Marcos Carnevale: «El fútbol forma parte de un mundo machista»

'El fútbol o yo' va a dar que hablar. Una comedia argentina sobre la adicción al fútbol de un hombre que pone al límite su matrimonio. Entrevistamos al director Manuel Carnevale sobre la película que ha reventado la taquilla en Argentina y se estrena ahora en España.

Diego Barcala.- A vuelapluma se podría decir que uno de cada tres pretendidos aficionados al fútbol ha acudido a Eduardo Sacheri para explicar lo que le pasa: "Se puede cambiar de cara, de familia, de novia, de religión, de dios... pero hay una cosa que no se puede cambiar, no se puede cambiar de pasión". El público aplaude impresionado y acaba justificando un fin de semana pegado a un televisor enlazando la Segunda, la Segunda B, la Premier, el calcio, madrugada de liga argentina y por supuesto visita al estadio. Para las víctimas de los adictos al fútbol se estrena mañana El fútbol o yo, una comedia argentina que ha arrasado (como era de preveer) en Latinoamérica y que promete ser un éxito en España.

 

La película encadena situaciones reconocibles de auténticos enfermos de la pelota con la rigidez de un guion clásico de comedia romántica. El protagonista despierta a su mujer con el televisor programado para encenderse a las 4 de la madrugada para ver la liga árabe o desata todas sus frustraciones a base de patadas e insultos en una pachanga. Es inevitable que surja la empatía. "Es lo deseado, que se cree ese vínculo interesante que haga más digerible la película", reconoce su director Marcos Carnevale (Córdoba, Argentina 1963).

¿Es un aficionado equiparable al protagonista?
No, para nada. Soy un aficionado normal, no soy un fanático de nada. De hecho, no soy de ningún equipo. Solo veo partidos cuando juega Argentina y esas cosas.

Voy a hacer una autocrítica. Creo que en Líbero a veces nos tomamos el fútbol demasiado en serio y al ver su película nos asalta la pregunta. ¿Se nos ha ido de las manos esto de creer que el fútbol lo explica todo en la vida y que es fundamental para entender nuestra sociedad? Me refiero a la cacareada frase de Sacheri. 
Sí, puede ser. En términos psicológicos puede que sí. No sé en España pero aquí en Argentina la gente utiliza el fútbol para todo. Es una pasión y genera alguna adicción pero también es una excusa de frustraciones, personas que no han logrado lo que han querido en la vida. Un argentino hablando de fútbol se mimetiza. el gol que le metimos… se incorpora en primera persona. Están sublimando lo que no pueden logran en sus vidas. Gracias a Messi yo gano. Me felicitan porque gané…. Cuando pierde el lunes no va a trabajar para no sufrir la humillación. Utiliza metáforas de fútbol para cualquier explicación.

«Un argentino hablando de fútbol se mimetiza. el gol que le metimos… se incorpora en primera persona. Están sublimando lo que no pueden logran en sus vidas. Gracias a Messi, yo gano.»

Sin embargo, la película no descuida los aspectos positivos de la afición por el fútbol. El sentimiento de identidad con un colectivo, la amistad, la solidaridad. El protagonista hace un monólogo en su reunión de 'alcohólicos anónimos'.
El fútbol tiene eso porque llena agujeros afectivos. Tiene un folclore propio muy importante. Es casi una religión. Ir el domingo y encontrarse con los habituales. Una suerte de ceremonia muy particular que dispara endorfinas y eso está muy bien.

Vivimos días de debate intenso en la lucha de género y vista la película. ¿Crees que puede haber críticas al papel que el guion representa de las mujeres en el fútbol?
Hemos puesto en boca del personaje de ella la posición de la mujer frente al fútbol. Aparece el reproche y se plantea el asunto  de la afición al fútbol como una enfermedad. El cuento es que él la deja por el fútbol hasta que se da cuenta y mesura su apetencia por ver partidos.

El futbol o yo

Pero en el fútbol hay cada vez más aficionadas y no aparecen en la película.
El fútbol forma parte de un mundo machista. Las mujeres han sufrido la ausencia del marido que veía dos partidos seguidos y no contaban con el marido. El hombre que se convierte en un walking dead durante el mundial. Muchas mujeres para acercarse al marido se han forzado de manera patética a que les guste. Utilizan frases hechas para dar a entender que les gusta o que entienden de fútbol. Hasta que se dieron por vencidas.

«Las mujeres han sufrido la ausencia del marido que veía dos partidos seguidos y no contaban con el marido. El hombre que se convierte en un walking dead durante el mundial». 

Sin hacer spoiler podemos decir que la enfermedad del protagonista no tiene cura. 
La intención de la película no es hablar sobre el fútbol sino de una pareja que se desconectó por el fútbol pero que pudo ser por la cocaína. Más allá de lo simpático que parezca el persobana no deja de ser una crítica a lo que hace. Su actitud es negativa. El personaje trata de revertir su actitud. Pero no, no se cura. Cualquier situación de corte sentimental como el amor no se maneja con la cabeza. 

La película también es un retrato de Argentina, donde el fútbol es manipulado en todos los ámbitos y siempre con exageración. Por ejemplo, puede que sea una visión parcial eurocentrista pero las críticas a Messi parecen una autoparodia del país.

Eso de Messi es una exageración más o una postura que no me creo tanto.

Dices que no eres muy aficionado pero hay escenas muy verdaderas de locos por el fútbol como cuando el protagonista no entiende que al novio de su hija no le guste el fútbol. ¿Te has basado en amigos o alguien cercano para esas cosas?
Mi hermano es muy parecido al personaje de la película. Puede ver cinco partidos en el día de cualquier equipo. Adrián Asuar, el protagonista con el que hice el guion, es muy fanático y amigo de Messi. Todo el mundo está infectado.

¿Qué culpa de la adicción tiene el negocio, la tele? Parece que ahora tenemos que seguir el día a día del Livorno o del West Ham como si fueran los equipos de nuestro barrio.
Es el negocio. Hace 20 años no había tanta oferta, se veía el Mundial y poco más, hoy con los packs se ha incentivado las ganas de fútbol. A mayor oferta mayor adicción.