Líbero.- El Mundial de Qatar 2022 es el resultado final de décadas de corrupción y pisoteo por parte de la FIFA a los derechos humanos. Por eso hemos puesto el foco de la edición especial con motivo del Campeonato del Mundo en la historia de los mundiales más sucios. Un repaso cronológico a esta historia de oscuridad que empezó con el Mundial de 1934 entregado a Mussolini y tuvo su momento más grotesco con la celebración del Mundial 78 en plena dictadura genocida en Argentina.
Para la portada acudimos al artista ruso afincado en Francia Andrei Molodkin. Le lanzamos hace unos meses un reto: crear para la portada el símbolo de la corrupción en el fútbol. Andrei ha creado 'The Dirtiest Cup', una réplica exacta de la Copa del Mundo rellena con crudo traído de Qatar. "La FIFA es una organización oficial que durante muchos años ha sido una organización mafiosa y criminal. Utiliza el fútbol como otros la cultura para limpiar su propia corrupción. Se lavan las manos con el fútbol pero lavan sus manos con crudo y sangre, lo cual es bastante interesante. ¿Cómo te puedes lavar las manos con petróleo?", explica Molodkin en la entrevista que acompaña esta edición.
El reportaje principal de esta edición trata de explicar cómo hemos llegado a Qatar. ¿Qué sucedió el fatídico 2 de diciembre de 2010 para que Rusia y Qatar se compraran un Mundial cada uno? Dos voces muy autorizadas como los periodistas Ezequiel Fernández Moores y Thomas Kistner detallan qué pasó ese día, por qué actuó el FBI, quiénes eran los directivos de la FIFA de Blatter y quiénes son los de Infantino. ¿Por qué EEUU decidió entrar en el fútbol?
En el repaso histórico comienza en los años 30. Un Mundial a la medida del totalitarismo fascista de Mussolini en Italia. La anfitriona ganó el Mundial, como no podía ser de otra manera. Aunque fuera a costa de romperle las costillas a Ricardo Zamora. El guionista Pablo Lara elabora un texto dramático que recrea una conversación entre las dos estrellas de la selección española de aquel Mundial, el propio Zamora e Isidro Lángara.
Pero si hay un Mundial que merece una pausa para saber hasta dónde ha sido capaz de llegar la FIFA para alcanzar sus objetivos monetarios, ese es Argentina 78. Repasamos una figura incipiente de esos días que sobrevivió en su cargo hasta el FIFA Gate. Nada menos que Julio Grondona, amo y señor del fútbol argentino.
El presidente de la FIFA que se creyó impune, Joao Havelange, tiene también un capítulo en esta edición especial de Mundiales sucios. Los colaboradores fijos de Líbero repasan sus propios Mundiales. Eduardo Sacheri decide recorrer las dramáticas jornadas que se vivieron en Buenos Aires en 1978. Los escritores Javier Aznar y Enrique Ballester reflexionan también sobre la memoria, la pasión y el ambiente que siempre rodea a los campeonatos del mundo.
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