Javier Aznar.- Hay ciertas tradiciones navideñas del fútbol que los románticos de este deporte hemos aprendido a amar de forma incondicional. Una de ellas, por ejemplo, es el boxing day de la Premier. Otra son esos balones naranjas, cada vez más en desuso, para jugar con nieve. Pero mi tradición favorita es el mercado de fichajes en invierno, ese trasunto de discoteca a las 4 de la mañana donde los clubs ya solo actúan movidos por la desesperación, la improvisación y una total ausencia de criterio en busca de un fichaje de última hora. A pesar de su mala fama, estos fichajes son como las películas de culto: no hacen tanto ruido cuando llegan, pero se instalan en nuestra memoria sentimental.
Tal vez no sean los mejores, pero sí se convierten con el tiempo en los más queridos. Por eso cuando alguien nos dice “Oh, blanca Navidad”, a algunos la primera imagen que nos viene es Gravesen, de blanco inmaculado, corriendo como un búfalo a por un balón dividido. ¿Por qué nos gusta tanto este momento de la temporada? Por afinidad personal. Nos sentimos identificados. Porque lo sensato es dejar tu plantilla cerrada en agosto. Pero a nosotros nos aburre lo sensato. Por eso la ventana de invierno nos parece tan especial, porque es el refugio de las segundas oportunidades, el reino de las medidas desesperadas. Un pequeño guiño a los procrastinadores.
Nos sentimos identificados. Porque lo sensato es dejar tu plantilla cerrada en agosto. Pero a nosotros nos aburre lo sensato. Por eso la ventana de invierno nos parece tan especial
Los fichajes de invierno, además, suelen encerrar una belleza sutil, casi delicada, solo apta para sensibilidades especiales. A priori pueden parecer inútiles. Y no dista demasiado de la realidad en algunos casos. Pero si les dedicas el tiempo suficiente empiezas a descubrir matices. Por eso un verdadero amante del mercado de invierno sabe apreciar tanto los grandes aciertos como los colosales fracasos, porque reconoce que la gracia reside en el riesgo. Así pues, aplaudirá la adquisición de un fino estilista tipo Aimar como la llegada de un Faubert. Imposible olvidar a Lass y Huntelaar, dos nombres que permanecerán unidos para siempre, como Simon y Garfunkel.
O a Bogarde, con su sempiterna cadena de oro al cuello que Barijho, delantero de Boca, le robó en pleno partido durante un Gamper. O Gago, que iba para Redondo y se quedó en su corte de pelo. O al propio Cassano, que llegó a Madrid con abrigo de mafioso, se aficionó a los croissants y ni Capello le supo reconducir.
Pero ya no se ficha a jugadores exóticos como antaño, a tontas y a locas, con ese carácter alegre, manirroto. Ya no se ven adebayores ni karembeus. Ya no hay sorpresas, como cuando Palermo, en el pico de su carrera, fichó por un Villarreal recién llegado a Primera, sorprendiendo a propios y a extraños. ¿Cuántos equipos se salvaron del descenso a última hora, tras fichar a un desconocido en diciembre que les dio la vida para, poco después, desaparecer bajo el sol, como los grandes héroes en los westerns? ¿Cuántos jugadores pasaron a la historia por detalles de grandeza como la gravesinha, gesto técnico ya más querido y recordado que la ruleta zidanesca? El mercado de invierno nos ha dado mucho. Y es nuestro deber no olvidarlo.
EL RANKING SENTIMENTAL DE LÍBERO:
25. Cafú – Zaragoza: El legendario lateral brasileño, eterno candidato a ocupar el carril derecho del Bernabéu, llegó por sorpresa a la Romareda en 1995, aunque su paso fue de lo más discreto. Su nombre se une a esa insólita lista de leyendas que pasaron fugazmente por el Zaragoza sin pena ni gloria: Rijkaard, Brehme y Coentrao.
24. Osvaldo – Espanyol: Este argentino llegó al Espanyol y revolucionó al equipo a base de golazos. Se acaba de retirar, con apenas 30 años, para dedicarse a su verdadera pasión: la música. Un tipo especial que hacía goles especiales.
23. Cicinho - Real Madrid: Un lateral muy válido que se lesionó gravemente durante su segundo año con el Madrid. Años más tarde supimos que sus graves problemas de alcohol empezaron durante su estancia en el conjunto blanco.
22. Palermo – Villarreal: Se fracturó tibia y peroné en uno de los accidentes más desafortunados que se recuerdan: se le cayó encima una valla de seguridad mientras celebraba un gol con su afición.
21. Adebayor - Real Madrid: Manolito llegó para jugar por Higuaín, de baja, y le dio tiempo a marcar 8 goles.
20. Panucci - Real Madrid: Aterrizó en Madrid de la mano de Capello para supli al fallido Secretario. Al año siguiente levantaría la ansiada Séptima. Uno de los que devolvió grandeza y espíritu competitivo al club.
19. Onopko - Real Oviedo: Tras un Mundial de EE UU más que digno, Onopko fue pretendido por el Atlético de Madrid y el Oviedo. Terminó fichando por los carbayones, aunque no sin cierto suspense. Como anécdota, el bueno de Onopko insinuó recién fichado que le gustaría vivir en Gijón por cercanía con su amigo ruso Lediakhov. Casi se lo comen. Tal y como recoge El País en una nota de 1995: “Lediakhov tendrá estas Navidades a varios ex compañeros, como Radchenko y Popov, invitados en su casa de Gijón. Se da por seguro que Onopko ya se habrá excusado”.
18. Flavio Conceiçao - Deportivo de La Coruña: Tras una batalla con el Madrid por hacerse con sus servicios, Lendoiro logró atrapar al brasileño de aquel glorioso Palmeiras de Rivaldo y Luxemburgo. Luego se lo vendió a los blancos cinco veces más caro y totalmente amortizado. Jugada de libro.
17. Gustavo López – Zaragoza: El Cuervo llegó de Independiente y enseguida se convirtió en un jugador emblemático tanto en el Zaragoza como en el Celta de Vigo por su facilidad para el desborde y sus asistencias.
16. Davids – Barcelona: Su paso por el Barça, si bien breve, fue intenso, ya que cambió por completo la cara al equipo. Al final de temporada se fue con sus inseparable gafas al Inter de Milán. (en la imagen, en sus mejores momentos como jugador de Ajax)
15. Ilie – Valencia: La Cobra llegó proveniente del Galatasaray y enamoró en su primera temporada, anotando doce goles. Dos veces finalista de Champions.
14. Nihat - Real Sociedad: Inolvidable su dupla con Kovacevic en la Real. Consigui el subcampeonato liguero y metió 23 goles, los mismos que un tal Ronaldo Después pasó al Villarreal, donde consiguió otro subcampeonato en la 2007-08 en la que el turco anotó 18 goles.
13. Karembeu - Real Madrid: Tras una pelea a muerte con el Barcelona, el Madrid consiguió fichar al jugador de Nueva Caledonia. Estuvo poco más de dos temporadas en las que le cundió el tiempo: ganó dos Champions (con un papel fundamental en la Séptima). Aunque no estuvo a la altura de las expectativas creadas, fue un jugador rentable.
12. Sorín – Villarreal: Legendaria su llegada a ese Villarreal que se quedó a un penalti de entrar en la final de la Champions. Jugador de categoría.
11. Savio - Real Madrid: Solo sabíamos que su valoración con el Flamengo en
el PC Fútbol alcanzaba 94, nivel Dios. Zurdo habilidoso, delicado, fue revulsivo
en muchos partidos. Tres Champions con el Madrid en su haber. Pasó por Zaragoza y Real Sociedad.
10. Aduriz - Athletic de Bilbao: El Athletic recurrió a él cuando estaba en Segunda con el Valladolid. Más tarde marcaría goles en Mallorca y Valencia hasta emprender el camino de vuelta a San Mamés, donde es ídolo.
Los fichajes de invierno, además, suelen encerrar una belleza sutil, casi delicada, solo apta para sensibilidades especiales. A priori pueden parecer inútiles.
9. Tiago - Atlético de Madrid: Tras un discreto paso por la Juventus, se convirtió en un estandarte de Simeone. Dicen que será un gran entrenador.
8. Aimar – Valencia: Llegó como la gran promesa tras deslumbrar con Saviola en aquel River Plate JASP. Es uno de esos jugadores que, por su poco afán de protagonismo, puede dar la sensación de no haber triunfado en plenitud, pero su palmarés es indiscutible: dos Ligas, una UEFA y finalista de la Champions. Hizo campeón al Valencia 31 años después. Además tenía el mejor pelo de la Liga.
7. Casemiro – Real Madrid: Llegó al Castilla con fama de jugador conflictivo y se ha convertido en el chico para todo de Zidane. Un fichaje que vale su peso en oro. 3 Champions ya en el zurrón.
6. Adriano – Sevilla: Un actor secundario de lujo que se fue del fútbol español tal y como llegó, sin hacer mucho ruido, pero con 5 Ligas, 4 Copas, 2 Champions y 2 UEFA en la mochila.
5. Higuaín - Real Madrid: Con su pinta de chico desnutrido, aterrizó con la papeleta de sustituir a Ronaldo. Lejos de amilanarse, demostró personalidad en momentos difíciles y terminó siendo clave. Y rentable, pues luego fue vendido al Nápoles. Y posteriorme a la Juventus.
4. Juanfran - Atlético de Madrid: Al principio no fue muy utilizado por Quique, pero reconvertido en lateral ha terminado siendo uno de los fichajes más productivos. Puro Cholismo.
3. Rakitic – Sevilla: El croata era compañero de Raúl en el Schalke 04 y llegó a Sevilla donde terminó enamorando. Una Europa League y una Champions League consecutivas, de titular y siendo decisivo, demuestran lo importante que ha sido en sus equipos.
2. Alves – Sevilla: El fichaje estrella de Monchi, aunque realmente fue descubierto por Antonio Fernández. Jugaba en la segunda división brasileña y llegó por menos de medio millón. Tras 5 años y medio en Sevilla, se fue a Barcelona dejando las arcas y las vitrinas llenas. Uno de los jugadores más competitivos y exitosos que han pasado por la Liga.
1. Marcelo - Real Madrid: ¿Quién iba a decirle al llegar como tapado con Gago e Higuaín, que sería uno de los jugadores más importantes de la historia del club? Ha sido el dueño y señor de la banda izquierda del Bernabéu. Roberto Carlos no pudo tener mejor sucesor.