Luis de Guindos: «Lloré viendo la final del Mundial»

Fue, entre otros muchos cargos, ministro de Economía y Competitividad durante el Gobierno de Rajoy, período en el que nos atendió en nuestro número ocho. Luis De Guindos mantiene una pasión conocida por el fútbol y en particular por el Atlético de Madrid. Admite que le gusta cada vez más: “Puede que por estar todo el día leyendo informes”.

Fotografía Lino Escurís

Fernando Saiz.- Luis de Guindos (Madrid, 1960) está acostumbrado a hacer entrevistas. Pero no como esta. Aquí no hablamos de déficit público ni de problemas en los bancos; durante 43 minutos solo hablamos de fútbol. Al ministro de Economía y Competitividad se le nota encantado con el reto. Estamos en su despacho en el Paseo de la Castellana de Madrid. Se le ve sonriente y relajado. Es viernes por la tarde y eso también ayuda. Su afición por el Atlético de Madrid, que saca a relucir en cuanto puede, no llega a ocultar su pasión por el juego en sí, por ese misterio fascinante que ocurre sobre el terreno de juego. “El fútbol cada vez me gusta más”. Dice que lloró en la final de Sudáfrica y yo le creo.

Bueno, ministro, al margen de algún tropiezo, estará contento con su Atlético, ¿no?
Sí, claro. Tanto en España como en Europa, el equipo, con el presupuesto que tiene, está al nivel del Barça y el Madrid, que tienen unas plantillas increíbles. Eso lo que pone de manifiesto es que, afortunadamente, en el fútbol el dinero no siempre es lo más importante. No siempre.

Y aparte de los resultados, ¿le gusta cómo juega? Hay quien dice que practica un fútbol demasiado táctico, que se dedica más a destruir que a construir.
Evidentemente, el equipo tiene un orden táctico impresionante. Ver cómo se organiza el equipo en tres líneas, cómo se mueven todas al compás, es una maravilla en sí misma. Pero el Atleti no se encierra, no es un equipo a la italiana. En absoluto. Es un equipo que sabe defender, pero también sabe dar espectáculo.

¿Qué destacaría del Atlético?
Yo sobre todo destacaría el gran equilibrio que hay entre todas sus líneas. Tenemos un gran portero, los dos centrales son magníficos, los laterales tienen mucha proyección. El centro del campo, con Gabi y Koke, es muy consistente. Arda Turan tiene una calidad impresionante, y luego está Diego Costa, que probablemente es el delantero más incómodo para la defensa rival que existe en estos momentos. También tenemos a Villa, que aunque haya pasado ya sus mejores momentos y juega menos en el área que en el Valencia o en el Barcelona, pues también aporta, y a Raúl García, que ha sido una gran sorpresa positiva por su garra y sus goles. Y por supuesto está el entrenador, Simeone, que los tiene a todos en permanente estado de tensión y que les ha inyectado un tremendo espíritu competitivo. Si a eso le sumamos la mejor afición de España…

¿Y cómo sigue al equipo?
Por la tele. Desde que soy ministro no voy al campo porque todo es más complicado, por razones de seguridad y demás. Unos amigos me invitaron a ver el Real Madrid-Atlético de Copa en el Bernabéu, pero no, prefiero seguirlo por televisión, a pesar de que ver un partido en el campo es un espectáculo inigualable. Yo una de las veces que más he disfrutado fue en el Camp Nou, donde unos amigos míos tienen unos asientos prácticamente a ras de césped, que es desde donde se ve el fútbol como se ve cuando se juega al fútbol, desde donde se escuchan los golpes, cómo se celebran los goles…

¿Cuándo le empezó a interesar el fútbol? ¿Cómo se hizo del Atleti?
Bueno, tengo que decir que yo fui socio del Madrid. Mi padre era del Madrid y a mí y a todos mis hermanos nos hizo socios del Madrid. Lo que pasa es que en el colegio, yo iba al colegio del Pilar en Madrid, mis amigos íntimos eran del Atleti. Y me hice del Atleti. Mi padre me llevaba al Bernabéu y yo estaba deseando ir al Calderón, así son las cosas.

¿Por espíritu de contradicción, por rebeldía?
No, no era por eso. Hay que tener en cuenta que en aquella época el Atleti tenía un muy buen equipo y ganaba ligas. Era la época de Gárate, de Ufarte, de Luis, de Irureta, de Ayala…, había un equipazo. Me acuerdo perfectamente ver en blanco y negro por televisión la final de la Copa de Europa que perdimos contra el Bayern, con el gol del defensa alemán aquel, cómo se llamaba, era parecido al actor, Schwarzenegger o así…

Schwarzenbeck, creo.
Sí, eso es, que nos empató en el último minuto de la prórroga con un gol desde su casa y que luego en el partido de desempate, que entonces no había penaltis, nos metieron cuatro, con Beckenbauer, con Muller y con Hoeness… Y después de aquella época, el equipo enlazó una serie de años muy buenos, aunque con pocos títulos, con jugadores como Leivinha o Luiz Pereira, y luego ya en los noventa vino el doblete de Liga y Copa, donde estaban Caminero, Pantic, Kiko, el mismo Simeone…

«Los futbolistas son cada vez más atletas. El otro día vi un trozo de un partido de Copa de Europa del Atleti contra el Celtic de Glasgow, el año que perdimos la final contra el Bayern, y la diferencia es muy grande»

¿Pero quién le inoculó el virus del Atlético? Porque siempre hay alguien por el que uno se hace de un equipo…
Fueron los compañeros de clase. Recuerdo además que había un profesor que era del Atlético, yo tenía cuatro o cinco años, y jugábamos mucho al fútbol en las canchas de balonmano, era lo que hacíamos en el recreo, siempre los del Madrid contra los del Atleti. Había siempre más del Madrid, todo hay que decirlo. Y luego seguí jugando hasta la Universidad, tengo por ahí una foto donde se me ve con el equipo de la Facultad de Económicas…

MADRID El ministro de Economía recibió a ‘Líbero’ en su despacho del Paseo de la Castellana

¿Y de qué jugaba?
Curiosamente, jugaba de hombre libre, de líbero, como el nombre de esta revista, que por cierto es una posición que ha desaparecido… El fútbol la verdad es que ha cambiado mucho desde entonces. Los futbolistas son cada vez más atletas. El otro día vi un trozo de un partido de Copa de Europa del Atleti contra el Celtic de Glasgow, el año que perdimos la final contra el Bayern, y la diferencia es muy grande. Aquel fútbol era mucho menos físico, la presión que ahora hacen casi todos los equipos entonces no existía. El  equipo contrario te dejaba sacar el balón y te esperaba en el medio campo. Tampoco existía la disciplina táctica ni esos movimientos de basculación que se ven ahora y que tan bien hace el Atleti. Eso es lo que explica, por ejemplo, aquella jugada fatídica de la final de 1974 en la que el Bayern nos empató en el último minuto. El defensa Schwarzenbeck se sumó al ataque y Gárate, que era un jugador muy elegante pero sin mucho sentido táctico, no salió a taparle.

¿Se habla mucho de fútbol en política?
Sí, sí. Yo me acuerdo que cuando estábamos pidiendo el rescate bancario, que era en el verano de 2012, y no era una época sencilla desde el punto de vista económico para España, hubo muchos ministros europeos que me felicitaron porque habíamos ganado la segunda Eurocopa. Aunque hubo algunos a los que no les hizo mucha gracia. El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, por ejemplo, hizo unas declaraciones al diario ‘La Repubblica’ en las que decía que España le recordaba a Balotelli llorando después de perder por 4-0 la final con Italia. Pero bueno, en aquellos momentos delicados ganar la Eurocopa fue un alivio para la autoestima. Todavía me acuerdo de aquel gol de tiralíneas de Silva.

¿Le tira más el Atleti o la selección?
¡Las dos cosas! Si hay alguien que está haciendo algo por mejorar la marca España es Diego Costa. Es un brasileño que, pudiendo jugar con Brasil, ha dicho que quiere jugar con España porque este país se lo ha dado todo.

Eso es una buena publicidad, pero también puede generar problemas por su carácter…
Bueno, no sé… Soy poco objetivo, pero creo que está aprendiendo a controlarse, a pesar de que muchos equipos tratan de provocarle.

¿Y en el Gobierno se habla mucho de fútbol?
El presidente, Mariano Rajoy, es muy futbolero, el que más. Él es del Madrid pero tiene un hijo del Atleti, lo cual pasa hasta en las mejores familias. Y además el presidente sabe mucho de fútbol, pero mucho, y de deporte en general, en parte porque fue ministro de Educación y Deportes. Por ejemplo, sabe un montón de tenis. Yo, que he jugado bastante al tenis y que me gusta muchísimo, a veces me sorprendo de las cosas que sabe. ¿Más ministros futboleros? Wert es del Madrid, y bien que me dio el pésame cuando nos eliminaron de la Copa. Cristóbal Montoro y Miguel Arias Cañete son del Atleti. Pero el que más sabe es el presidente.

Su foto entrando en el coche con el diario ‘Marca’ es reveladora. ¿Cree que eso da buena imagen de España? ¿O hubiera sido mejor salir con el ‘Financial Times’ en la mano?
Yo creo que desde el punto de vista de la imagen de España no tiene la menor importancia. Pero lo que sí es curioso, y hablo por mí, es que refleja la pasión por el fútbol. Yo he jugado al fútbol, y no sé si será porque ahora me paso el día leyendo informes, pero cada vez me gusta más. Disfruto muchísimo viendo fútbol. Yo por ejemplo tengo admiración por el Barcelona. Objetivamente, la última década, e incluso antes, desde la llegada de Cruyff como entrenador, pero sobre todo en los últimos años, con Guardiola, el Barcelona ha supuesto un cambio en la forma de jugar al fútbol.

Era un equipo con una superioridad tal… Como decía mi hijo, donde estaba el balón siempre había dos jugadores del Barcelona. Y además con gente que no destacaba por su condición atlética, como Messi, Iniesta, Xavi o Pedrito. Porque tú ves al Real Madrid de ahora, con Benzema, Cristiano y Bale, son gente fuerte, potente, es otra cosa. Yo soy muy del Atleti y lo he pasado fatal, cuando bajamos a Segunda y todo eso, pero objetivamente lo que ha dado el Barça al fútbol en España, en Europa y en el mundo es increíble desde muchos puntos de vista. Y eso lo aprovechó la selección española. Ahí jugó un papel fundamental Luis Aragonés, que supo ver la necesidad del cambio, y los resultados están ahí.

¿Ese ciclo se está agotando?
No estoy seguro. Evidentemente todo en la vida tiene su ciclo. La columna vertebral de España, que está formada por Xavi Hernández y Xabi Alonso, ya tiene sus años, pero hay gente joven como Busquets, que es un gran jugador, o el mismo Iniesta, que todavía puede dar mucho de sí, y creo que hay equipo para competir en el Mundial de Brasil. Y luego están los chicos jóvenes, de las selecciones inferiores, donde hay futbolistas de mucha calidad. A mí por ejemplo, Jesé, el del Madrid, me gusta mucho, tiene instinto de gol y creo que va a ser un gran jugador. Hay materia prima en el fútbol español. El problema, como siempre en esta vida, son las transiciones. Hay jugadores que lo han ganado todo, que son símbolos, y que es difícil sustituirlos. Pero eso hay que hacerlo. Es lo que hizo Luis Aragonés, y construyó un equipo ganador.

¿Qué jugadores le han impresionado más?
Me acuerdo mucho de Cruyff. Yo no vi jugar a Di Stefano, y por lo tanto no puedo opinar, pero Cruyff me encantaba, me gustaba muchísimo. En épocas más recientes, sin duda el jugador más importante de los últimos cinco años ha sido Messi. Creo que es mejor que Maradona, le ves cosas increíbles. En realidad, a mí Maradona nunca me llamó mucho la atención, es verdad que hacía jugadas impresionantes, como el famoso gol contra Inglaterra en el Mundial, pero a mí me han gustado más los jugadores estables, con un rendimiento más continuo, como Beckenbauer, que era contemporáneo de Cruyff, o Marco Van Basten, en aquel Milan de Arrigo Sachi que también marcó una época en el fútbol mundial, como después hizo el Barcelona.

¿Y entrenadores? ¿Qué tipo de entrenador le gusta?
Igual se sorprende alguien, pero Mourinho me parece un gran entrenador, con mucha personalidad. Te puede caer bien o mal, genera muchas filias y fobias, pero ha ganado mucho, ¿eh? Luego tiene comportamientos que no me parecen bien, pero es uno de los grandes. También me gusta Carlo Ancelotti. Sabe de fútbol. El otro día leí una entrevista suya en el ‘Financial Times’ y la verdad es que me di cuenta de que es un italiano muy, muy listo y que sabe mucho de esto. Por supuesto me gusta el Cholo Simeone, que ha aportado efervescencia al fútbol español y que ha sido capaz de crear un equipo extremadamente competitivo con un presupuesto que es la tercera parte que el del Madrid o el Barça. Nadie utiliza los mimbres como Simeone. Y por encima de todos está Guardiola, que es magnífico y que seguramente ahora es el mejor entrenador del mundo. Por resultados y por la forma de jugar, aunque ahora en Alemania le sigo menos.

Es curioso pero los entrenadores que ha citado, quizás con la excepción de Ancelotti, son personalidades obsesivas, enfermos del fútbol, que viven su profesión de forma casi neurótica las 24 horas del día. ¿Hay que ser así para triunfar como entrenador?
En el fútbol, como en muchas otras cosas, la gente que destaca es un poquito neurótica. Los tibios vivirán muchos años, pero los que triunfan en el fútbol son los apasionados, con sus virtudes y sus defectos, con sus exabruptos, con sus manías… Hay que darse cuenta de que un entrenador de un equipo de primer nivel tiene que dirigir un grupo de gente joven, que gana muchísimo dinero y con unos egos brutales, que son auténticos reyes del mambo. El entrenador tiene que gestionar todo eso en un mundo que no es fácil, que tiene mucha repercusión mediática, con todos haciendo comentarios en Twitter… Es mucho más complicado que hace veinte años. Por eso el entrenador tiene que ser alguien con muchísima autoridad, con carisma y un poquito neurótico.

«En el fútbol, como en muchas otras cosas, la gente que destaca es un poquito neurótica. Los tibios vivirán muchos años, pero los que triunfan en el fútbol son los apasionados, con sus virtudes y sus defectos, con sus exabruptos, con sus manías… »

El fútbol une mucho, genera complicidades incluso desde la rivalidad, pero también es una barrera entre hombres y mujeres, que no viven el fenómeno con la misma pasión. ¿Usted nota esa brecha de género en su círculo cercano?
Yo creo que esa división entre hombres que les gusta mucho el fútbol y mujeres que no les gusta nada se va superando. No hay más que darse cuenta de la cantidad de mujeres que van a los estadios. Pero es verdad que, en mi caso, si un domingo por la tarde ponen una buena película y un partido  de la Premier League, yo veo el fútbol y mi mujer prefiere la película. Hay que tener en cuenta que el fútbol femenino en España se practica poco, al contrario que por ejemplo en Estados Unidos, donde es muy popular, y eso marca mucho las preferencias desde la infancia.

¿Y en la política europea se ve esa disparidad de género?
Bueno, a Angela Merkel le gusta el fútbol. Y la ministra finlandesa de Economía me mandó una carta cuando ganamos la Eurocopa. Pero luego la mayor parte los políticos con los que comparto la afición por el fútbol son hombres. El ministro alemán Schäuble es del Bayern de Munich, Osborne es del Chelsea, el comisario europeo Olli Rehn es del Manchester United…

¿Olli Rehn, siendo finlandés, es futbolero?
Mucho, ya lo creo, fue jugador semiprofesional y además fue presidente de la Liga Finlandesa de Fútbol o algo así. Y él dice que es del Manchester, pero yo sospecho que es del Madrid.

¿Qué pecado o qué tontería ha cometido por el fútbol?
Pues no sé, la verdad es que nunca me he colado en un estadio ni he hecho cosas así. Pero bueno, sí tengo que decir que lloré el día que España ganó el Mundial de Sudáfrica.

¿Lloró?
Sí, fue una sensación indescriptible y lloré. Yo estaba viendo el partido en casa con mi mujer y la verdad es que fue algo distinto, algo que yo nunca había vivido, nunca habíamos ganado un Mundial, y acabé llorando. Yo creo que muchos españoles se emocionaron. Me acuerdo perfectamente de la alegría en las calles. También recuerdo que en la primera Eurocopa que ganamos, en la de 2008, los penaltis contra Italia en cuartos de final no los pude ver, porque estaba convencido de que nos iban a eliminar. Me fui y luego vino mi hija y me contó que habíamos pasado.

Los éxitos de la selección ¿han amortiguado anímicamente la dureza de la crisis?
Llevamos ya seis años de crisis y la Selección de fútbol ha sido sin duda uno de los factores que nos ha permitido en España mantener la autoestima durante esta etapa tan dura desde el punto de vista económico. Por los resultados y porque España era la selección que mejor jugaba al fútbol.

«Es verdad que el Madrid representa el ‘establishment’, pero lo que solemos contar los atléticos es que no siempre fue así, que el Madrid se convierte en el primer equipo de Madrid gracias a una concesión administrativa, como fue la cesión por parte de Arias Navarro del estadio Santiago Bernabéu en la Castellana»

Ser del Atleti en Madrid, donde el Madrid es el ‘establishment’, ¿tiene alguna desventaja desde un punto de vista profesional?
No, para nada, somos muchos del Atleti, muchos más de lo que parece. Es verdad que el Madrid representa el ‘establishment’, pero lo que solemos contar los atléticos es que no siempre fue así, que el Madrid se convierte en el primer equipo de Madrid gracias a una concesión administrativa, como fue la cesión por parte de Arias Navarro del estadio Santiago Bernabéu en la Castellana, que era la Avenida del Generalísimo, y que era una zona mucho mejor que la del Manzanares. Pero bueno, esa rivalidad forma parte del picante del fútbol.

Yo por ejemplo me llevo muy bien con el presidente del Real Madrid, con Florentino Pérez. Y siempre me dice que el Atleti ha fichado maravillosamente bien en los últimos años. Aparte de que cuidamos la cantera, como lo demuestran Oliver Torres, Mario Suárez o Koke, e incluso Diego Costa, que llegó con 17 años, hemos fichado al Kun Agüero, a Falcao, a Forlán, a Arda Turan…. Luego a algunos de ellos los hemos tenido que vender porque el Atleti no tiene la capacidad económica del Madrid o el Barça. •