que fueron campeones por primera vez, llevaron de media a 12.889 espectadores mientras que los Bulls sólo a 9.505. Ver para creer.