Los peores fichajes de verano. Capítulo II: Roberto Ríos

Después de recordar el fiasco de Elvir Baljic por el Real Madrid, hoy nos centramos en el que fue el fichaje más caro del histórico Athletic Club de Bilbao. Un jugador por el que el club vasco hizo una apuesta jamás vista antes.

Texto Líbero.- El defensa central Roberto Ríos llegó en julio de 1997 a San Mamés después de varias grandes temporadas en el Real Betis. El Athletic, en busca de talento vasco, no dudó en pagar 12 millones de euros. Entonces eran 2.000 millones de pesetas, un precio record, estratosférico para la entidad de Ibaigane que tuvo que endeudarse con varios préstamos bancarios. “Creo que, de ahora en adelante, vamos a fichar chavalillos vascos para después vendérselos al Athletic. Podemos hacer un buen negocio”, declaró el presidente del vendedor, Manuel Ruiz de Lopera.

El Athletic, en busca de talento vasco, no dudó en pagar 12 millones de euros. Entonces eran 2.000 millones de pesetas, un precio record, estratosférico para la entidad de Ibaigane que tuvo que endeudarse con varios préstamos bancarios

Por parte del comprador, José María Arrate, justificó el desembolso por el interés del Real Madrid y el FC Barcelona. En un principio intentaron negociar, pero finalmente, ante la negativa de Lopera a vender, Ríos llegó a Bilbao tras el pago de la cláusula de rescisión. Con 1,92 metros de estatura, Roberto Ríos, era un central solvente por alto, con instinto goleador en los córners y un físico destacado para su altura. Las buenas temporadas en el Betis le sirvieron para ser llamado a la selección de Javier Clemente en 11 ocasiones. No llegó a jugar ningún gran torneo. Algunos dicen que era del gusto de Clemente para cabecear en el centro del campo los saques de puerta rivales. Cosas del de Barakaldo.

Las buenas temporadas en el Betis le sirvieron para ser llamado a la selección de Javier Clemente en 11 ocasiones. No llegó a jugar ningún gran torneo. 

La fatalidad del fichaje más caro de la historia. Un peso excesivo para un jugador como Ríos, con un rol de complemento más que de líder de un proyecto, pesó demasiado y el central nunca llegó a su mejor nivel en Bilbao. No se rentabilizó la enorme inversión en él. Nadie se lo reprochó. Ríos puso al Athletic por encima de otros clubes como el Manchester United y se empeñó en fichar por el club de su tierra. De Euskadi, como su padre, Eusebio Ríos, que nunca jugó en el Athletic pero fue un jugador y entrenador destacado en el País Vasco. Ríos se retiró con apenas 31 años. Algún medio de comunicación especuló con una oferta de la Premier League. Nada cuajó. Varias lesiones le retiraron de la elite. Se decidió por los banquillos y volvió a Sevilla, donde trabajó en el cuerpo técnico de Pepe Mel en el Real Betis.