Los viejos rockeros del fútbol nunca mueren

Los viejos rockeros nunca mueren y los que amamos el fútbol nunca dejaremos de darle una patada a algo redondo que se cruce de manera propicia con nuestro zapato.

Líbero.- Estamos en verano y hace cuatro años que no celebramos un Mundial, ¿qué es lo que toca? Efectivamente, Mundial. Tú lo sabes, nosotros lo sabemos y la FIFA también lo sabe. Son tiempos difíciles para los que crecimos con el fútbol en las venas. Veranos de intercambio de cromos, partidos interminables en la playa, la pista, el colegio o donde fuera. Los rumores de los fichajes. Mira, eso no ha cambiado. Y un Mundial, esa constelación de estrellas sobre el césped donde salían los jugadores que iban a dominar el mundo. Nos han robado el Mundial pero no estamos dispuestos a que nos roben el verano. Y mucho menos la ilusión.

Cuando hace justo 10 años elegimos la nostalgia como una de nuestras señas de identidad nos parecía algo divertido más que reivindicativo. Una mirada interesante al pasado para recuperar la ilusión de la infancia. No pasaba por la cabeza de los creadores de esta revista la idea de convertirse en un viejo gruñón quejándose a diario por la evolución del mundo. Creemos en el progreso y nos gusta sonreír. Y sí, hemos cumplido con vosotros una década, hemos tenido hijos juntos y poco a poco se nos han ido retirando ídolos y miembros del equipo de amigos. Por eso insistimos, aquí se viene a disfrutar. El Mundial lo vamos a ver en diciembre o cuando toque. Y no, no vamos a dejar nunca de jugar al fútbol.

El Mundial lo vamos a ver en diciembre o cuando toque. Y no, no vamos a dejar nunca de jugar al fútbol.

Dedicamos este número al fútbol pasados los 40. No es un simple chiste por ser la edición número 41. Hablamos de jugar al fútbol hasta la tumba. Cuenta el histórico promotor musical Gay Mercader que su amigo Keith Richards le cuenta que se morirá sobre un escenario. Si Mozart pudo tocar hasta el final de sus días por qué no lo iba hacer su satánica majestad. Los viejos rockeros nunca mueren y los que amamos el fútbol nunca dejaremos de darle una patada a algo redondo que se cruce de manera propicia con nuestro zapato.

Viene a cuento este alegato por la longevidad deportiva también porque los futbolistas afortunadamente cada vez duran más. Y no es que paseen por el campo, sino que les dura el motor mucho más allá de los 30 y eso es una suerte para nuestra generación. Antes los futbolistas alcanzaban la madurez y al poco tiempo se les acababa el físico. Ahora esos años mágicos que rodean la treintena son cada vez más amplios. Y ahí tenemos a Luka Modric y Karim Benzemá liderando Copas de Europa y muchos casos más. Larga vida a los viejos rockeros del balón. •